Despierto en completa oscuridad y silencio. Trato de moverme, pero no puedo hacerlo. Mi cuerpo está inmovilizado. No sé dónde estoy. Intento agudizar mis sentidos, pero nada llega a ellos. ¿Estaré dormida? Mi mente me responde que no. Comienzo a llamar a Jacking, a la nana, pero nadie responde. Solo silencio.
Intento tranquilizarme; no gano nada con desesperarme. Después de muchas horas de escuchar únicamente mis pensamientos, el sonido de una gota de agua comienza a resonar. Me alegro, por fin otro sonido. Primero me dedico a escuchar ese hermoso goteo, luego comienzo a visualizarlo. La sed se apodera de mí. Pido agua a gritos, pero nadie viene.Ahora comienzo a odiar ese goteo constante. Me digo que debo tranquilizarme, que seguro despertaré pronto, que es una de tantas pesadillas. Empiezo a contar las gotas para tratar de dormir dentro de mi sueño y así poder despertar. Me desespero, nada ocurrLloro desconsoladamente. Esta soledad me está enloqueciendo. Y a mi memoria viene el recuerdo de aquellas patas calientes de lobo.—¡Desgraciadoooo, mándame a mi maldito lobo para que duerma conmigo, o que me coma, o me torture! ¡No me importa, mándamelo! ¡No quiero estar sola, prefiero que me acompañe un lobo!—Quiero a mi lobo —digo entre sollozos—. Sí, seguro estoy loca, estoy pidiendo un lobo... —río descontroladamente—. ¡Un lobo! ¡Sí, quiero a mi lobo!—¿Cuánto tiempo lleva así, Mat? —preguntó Jacking sin dejar de mirar a Isis.—Todo el día y la noche, Jacking —respondió Mat.—¿Vas a ir a dormir con ella? —volvió a preguntar Jacking mirando a su lobo.—No lo sé. Todavía no creo que no sea ella, que esté jugando c
Jacking va a encontrar a Mat en la cueva donde permanece Isis. Le preocupa que su lobo no se separa de ella, y que tampoco haya logrado nada. Isis parece de veras no saber nada. Es simplemente una humana con algún poder que no logran descifrar. Quizás es obra de sus padres. Llega y lo ve acostado con Isis que duerme extenuada. Mat al verlo, la deja y sale a su encuentro. —Mat, hace diez días que estamos torturando psicológicamente a Isis. No hemos logrado nada. ¿Todavía sientes ese gran poder en ella? —pregunta sin dejar de mirar a la humana. —Todavía lo siento Jacking, y ahora más que nunca —confiesa su lobo Mat siguiendo su mirada. —¿Por qué más? —inquiere Jacking preocupado. Su lobo lo observa directamente a los ojos y luego gira la cabeza para ver a la humana, mientras le contesta que a lo mejor es porque duerme con ella todas las noches, y ha depositado su confianza en él. Jacking asiente, mientras le dice que puede ser eso. Teka-her cree que deberían sacarl
Sabían que Isis iba a despertar; hablaban alrededor de ella para que creyera que había sido una pesadilla. Isis no quiere abrir sus ojos, no quiere despertar, porque siempre que lo hace se da cuenta de que sigue encerrada en una pesadilla. Pero hoy hay algo diferente: escucha voces conocidas a su alrededor.—Ya ha dormido demasiado. Si no despierta hoy, la enviaremos a un hospital —escucha esa voz conocida, sí, conoce esa voz, es Jacking.—Sí, yo creo que es lo mejor. La primera vez estuvo dormida doce días, y ahora va por diez, y aunque no encuentro un motivo físico para ello, sigue durmiendo. Todas las pruebas que le he realizado demuestran que no posee nada físico. Estoy convencida de que es psíquico —comenta la voz de una mujer; ella sabe quién es, es Teka, la doctora.Isis siente cómo la mano de Jacking le toca su frente. ¡Oh, Dios! ¡Ha despertado de esa horr
