Los días fueron pasando convirtiéndose en semanas Macarena se fue a vivir al apartamento de Valentino y se llevó a Melody, mientras que Meredith, Rita y Matías se quedaron en el departamento de La Candelaria.
Los nervios no la habían dejado ir a hacerse los exámenes para comprobar si estaba embarazada aunque ella estaba segura de que el resultado sería positivo, tenía previsto ir ese día, ya habían transcurrido tres semanas de haber salido del hospital, sin embargo, tenía los síntomas, dolor en los senos, náuseas matutinas, sentía asco por ciertos alimentos.Mientras terminaba de realizar un informe, no pudo dejar de pensar en su hermano Matías, la tenía preocupada porque había cambiado mucho, casi no reía, se volvió insensible, y cruel, más durante los últimos días.Para alivio deMacarena salió de la oficina con Valentino, caminaban tomados de la mano caminó al consultorio médico, su rostro de preocupación era evidente.Valentino levantó su mano y le dio un beso, vio su expresión ceñuda, llevó su mano allí y la frotó suavemente.—No hagas esa cara, te saldrán líneas de expresión. ¿Te preocupa Matías? —preguntó sintiéndose inquieto por ella.—Demasiado, está lleno de un profundo odio, en contra de todo el mundo, como si la gente tuviera la culpa de lo sucedido, en verdad lo desconozco, mi hermano no era así —manifestó con pesar.—Y todo por culpa de esa mala mujer, quien la ve con cara de no romper un plato y destruye la vajilla completa —señaló Valentino molesto.—No la juzgues Vale
Perla miró la ropa que le había dejado Germaín en la cama, como si de una serpiente venenosa se tratara, le dio treinta minutos para bajar a uno de los salones de la casa, la cual acondicionó como si fuese un bar con tarima y todo incluido, ella debía subirse allí y modelar, lo cual sabía hacer bien, porque por un tiempo ese fue su sueño.Suspiró con impotencia al levantar las prendas, mucho más pequeña a su talla, el brasier apenas le cubriría los pezones y cómo sus senos estaban voluptuosos, producto del embarazo, quedarían expuestos para ser observados por los babosos amigos del hombre, el bikini no era mucho mejor, solo tenía un pequeño triángulo para cubrirle la parte delantera.Se miró por unos segundos en el espejo, tenía dos pequeñas bolsas oscuras debajo de sus ojos, pasó un dedo co
Un año despuésMacarena arreglaba los últimos toques de los pasteles, uno color rosa y otro azul, en el jardín de la casa del padre de Valentino. Ambos pequeños cumplían su primer año de edad, y habían dado alegría y felicidad a todos en la familia, tanto a los Pagliuca como a los Mendoza, claro con sus contadas excepciones.—¿Por qué debes darle la misma importancia a ese bastardo que a Meliena? Ella es una auténtica Mendoza, en cambio él es un recogido al cualdejaron tirado en… —Macarena no la dejó hablar la tomó por el brazo y se lo apretó con fuerza, marcándole los dedos.—¡Ya basta Meredith! No seas tan cruel y miserable, ¿Qué clase de ser humano eres? ¿Cuándo aprenderás a ser diferente? &iques
Valentino se quedó a la expectativa, en la espera de la respuesta por parte de su mujer, tal vez estaría un poco loco, porque ya Macarena y en él tenían más de diecinueve meses juntos, viviendo como pareja, pese a ello no pudo evitar sentir un sudor frío recorrer su espalda, su corazón palpitaba como los sonidos del tambor en las fiestas de San Juan, con fuerza y de forma incesante, porque temía ella lo rechazara, su alivio llegó cuando la chica se le tiró encima, con tanta energía, que los dos terminaron en la hierba riéndose a carcajadas.—Si mi amor hermoso, te digo un millón de veces que sí, porque te amo hasta el infinito y más allá —expuso emocionada, mientras en sus ojos comenzaban a brillar dos cristalinas lágrimas.—Amor, ¿Por qué estás llorando? Pensé que mi propu
La pareja, luego de despedirse de los últimos invitados,recogieron algunas cosas y subieron a la habitación de los niños, mandrón a dormir a la niñera y ellos bañaron a los niños, porque Matías Alejandro se había quedado con ellos. Después de haberlos bañado les colocaron las pijamas, los acostaron en las camas y les leyeron un cuento. Un par de minutos posteriores los pequeños se quedaron dormidos, encendieron la luz de la lámpara y salieron abrazados para su habitación, mientras Macarena posaba su cabeza en el hombro de su amado. —¿Estás muy cansada? —preguntó Valentino mientras comenzaba a masajearla en el cuello, cercano a la base de su cabeza, provocando que un ruidito saliera de sus labios de la chica por tan placentera caricia. —Si ha sido un día demasiado agotador, aunque todo ha salido como lo habíamos planificado. Sin embargo, aún tengo un poco de energía para hablar de nuestra boda
Las palabras de Perla, crearon una confusión intensa en el interior del Ángel, pues era una oferta muy apetecible escucharla dar su consentimiento para el inicio de algo entre ellos, era como cuando pedías al cielo un imposible, sabiendo que ni remotamente podía serte concedido, pero resultaba que milagrosamente alguien se apiadaba de ti, te cumplía tus peticiones y lo declaraba como un deseo cumplido.Ahora ver, sus labios dispuestos para él, era el equivalente a estar en el paraíso, sobre todo cuando ella terminó posándolos en su boca, fue un torrente de candela pura lo que sintió correrle por las venas, en vez de sangre y necesitaba liberarlo con la mujer a la quien siempre había amado en silencio.Nunca, ni en sus mejores sueños imaginó tenerla allí dispuesta para él, la observaba día tras día, sintién
Valentino y Macarena esperaban sentados en la sala de visitantes, esperando le informaran del estado de salud de su sobrino, ella no dejaba de llorar, culpándose por no haberlo cuidado bien.—Yo soy la culpable. Soy una mala tía, no me Pude dar cuenta de que estaba enfermo y si le pasa algo no voy a perdonármelo —pronunció la chica con voz entrecortada producto del remordimiento.—Ya mi amor, no hiciste nada malo. Tú no podías prever que iba a enfermarse, eso no está a tu alcance, por favor tranquilízate.En ese momento llegó Matías acompañado de Meredith, tenía el rostro pálido, y sus palabras se atropellaban en su boca.—¿Qué le pasó a mi hijo? ¡Por Dios! —preguntó angustiado.—Estamos esperando al pedia
Luego de abrazarla, Macarena le limpió las lágrimas a su hermana, esta la miró con ojos esperanzados.—¿Me prometes que no me dejaras sola? —volvió a preguntar aún con un atisbo de duda recorrerla.—¿Alguna vez te he dejado sola? —le preguntó Macarena, sin dejarla de mirarla a los ojos.—No, ni siquiera cuando me acosté con tu novio —respondió con tristeza—. Fui una perra.—No te mortifiques por eso nena, gracias por quitarme la mala hierba de mi camino, ¿Viste la diferencia entre mi Valentino y él? Es como del cielo a la tierra —sonrió Macarena con picardía.—Si, definitivamente tu Valentino es el hombre perfecto, pero no merecías nada menos a él, hermana, porque siempre has puesto a los demás por encim