Una selva frondosa iluminada por los rayos del sol rodeaba a 4 a lobos cachorros que corrían junto a un niño pequeño de cabello largo y taparrabo como única prenda para cubrirse. Me relajé un poco,pues ya había visto la película.- Quiero cotufas. Cómprame una- Miré a mi lado encontrando la mano de Emilio extendida hacia mí con un par de billetes. Los tomé y me disculpé con las personas a lo largo de la fila,bajé los escalones rápidamente y salí en busca de las cotufas. Me disculpé nuevamente al chocar las piernas de los demás y obstruir la vista de otros más arriba hasta llegar a mi asiento.-Aquí tiene- mis párpados comenzaron a pesar luego de un rato,sin embargo la voz de Emilio entró en mis oídos- Tengo sed- me levanté con pereza y tomé el dinero disculpandome una vez más por tropezar con todos a mi paso, compré el refresco y volví disculpandome ante las quejas del lado derecho de la sala.-Aquí tiene - murmuré dejándome caer en mi asiento.-Aprovecha y compra también algunos dul
-Eh...Creo que deberíamos alistarnos ya, haré las volteretas adicionales- hablé casi automáticamente al ver que Emilio no dejaba de mirarme.-¿Vienes?- sólo cuando escuché a Enrico llamarme, fuí capaz de apartar la mirada y volver a la realidad...La puerta de la mansión había estallado en mil pedazos.Me pegué a la pared con mi arma en alto, a la espera.Respiré profundo y crucé el umbral. Al menos 30 hombres se hallaban en la entrada,clavando sus miradas en mí mientras con pasos sincronizados me colocaba en el centro de la sala, sin perder a ninguno de vista.El primero se abalanzó sobre mí y el caos se desató. Con mi espada atravesé a cada uno de los que se acercaron.Como un torbellino (y con ayuda de los arneses) giré en el aire,al bajar corrí a las escaleras para tomar aire. Los hombres restantes subían los escalones con cautela, al acecho. Ésta vez fuí yo quien se abalanzó sobre ellos con mi espada,rebanando cuellos, atravesando brazos y piernas, haciendolos rodar por las esc
-Eh...Creo que deberíamos alistarnos ya, haré las volteretas adicionales- hablé casi automáticamente al ver que Emilio no dejaba de mirarme.-¿Vienes?- sólo cuando escuché a Enrico llamarme, fuí capaz de apartar la mirada y volver a la realidad...La puerta de la mansión había estallado en mil pedazos.Me pegué a la pared con mi arma en alto, a la espera.Respiré profundo y crucé el umbral. Al menos 30 hombres se hallaban en la entrada,clavando sus miradas en mí mientras con pasos sincronizados me colocaba en el centro de la sala, sin perder a ninguno de vista.El primero se abalanzó sobre mí y el caos se desató. Con mi espada atravesé a cada uno de los que se acercaron.Como un torbellino (y con ayuda de los arneses) giré en el aire,al bajar corrí a las escaleras para tomar aire. Los hombres restantes subían los escalones con cautela, al acecho. Ésta vez fuí yo quien se abalanzó sobre ellos con mi espada,rebanando cuellos, atravesando brazos y piernas, haciendolos rodar por las esc
-Ariana, debo hablar contigo -su mano se dirigió a mi muñeca pero Emilio jaló la que sostenía, haciendome tropezar con mis propios pies y terminar justo a su lado -Lo siento, pero deberás esperar tu turno súper estrella, la señorita Ariana ya tiene un compromiso- Emilio jaló mi mano, haciéndome caminar detrás de él y no me opuse. Como una fría ráfaga de viento pasé al lado de Adriano y salí del salón.Al salir al campo no tardé en notar que estaba en la mira de todos, espiandome con miradas furtivas.Con delicadeza retiré mi mano de la de Emilio y caminé detrás de él, imitando sus pasos en silencio. Me concentré en el pasto verde que mis botas negras aplastaban y cerré los ojos, agotada.Recordé la manera en que ese hombre me había gritado y luego la manera en la que tragó todas sus palabras al tener en sus manos un cheque.Así que esa era la gran diferencia.El mundo trataba de formas totalmente opuestas a la gente sencilla como yo y a las personas ricas y poderosas como el rubio de
