Piero
Estoy tan exhausto, que al tumbarme en la cama, al lado de Aba, me invade una sensación cálida, y una extraña tranquilidad, y me quedo dormido. Despierto un par de horas después, y veo que Aba también está dormida. Se ha quitado ya ese feo pijama que llevaba cuando abrió la puerta, y ahora luce un camisón de seda. Y madre mia, que camisón, la tela se acópala su cuerpo, y marca cada milímetro de sus deliciosas curvas.
Trato de portarme bien, pero no puedo conseguirlo, mi mano se coloca entorno a su pecho, y lo amaso deleitándome el su suavidad. Mientras la acaricio escucho un suave jadeo proveniente de su boca, y no sé si sigue dormida, o mis caricias la han despertado, pero sigo con mi exploración. Toco su otro pecho, y ella se revuelve, y jadea de nuevo, y de pronto, mientras bajo mi mano por su estómago, y la coloco en su pubis, n
Aba- ¿Qué esperabas, Aba? ¿Un anillo tan grande como el de Bea? Porque yo nunca te dije que la posición de esposa estuviera en el menú ¿o si?¿qué esperabas conseguir volviéndome loco cada noche?Reproduzco las palabras de Piero en mi cabeza una y otra vez. He visto como se levantaba, presa de la furia y salía de la casa.Y mientras él se comportaba de ese incomprensible modo, lo único que he podido hacer es seguir con la mirada cada uno de sus movimientos. De algún modo, esperaba que él se daría cuenta del gran error cometido, que se disculparía por sus palabras crueles y carentes de sensibilidad, pero no la he hecho, simplemente se ha ido, dejando la casa llena de un vacío que no existía antes de que él hubiera estado dentro de mi hogar. PieroEl viaje de regreso a Italia es mucho más duro de lo que había esperado. Por alguna razón, pensaba que volver a ver a Aba sería suficiente para arreglar todo lo que había fallado hasta ahora. De hecho, si soy sincero, ni siquiera era consciente de que algo fuera tan manifiestamente mal entre nosotros. Durante tres meses he tenido con Aba el mejor sexo de mi vida, me he sentido tan conectado a esta mujer, que puedo sentirla aún dentro de mi. Se ha colado en mi interior, ha llegado a mi de una forma en que ninguna otra mujer lo había hecho antes, y por ese motivo es por el que más estúpido me siento.Al contrario de lo que mi madre pueda pensar, soy consciente de que hay personas que tratan de entrar en nuestro círculo, y en el caso de muchas mujeres, suelen aprovechar la oportunidad de acercarse a mi, que soy el heredero de la mitad del imperio Cardoglia. Pero normalmente soy conscCapítulo 25
BeaEstoy muy preocupada por la situación en que se encuentra mi familia, ha pasado ya una semana desde la última vez que hablé con Piero, y no consigo localizarlo. He contactado con todos los que podrían saber donde está, mi madre, su secretaria, sus amigos... pero nadie sabe donde se ha metido, salvo por su secretaria, que al menos me ha podido decir que ha desviado las llamadas importantes a su teléfono personal, pero que desde hace unos días, no está respondiendo a ninguna.Mattin me pide que me calme, y tal vez tenga razón, pero no puedo dejar de pensar que Piero no es así, quizá durante la Universidad lo fue, y llevó una vida loca que hizo que mamá se preocupara, pero desde que asumió el control de los negocios familiares, ya no es esa persona.Estoy tan preocupada que decido llamar a Aba, a ver si ella ha tenido noticias de mi hermano, sé que el final
NinaCuando recibo el mensaje de Bea, sonrío con alegría, y una exhalación sale de mi pecho. Llevaba varios días esperando a que solicitara mi ayuda, sin atreverme a llamarla por miedo a que descubriera que soy yo la que ha filtrado las fotografías a las publicaciones. Con el paso de los días, aunque soy una persona paciente, estaba empezando a perder la fé, y empezaba a pensar que quizá, por remota que sea la posibilidad, había decidido recurrir a su madre, y solucionar la lamentable situación de Piero en familia. Afortunadamente, mis instintos iniciales era acertados, y no ha querido disgustar a su madre, mostrándole la triste recaída de Piero, que como ya le ocurriera durante los años de Universidad, ha vuelto a verse arrastrado a la mala vida.Llamo a mi chofer personal, y le solicito que prepare el coche para el viaje a Roma, me dice que tardará aproxima
