SÁDICOCapítulo 08Elisa ScottSabía que la mala suerte había nacido conmigo.Sabía que lo que muchos llamaban "Fortuna" para mí solo eran catástrofes que venían una tras otra sin dejarme tan siquiera respirar.Sabía que no debía ir aquel día a ese maldito bar pero aún así sentí la necesidad de despojarme de todo aquello que me seguía carcomiendo por dentro.En la actualidad no hay ni una sola persona en el mundo a la cual yo podría llamarle familia y no saben lo que eso me duele.Me senté sobre los azulejos de mi baño, mientras que el agua de la regadera me empababa por completo. Mis manos me temblaban mientras dirigía mi mano hacia mi sexo para confirmar lo que Maximiliano me hacía dicho, pero me agité al percatarme d
SÁDICOCapítulo 09Elisa ScottMe había dejado estática ante su pregunta. Miré de soslayo a un tipo detrás de nosotros que nos observaba fijamente y me hacía sentir el doble de incómoda.Maximiliano se percató de lo que estaba sucediendo y levantó la mano repentinamente haciendo así una seña algo extraña con la palma de su mano, logrando que este hombre saliera de la habitación sin decir alguna palabra. El color oscuro predominaba la oficina del italiano, había unos enormes ventanales con un toque moderno pero también con algo del estilo de su país de origen. Brinqué al sentir su mano tomar la mía.—¿Te haz masturbado alguna vez?Bajé la cabeza por su pregunta. Negué mirando hacia mis zapatos haciéndole sonreír de nuevamente. Era extremadamente extraño todo esto, vivir de un lado hacia otro, trabajar hasta que tu cuerpo no respondía más y eso incluirle mis estudios universitarios; no me daba como que mucho tiempo para ese tipo de actos.—¿Me puedo ir?Volví a preguntar pero la mirada
SÁDICOCapítulo 10Elisa Scott¡Rayos!Estiré mi mano lo más rápido que pude para poder alcanzar mi pantalón, pero los ojos fulminantes de la madre de Maximiliano me dejaron completamente helada.Podía sentir los vellos de mi piel enchinarse, mientras que sus hermanos se miraban unos a otros. La pequeña Flor parpadeó sin aún comprender lo que estaba sucediendo y aunque dentro de mi cuerpo estaba gritando por ayuda, quizás el único que escuchó mi petición, fue el mismo italiano.El pelinegro, deslizó su enorme y musculosa mano derecha sobre mi pecho, para resguardarme de la mirada inquietante de todos y así poder ocultarme detras de su enorme cuerpo.—¿Podrías explicarme esto, Maximiliano Moretti?Espetó la esbelta y elegante mujer con un hermoso y perfecto acento italiano.—¿Qué quiere que te explique, mamá?—la voz de Joaquín llamó nuestra atención—Es más que obvio que estaba fo...El rubio brincó al recibir un golpe por parte del cenicero que su hermano mayor le acaba de tirar sobre
SÁDICOCapítulo 11Elisa ScottMe encontraba en shock y realmente no sabía que hacer. Maximiliano sonrió tan fríamente que podía sentir los vellos de mi piel enchinarse en su totalidad.Noah me miró de inmediato pero aunque buscara la forma de explicar lo que estaba sucediendo, nada me iba a funcionar.—Elisa...—el italiano hizo una pequeña mueca con su boca para luego continuar hablando—¿Podrías dejarme a solas por un momento con el señor Ferrera?Me espanté rápidamente.—¿Por qué?—ambos me observaron ante mi repentina pregunta. —¿Crees que estás en posición de interponerte en lo que haré o no?—sentí un fuerte tirón de mano que me sacó de inmediato de aquel vestidor. Noah gruñó dando un paso hacia adelante pero se detuvo al ver a tres tipos enormes detrás del mafioso italiano dispuestos a realizar cualquier bajeza en su nombre. —Vete, Elisa...—susurró despacio mi ex novio quizás buscando la manera de protegerme, pero al escuchar la risa burlesca de Maximiliano me hizo darme cuenta
