—Cariño, entiendo que hayas tenido miedo —dijo, acariciando su mejilla—. Pero sabes que puedes confiar en mí. Yo estoy aquí para protegerte, sin importar lo que pase.Celine asintió, recostando la cabeza en el pecho de Enzo.—Lo sé, y te lo agradezco. Pero también sé que Malcom puede ser peligroso, y no quería que te hiciera daño.—Nada ni nadie va a lastimarme, cariño —aseguró Enzo, con firmeza—. Yo me encargaré de Malcom, y de Jake también. Cualquier plan que hayan tramado juntos, no funcionará.Celine lo miró, en sus ojos había una mezcla de intriga y confusión.—¿Qué es lo que has descubierto sobre Jake y Malcom? —preguntó, ansiosa por saber más.Enzo suspiró, tomando las manos de Celine entre las suyas.—Encontré un video que Jake me envió —explicó—. En él, apareces junto a Malcom hablando pero apenas y se escucha lo que dicen. Parece que Jake se ha reunido con él, y están detrás de todo esto.Celine abrió los ojos, sorprendida.—¿Cómo es posible que estén haciendo esto? —exclamó
Enzo suspiró mientras doblaba cuidadosamente una camisa y la colocaba en su maleta. Después de meses de escándalos y presión mediática, finalmente podría escapar junto a Celine, hacia un sitio lleno de tranquilidad y paz. Italia siempre había sido su lugar preferido, solía ir cuando deseaba estar alejado de todo y pasar tiempo consigo mismo. —¿Estás seguro de que no te olvidaste nada? —preguntó Celine, observando a Enzo con una sonrisa cálida. Sus ojos claros brillaban con emoción anticipada.Estaba emocionado de ir a Italia, siempre había querido viajar, recorrer el mundo entero. —No, creo que lo tengo todo —respondió él, cerrando la maleta con determinación—. Solo quiero desconectarme por un tiempo de todo este caos.—Ya verás que pronto las cosas se calmarán.La empresa familiar de los Ivanov había sido el blanco de intensos escrutinios públicos después de su reciente escándalo. Aunque lograron superar los problemas, la sombra del escándalo aún los acosaba. Enzo esperaba que este
—Sabemos que para tu padre no ha sido fácil, pero estoy segura de que que tomará la mejor decisión pensando en ambos. Por el momento, lo mejor será no presionarlo y darle tiempo. Enzo esbozó una sonrisa y llevó la mano de Celine a sus labios para besarla.—Tienes razón.La pareja se sumergió en una conversación animada, riendo y compartiendo planes para los próximos días. Mientras la noche avanzaba, Enzo logró alejar sus preocupaciones y entregarse por completo a la compañía de Celine. Aunque era inevitable no pensar en su padre. Al regresar al hotel, se encontraron con una habitación iluminada por suaves velas y pétalos de rosa dispersos sobre la cama. Enzo rodeó a Celine con sus brazos, perdiéndose en la profundidad de sus ojos claros.—Sorpresa —susurró con voz ronca.—¿Qué es esto? ¿Tú...? —él asintió mientras observaba como la joven quien estaba estupefacta, recorría la mirada en la habitación decorada tal como él había pedido—. Es hermoso, Enzo.Él sonrió ampliamente, sintiénd
Horas después...—¿Y mi padre? —preguntó Enzo, recordando la condición de Emir—. ¿Cómo está él?El doctor hizo una pausa antes de responder.—Emir ha tenido una noche complicada. Hemos tenido que realizar algunos exámenes adicionales, pero por el momento se encuentra estable. Uno de los médicos estará contigo en un momento para actualizarte sobre su estado.Enzo asintió, sintiéndose preocupado por su padre. Celine apretó su mano con suavidad, brindándole su apoyo.—Ve a ver a Emir, Enzo —dijo Celine con una mirada comprensiva—. Necesitas estar con tu padre en este momento.Enzo dudó por un instante, pero sabía que Celine tenía razón. Debía asegurarse de que su padre también estuviera bien.—Está bien, mi amor. Volveré pronto, lo prometo —dijo Enzo, besando la frente de Celine antes de marcharse. Celine observó a su esposo mientras se alejaba, sintiendo una mezcla de preocupación y orgullo por la fortaleza que Enzo estaba demostrando. Sabía que su familia estaba pasando por un moment