PieroPodría haberme negado a llevarla a comer, por supuesto, pero lo último que quiero es que mi hermana se siga enfadando, y Nina es una buena amiga de la familia, además yo necesito meter algo en mi estómago antes de caer desmayado de hambre.Bajamos al restaurante del hotel, y no me sorprendo cuando Nina solo pide una ensalada ligera, y agua con gas, siempre ha comido como un pajarito, es su truco para mantener su delgada figura. Yo, por el contrario, pido un rissotto y un bistec, y no siento ni pizca de vergüenza cuando veo como Nina mira con horror la cantidad de comida que colocan en mi lado de la mesa.- No sabía que estuvieras en Roma.- repito yo nuevamente, pues aunque le hice esta pregunta indirecta hace un rato, ella aún no ha respondido- de hecho, estaba seguro de que ningún conocido mio sabía que me encontraba aquí.- Querido, has estado bastante desconectado.
NinaNo voy a fingir que el grito apasianado del nombre de Aba no me dolió. Reaccioné de la mejor forma posible, traté de mostrarme tranquila, pero por dentro hervía de rencor hacia simplona que había conseguido colarse en la vida de Piero.Aún así, una vez pasado el momento, creo que mi reacción fue bastante buena, y durante los días siguientes he sacado buen provecho del sentimiento de culpa que asola al pobre Piero.He aprovechado para arrastrarlo hacia múltiples eventos benéficos, y he tratado de hacer que moderara la cantidad de bebida. Y mientras, me he dedicado a pasearme delante de él, con imposibles conjuntos de ropa de diseño que sé que han llamado su atención, porque en más de una ocasión lo he pillado mirándome el culo, o las piernas, pero en estos días he evitado cualquier acercamiento, y sé que eso lo est
AbaEs sábado por la mañana, pero yo vuelvo a estar en el despacho. Por algún motivo, esta mañana necesitaba trabajar, y liberar mi mente de pensamientos indeseados. Como los que recorren mi cuerpo cuando me duermo, y soy capaz de recrear en mis sueños cada caricia de Piero, cada vez que su lengua y la mia se han abrazado en un juego en el que ninguno de los dos perdía, cada embestida contra mi feminidad, cada vez que me he retorcido de placer entre sus expertos brazos. Y lo peor, no es que mi cerebro no descanse, y se dedique a recuperar recuerdos que debería esforzarse en borrar, lo peor, es que mi cuerpo traidor se estremece, y noto como la humedad invade mi sexo cuando me despierto jadeante.He intentado liberarme del fantasma de Piero por todos los medios, con duchas frías, con largas tardes de meditación, con compras impulsivas de ropa que no me puedo permitir, con noches de autocomplace
AbaMe despierto una eternidad después, y miro a mi alrededor sin saber donde me encuentro. Lo primero que cruza mi mente, es que la habitación en la que estoy, no se parece en absoluto a ninguna que haya en el estudio, y me asusto.Luego, cuando ya he despertado totalmente, me doy cuenta de que donde estoy es una aséptica habitación de hospital, y que los molestos pitidos que hay a mi alrededor son varias máquinas.Por un momento no recuerdo en absoluto lo que ha ocurrido, pero a medida que los minutos pasan, empiezan a llegar a mi mente imágenes de Piero follandose a Nina en plena calle, y de como esa abominable imagen me ha llevado al estado en el que ahora me encuentro. Aunque si soy sincera, tengo que reconocer que llevo varias semanas sin dormir bien, y alimentándome de bollos de la pastelería, y de precocinados que había en el fondo del congelador de mi casa.Presiono el b