Subieron al auto negro que estaba estacionado en la entrada, donde un hombre de piel morena les abrió la puerta y Enzo ayudó a Celine a subir en el coche. Una vez acomodados en el asiento trasero, se alejaron de allí adentrándose por las oscuras calles arboladas.El móvil de Enzo vibró sobre su regazo, la pantalla se iluminó anunciando una notificación de mensaje. Se trataba de su abogado, quien le informó que todo estaba finalizado y el señor Malcom había aceptado gustosamente la propuesta. Enzo sonrió con satisfacción al leer el mensaje, sintiendo que había cumplido su misión con éxito. Enzo informó a Celine. —La deuda de tu padre ha sido pagada, ya no tienes de qué preocuparte. Me he asegurado de que no se involucre de nuevo con aquellos prestamistas —Celine ladeó la cabeza, notó la certeza con la que Enzo había afirmado aquello.Y mirándolo insegura le preguntó.—¿Cómo sabes que no lo hará? —Le hice firmar un acuerdo donde tiene prohibido recibir dinero de ellos. A cambio, reci
Emir no había pasado por alto la forma en que su hijo trataba a esa mujer. Se mostraba pendiente de ella, lo que le hizo dudar si su interés era genuino. Decidió intervenir al notar que sus dos invitadas parecían a punto de levantarse de la mesa y mancharse. Así que primero se dirigió a Diana.—Diana, ¿Cómo va el negocio de tu padre? —preguntó interesado, logrando desviar la atención de la pareja.Diana limpió las comisuras de sus labios antes de responder.—Las ventas han aumentado, y nos espera un gran año. Recientemente mi padre ha cerrado un acuerdo con los italianos —presumió Diana.—Maravilloso. Será todo un éxito, estoy seguro —expresó Emir mientras tomaba un sorbo de la copa de vino, para luego dirigirse a Stacy—. ¿Y tu familia, Stacy?Ella dejó de comer para mirarlo.—En este momento han salido en un viaje de negocios, el futuro de mis hermanos es prometedor. Incluso, el mayor ha sido admitido en una de las mejores universidades de Londres —respondió Stacy, posando sus ojos e
Después de la cena, Enzo y Celine abandonaron la mansión del señor Emir luego de que este se disculpara con las invitadas que se habían marchado disgustadas ante el rechazo de Enzo. Ellas no podían creer que él hubiera preferido casarse con una mujer de clase baja solo por amor.Diana se sentía ofendida y enojada. Había perdido su tiempo y no dudó en levantarse de la mesa apenas escuchó al señor Emir ceder al compromiso de Enzo y Celine. Por otro lado, Stacy contó a su familia lo ocurrido en casa de los Ivanov, haciendo que su padre decidiera cortar lazos con ellos por haber lastimado las ilusiones de su preciada hija.Mientras tanto, Emir se quedó analizando si había hecho lo correcto al ceder fácilmente al matrimonio de su hijo y de Celine. Había estado insistiendo en que Enzo formara una familia y disfrutara de la vida en lugar de estar encerrado en la oficina todo el tiempo. Quería que su hijo entendiera la importancia de la familia. Además, de esta manera protegería su legado.Pe
Celine, quien se encontraba sumida en un profundo sueño, fue víctima de una pesadilla aterradora. En su sueño, se vio a sí misma siendo perseguida por un misterioso hombre en medio de un espeso bosque de sombras. Con cada paso que daba, la presencia del hombre se hacía más despreciable y su respiración se volvía más agitada, mientras su corazón latía con fuerza.La oscuridad del bosque parecía envolverla por completo, impidiéndole ver con claridad el rostro del hombre que la perseguía implacablemente. Sin embargo, ella sabía que su intención era maligna y que no descansaría hasta atraparla. Finalmente, el hombre logró alcanzarla, y en un instante, Celine se vio paralizada por el terror al notar que el desconocido empuñaba un arma en su mano.Un grito desgarrador brotó de lo más profundo de su ser al comprender la terrible situación en la que se encontraba. La sensación de desamparo y desesperación la invadió por completo, sumiéndola en un abismo de angustia y pavor.Repentinamente, co