Luego se puso un pantalón azul oscuro, unas botas carmelitas que hacían juego con su chaqueta del mismo color. Se maquilló un poco para borrar las ojeras que tenía y salió de la casa, para encontrarse con Jacking recostado en su camioneta; se veía extremadamente sexy.El alfa sintió cómo la mirada de la humana lo inspeccionaba con curiosidad y admiración, mientras él fingía revisar algo en su agenda. Isis caminó despacio, seguida de Mat, que miró a Jacking con sus ojos dorados como si le advirtiera que la tratara bien, lo que le hizo sonreír imperceptiblemente.Por un momento, mientras avanzaba a su encuentro, a Isis le pareció que Jacking podía ver a su lobo también. Luego él dirigió su mirada hacia ella y abrió la puerta, invitándola a sentarse en el asiento del copiloto. Isis dejó pasar primero a su l
Isis no sabe qué hacer, se siente cada vez más furiosa. Se pregunta por qué trata a todas esas mujeres con amabilidad, mientras que con ella es un témpano de hielo. Y como si su mente le respondiera, vuelven a ella las palabras de Jacking cuando le confesara su amor:"¡Te prohíbo amarme, humana! ¡Te lo prohíbo!"Suspira sintiendo cómo las lágrimas asoman a sus ojos. Jacking no la ama, ni siquiera parece agradarle como mujer. Pero... ¿cómo va a convencer a su corazón, que late desbocado cuando lo ve, que no lo ame? Todavía no sabe qué nombre dar a todos estos nuevos sentimientos que se han despertado en ella. Se siente de pronto pequeña y perdida. Busca a su lobo al no sentirlo ni verlo.Suspira dejando escapar casi un sollozo. En esos momentos desea a su lobo imaginario con ella. Jacking, aunque aparenta no prestarle atención, está pendiente
Jacking, observando cómo ella absorbe el olor de una flor con deleite y cierra los ojos extasiada, nota cuando salta asustada. Retrocede rápidamente hacia ella y con una mano se adueña de su brazo, haciendo que Isis se gire para verlo con el ceño fruncido y una mirada que le aterra.—¿Por qué no me sigues? ¡Estoy trabajando, no puedo estar todo el tiempo pendiente de ti! ¿Puedes, por favor, seguirme? —le pide con una voz ronca que la hace estremecerse; por un momento se le parece a la voz de sus pesadillas.—Solo me entretuve con esta preciosa flor, tiene tu olor —le explica inocentemente Isis mientras le muestra la flor.Jacking comprende que realmente el olor de esa flor era su esencia única de mitad, que solo ella podía oler y reconocer. Se queda mirándola fijamente al sentir la revelación de su esencia por su mitad. Isis le sostiene la mirada observando c&oac
Jacking se asoma de vez en cuando a la puerta de su casa y mira hacia la colina de la luna. Su lobo Mat lleva más de tres horas sentado inmóvil, contemplando la lejanía. Sabe que algo le preocupa, pero no quiere presionarlo para que hable, después de todo, son uno solo. La actitud de su lobo lo afecta y no le permite concentrarse. Por ello, decide ir a ver qué le sucede, se acerca y se sienta a su lado.—¿Qué te pasa, Mat? Llevas horas sentado ahí, en silencio. Vamos, confía en mí —casi le ruega mientras pasa una mano por su cabeza.Su lobo se deja acariciar sin mirarlo, hasta que se tumba a su lado, colocando su enorme cabeza en las piernas de su humano. Se queda así, recibiendo las caricias como si necesitara llenarse de valor. Luego vuelve a sentarse a su lado antes de resoplar.—Jacking, llevo tiempo debatiéndome entre contarte mi historia,
La miré un rato a los ojos, viendo cómo comenzaba a ser devorada por las llamas sin inmutarse. Su hermosa piel comenzó a arder mientras ella seguía mirándome sin emitir una sola queja. Iba a girarme para marcharme y no ver cómo era consumida por las llamas, pero su voz me detuvo.—Sé que no me vas a creer, Mat, pero yo te amo. Sé que voy a morir ahora, pero tú jamás podrás ser feliz, porque tú y yo somos uno —dijo con una tristeza que no entendía—. Tú eres el orden y yo el desorden. Tú eres la calma, y yo la locura. Yo soy todo lo contrario a ti, Mat, por eso no podemos vivir uno sin el otro. Y voy a regresar, Mat. Tarde o temprano, volveré. Y haré de tu mundo, y de todos aquellos que te importen, un infierno. Porque está en mi naturaleza. No puedo hacer otra cosa.Diciendo esto, lanzó su último suspiro. Pero el caos