9 Meses después...La luz tenue de la mañana se filtraba por las ventanas de la habitación del hospital, iluminando suavemente el rostro de Celine. Sus ojos se abrieron lentamente, adaptándose a la claridad. Sintió un leve dolor y un cosquilleo en su abdomen, recordándole la cirugía que acababa de atravesar.Enzo, quien había pasado la noche en vela a su lado, apretó su mano con delicadeza al notar que su esposa había despertado.—Hola, cariño —susurró Enzo, con una mezcla de alivio y emoción en su voz—. ¿Cómo te sientes?Celine le dedicó una sonrisa débil, pero llena de gratitud. —Estoy bien, solo un poco cansada —respondió, su voz sonando rasposa—. ¿Y el bebé? ¿Todo salió bien?Enzo asintió, con lágrimas de alegría en los ojos.—Sí, mi amor. El bebé está perfectamente bien. Es un niño precioso.Celine soltó un suspiro de alivio, y una sonrisa iluminó su rostro. Extendió su mano, y Enzo entrelazó suavemente sus dedos con los suyos.—Gracias a Dios —murmuró Celine, apretando la mano
El sonido ahogado de los pasos en el exterior advertía de la pronta llegada de su padre. Sabía a lo que venía y se preparaba para enfrentarlo. No transcurrió menos de un minuto cuando la puerta fue abierta de golpe, mostrando la figura de un señor entrado en años cuya presencia formidable imponía respeto a su paso. Su cuerpo erguido pero frágil se sostenía en un bastón negro que le otorgaba cierta aura aterradora.—Enzo, ¿puedes explicarme qué hiciste para que la señorita Jossie acabara llorando? —preguntó demandante.Enzo volteó a mirarlo desde su lugar. Había pasado un rato frente al ventanal que daba hacia el jardín, observando un punto en específico; el árbol de cerezo que su madre había plantado años atrás.—¿Qué quieres que te diga? —inquirió en medio de un bostezo—. Le he dejado claro algunas cosas. Eso es todo.—¿Ah sí? ¿Y era necesario hacerlo delante de todos? Pobre muchacha, debió sentirse avergonzada... —un resoplido escapó de Enzo, ganándose una mirada de recriminación po
Por otro lado, a varios kilómetros de la residencia de Enzo, se encontraba una cabaña aislada situada en el bosque cerca del lago. En ese lugar vivía una joven junto a su padrastro, un hombre viudo que se había refugiado en el alcohol después de la muerte de su esposa hace diez años. Durante ese tiempo, la joven había soportado los maltratos por parte de su padrastro, convirtiéndose en víctima de él sin poder hacer nada al respecto. Estaba atrapada en una vida miserable, esclavizada.Como si eso no fuera suficiente, el padrastro tenía muchas deudas por pagar y decidió ofrecer a Celine como esposa a uno de los hijos de sus prestamistas, sin importar que este fuera veinte años mayor que ella.—Por favor, no me hagas esto... —suplicó Celine entre lágrimas—. Encontraré el dinero y pagaré cada centavo que debes, pero no permitas que ese hombre me lleve con él.Celine se dirigió hacia su padrastro al verlo entrar a la sala, luego de haber despedido al prestamista que pocos minutos había est
—No tendría problema en llevarte, pero como ves, mi auto está atascado en un bache. Será imposible sacarlo a menos que llame a una grúa, pero mi celular no tiene señal —respondió con un suspiro, su situación no era la mejor en ese momento—. ¿Hacia dónde te diriges en la ciudad? Puedo indicarte dónde encontrar la estación de tren que está más cerca.Celine negó con la cabeza, al borde del colapso. Las lágrimas inundaron su rostro, pero intentó contenerse frente a aquel desconocido. Aunque estaba indecisa acerca de recurrir a él, ya que no lo conocía, tenía pocas opciones y escapar de su padrastro era lo más importante en ese momento.—N-no, no tengo dinero para un boleto. Solo necesito salir de este lugar lo antes posible... —su voz se quebró en la última oración y trató de reponerse—. Si no me voy de aquí pronto, temo que mi vida se volverá un completo infierno. Por favor, se lo suplico, ayúdeme. La desesperación en su rostro hizo que Enzo comprendiera que aquella joven estaba huyend