Luego de eso era posible que fuera despedida así que decidí volver a la academia por mis cosas. La imagen de Emilio corriendo hacia mí se repetía una y otra vez en mi cabeza mientras salía del Hotel. Miré el alto edificio del que salí y suspiré.En un suspiro ocurrió todo.Tres hombres aparecieron y me tomaron, metiéndome entre forcejeos a una camioneta negra.En un suspiro el miedo se apoderó de cada fibra de mi cuerpo, dominandome.Y solo un suspiro fué suficiente para que un pañuelo sobre mi nariz desvaneciera el mundo y me enviara al abismo más aterrador.¿Esta vez...acabaría todo?Desperté de golpe a sentir que me ahogaba. El agua me escurría por el rostro y algunos mechones de cabello.Algo atontada y mareada miré con dificultad al hombre frente a mí,retirando de sus labios un cigarrillo y liberando el humo al aire. Cuando logré adaptar la vista y ver con claridad, noté una larga y horrible cicatriz recorriendo su sien hasta llegar a su mejilla izquierda.- Lamento despertarte
-Ha perdido algo de sangre pero la herida no es muy profunda...- sentí un punto de dolor taladrarme la cabeza. Dolía mucho pero mientras ese dolor inrrumpía a través de la oscuridad, otros muchos más fuertes acudían a distintas partes de mi cuerpo, reteniendome. Una brillante luz blanca se abrió paso entre las tinieblas, tan intensa, que incluso a la distancia que había de por medio, comenzaba a cegarme pero eso no borraba ni por atisbo la desesperación que sentía por salir de ese extraño y aterrador lugar.Intenté abrir los ojos mientras intentaba emerger de golpe de aquel agujero oscuro.-Me temo que hay algunas costillas rotas -sentí una punzada en el costado al intentar inspirar aire. A pesar de que flotaba bajo aguas negras, habían demasiados dolores para soportarlo,pero eso fué suficiente para salir al fin de la oscuridad.Pestañeé sin poder detenerme. No podía ver con claridad a las altas figuras que me observaban porque mis ojos estaban empañados.-Ariana... - me llamó Emilio
- Tu amiga me llamó. Quise llevártelas al hospital pero no te quedaste, y no creo que me dejaran llevarlas todas ¿Te gustan?- las palabras se atoraron en mi garganta y no pude dejar de mirar consternada su rostro -¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?- Son bonitas...- murmuré en voz baja, pero pareció escucharme.-Ah... Te he conmovido ¿Cierto? - Su perfecta dentadura saltó a la vista al escaparse una sonrisa más amplia. -¿Cómo supo donde encontrarme? Cuando me secuestraron- su mirada se entornó.- Cuando te fuiste, bajé por las escaleras de emergencias y al llegar al lobby, vi cómo te llevaban. Mi auto estaba afuera, así que los seguí.- Fue peligroso...- No me da miedo el peligro- comentó levantando su barbilla al tiempo que esbozaba una sonrisa burlona tan arrebatadora... Suspiré, decidida a no alargar más este encuentro.-Vine porque...- su sonrisa se borró al instante y me miró atentamente- no seguiré trabajando aquí. Ya terminó mi contrato.-No -respondió cortante, con tanta brusqued
El brillante azul del cielo no me parecía tan agradable como de costumbre. Me regañé a mí misma al notar como me dejaba arrastrar por la depresión y mis ánimos, cayendo en picada. Suspiré.El grito potente de los chicos y el sonido sordo de los choques de las armas y los golpes, eran contenidos por las paredes de cristal a la que Adriano y yo le dabamos la espalda.-¿Dónde estuviste estos días?- Trabajando - Murmuré, concentrandome en sonar convincente y suprimir los recuerdos que esa respuesta traía consigo.-Estos días quise decirte algo...- curiosa me volví hacia él pero su mirada estaba fija en el cielo, de forma ausente.-¿De qué se trata?- sus ojos se posaron en los míos por un momento. De forma tan intensa que parecía una eternidad.-Creo que debo esperar un poco más - lo miré confundida, a la espera, pero me tensé al sentir su mano tomar un mechón de mi cabello y colocarlo con delicadeza detrás de mi oreja- No quiero darte otra cosa más en la que pensar.Sólo concéntrate en v