La mañana transcurrió más rápidamente de lo habitual para Celine, quien se sentía aburrida de pasar todo el día encerrada en su habitación. Decidió dar un paseo por el jardín, vistiendo un largo vestido rosado y unas zapatillas blancas. Escogió un libro de la biblioteca para entretenerse un rato y salió de su dormitorio. En el pasillo, se topó con Enzo, quien caminaba en dirección contraria, visiblemente apresurado y con el ceño fruncido mientras leía un mensaje en su móvil.El mensaje era de su padre, quien le pedía llegar temprano a la empresa para una reunión con los empleados. Enzo se preguntaba qué podría estar tramando su padre al convocar repentinamente una junta. Algo importante se cocía en manos de su padre, pensó.Estaba a punto de continuar su camino sin notar la presencia de la pelirroja, cuando escuchó su voz.—Buenos días —saludó la joven de manera amable.Enzo levantó la cabeza de la pantalla de su móvil y la miró.—Buenos días —respondió él, imitando su tono pero con u
Mientras tanto, durante su recorrido por el jardín, Celine se topó con un invernadero cercano, el cual supuso que pertenecía a Enzo. Sin embargo, al observarlo detenidamente, notó que se encontraba en un estado de abandono, con plantas marchitas y sin signos de vida. Parecía que nadie tenía intenciones de arreglarlo o darle el cuidado que requería.Al ver las plantas moribundas, un sentimiento de melancolía se apoderó de Celine, recordando los tiempos de su infancia cuando su madre aún estaba presente. Recordaba con cariño la forma en que su madre solía dedicarse al pequeño jardín que tenían en casa, regándolo con amor y cuidado, junto a su padrastro.Cada mañana, su madre se encargaba de regar las plantas y flores que llenaban de color y vida su hogar, un refugio alejado de todo. El recuerdo de aquellos momentos la llevó a sentirse profundamente sola, al igual que el invernadero que poco a poco se marchitaba y deterioraba.Dejando atrás las memorias de su infancia, Celine decidió ret
Lentamente, Celine se fue acostumbrando a la claridad de la habitación, la cual resultó ser una tortura para sus ojos. Desorientada, miró hacia todos lados, cayendo en cuenta de su ubicación. Intentó levantarse de la cama, pero una mano la detuvo.—Señorita —la voz de Claudia la hizo girar la cabeza en su dirección—. Debe descansar, por favor, acuéstese.—¿Por qué? ¿Qué ha pasado? —inquirió Celine, sin recordar nada.—Tranquila señorita, simplemente sufrió un desmayo. Al parecer, se ha estado esforzando demasiado. Le dije que no era una buena idea encargarse de nuestra tarea... —Pero me sentía bien —murmuró Celine para sí misma.Después de despedir al doctor, Enzo indicó a sus empleados que no permitieran que Celine limpiara de nuevo bajo ninguna circunstancia. Aunque los empleados no estaban al tanto de las acciones de la joven, no dudaron en cumplir la orden de su amo.Mientras caminaba por el pasillo, escuchó a dos sirvientas hablando de lo ordinaria que era Celine al comportarse
En la penumbra de la habitación, Celine estaba sentada en la cama, con la mirada perdida en la ventana, sumida en sus propios pensamientos. Fue entonces cuando apareció Claudia, trayendo una bandeja de comida y los medicamentos que la joven debía tomar.—Le he traído la cena, señorita —mostró la bandeja, y Celine asintió resignada a comer a pesar de no tener mucho apetito.—Gracias, Claudia —le dedicó una sonrisa agradecida por su atención—. ¿Sabes dónde está Enzo?—Lleva un rato en su despacho, señorita —respondió—. ¿Desea que vaya a buscarlo?—No, estoy bien. Será mejor no molestarlo más —murmuró para sí misma, y luego se atrevió a preguntar—. ¿Crees que hice mal al intentar ayudar? No entiendo por qué se molestó tanto por haber limpiado la biblioteca.—El señor Enzo es impredecible, rara vez lo he visto enojado. Suele controlar sus emociones en situaciones difíciles, pero cuando no lo hace, es porque le importa mucho la persona y tiende a enfadarse —explicó Claudia, recordando vari