El mundo gira en un devenir constante. Las situaciones cambian, evolucionan, lo mismo ocurre con los seres humanos que son cambio y devenir. Aunque siempre hay excepciones. Hay personas que se niegan a esa transformación, que se mantienen estáticas a lo largo de los años; pero también hay personas que no avanzan sino que involucionan, entre ellas encontramos a Aarón Miller.

Esa noche Aarón había arribado a la Villa ancestral Holt un tanto deprimido. Sentía que hacía un tiempo su vida se había vuelto un completo caos. Extrañaba, irónicamente, a Lara y quería tenerla en su vida. Un vacío se había apoderado de su corazón similar al que sentía cuando Amelia se había marchado. Tuvo que admitir, muy a su pesar que la amaba, él amaba a las dos y quería tenerlas a las dos en su vida. Una idea surcó su mente, como un rayo de luz, contrataría un investigador privado, no podía habérsela tragado la tierra, una mujer como ella, sin nada ni nadie, debía ser sencillo de encontrar.

Con eso en mente s