SÁDICOCapítulo 12Elisa ScottEl señor Alexander Russo se levantó de la mesa luego de su enfrentamiento con Maximiliano. Dara observó a su esposo mientras que este miraba como su padre se marchaba de la reunión con sus ojos fijos sobre su espalda.Mi corazón golpeaba contra mis costillas en el instante en que la mano derecha del mafioso italiano, impactó contra la piel de mis piernas con poco disimulo y tan caliente como el deseo y la lujuria que lo consumía.Pietro enredó con un cubierto de plata un poco de pastas en salsa bolagnesa, que una de las tantas cocineras de esta familia había preparado para la cena; llevando así el alimento en dirección hacia su esposa.—¿Cuántos años llevan casados?—pregunté una vez que Dara terminó de comer.—Nueve años.Respondió él por ella mostrando el orgullo en su sonrisa. La heredera Volkov bajó la cabeza con algo de nostalgia y pude notar que algo se le atragantaba en la garganta. —Mi...—empezó a hablar la señora Russo, pero luego volvió a guar
SÁDICOCapítulo 13Elisa ScottMis días han sido tranquilos últimamente. Logré volver a la universidad y al menos ahora paso más desapercibida que en el semestre anterior.Fiorella y yo nos hemos acercado mucho más, suelo comer con ella en la hora del almuerzo y una que otras veces me voy con la menor de los Morettis a casa.He sentido que ya no estoy tan sola como antes, mis clases están mejorando y el pequeño apartamento que me compró Maximiliano cerca del campus universitario es realmente acogedor.Desde la última vez que vi a Noah, no he vuelto a tener noticias sobre él. En algunas ocasiones he querido volver a Falls City para preguntar como sigue, pero sé que si hago eso podría complicar mi tranquilidad actual.Cerré el libro de sociología apenas el timbre del receso sonó. Masajeé mi nuca por algunos segundos hasta que vi la cabeza de Flor azomarse sobre la puerta de mi salón de clases.Su pequeño cuerpo se arrastró hasta mi asiento mientras que con un brinco algo tierno me pidió
SÁDICOCapítulo 13Elisa Scott¡Dios!¡Dios!Esto se me va a salir de la manos. Salí corriendo detrás de Maximiliano apenas su cuerpo cruzó por la puerta de mi apartamento.Los residentes del condominio en donde vivían me veían de una forma tan extraña, que debí bajar la cabeza para que esté tipo de pensamientos no se atravesarán con lo que estaba sucediendo.El sonido del coche del mafioso me devolvió a tierra, apreté mis piernas para acelerar el paso y en el justo instante en que encendió el motor del vehículo para marcharse, me subí después de él ganandome su mirada de reproche.—¿Qué haces aquí?Sus ojos se encontraban fijos sobre mi rostro.—No los puedes matar... De seguro todo esto fue una especie de broma... ¿Podrías calmarte?—estaba entrando en pánico; sabía que él podía acabar con la vida de cualquier persona que él quisiese, pero esto era demasiado. ¿Hasta donde podría llegar un Moretti? ¿De verdad acabaría matando a sus hermanos por esto? La respuesta me estremecía porq
SÁDICOCapítulo 15Maximiliano Moretti¿Qué mierda estaba diciendo?¿Qué carajos había bebido en ese bar que ahora estaba diciendo puras estupideces?¡Iré a visitar al dueño de ese nauseabundo lugar y lo quemaré vivo sin dudarlo!Debía respirar, claro que debía respirar antes de tener un maldito infarto delante de Elisa y su cara de asco.¡Soy un estúpido de lo peor! Pero como si el cielo se hubiese conspirando en mi contra su risas de burla llenaron toda mi habitación dejando un vacío inremediable en mi pecho.—¡¿Sientes celos de Reece, cierto?!—el rostro de Elisa se había transformado a uno lleno de locura y crueldad—¡Estás enojado porque puedes tener todo el dinero que deseas...!—guardó silencio buscando quizás las palabras correctas para herirme, acomodó su suave cabello detrás de sus orejas para luego volver a arremeter en mi contra—Tienes todo lo que deseas, Maximiliano, dinero, lujos, mujeres...—entrecerré los ojos porque no comprendía su punto—Menos amor...—mis piernas se habí