El no regreso. La verdad ni me sorprendió. Escuche que había luchado y se había encontrado con la famosa vampira Verónica, que parecían entenderse y eso sello lo que pensaba de él. Yo no era lo que buscaba, pero esa vampira que algunos conocieron era ideal para él. Escuche que era realmente bella y audaz, buena luchadora y muy caliente. Todo lo que yo nunca sería.

-¿por qué estás asesinando estas lechugas? ¿que te hicieron, te miraron mal?-pregunto Gwen entrando en la cocina mientras preparaba una ensalada.

-no me hicieron nada, solo que hoy no tengo tanta paciencia como otros días-respondí y Gwen se rio descaradamente.

-amiga, la paciencia y tu no van en la misma frase ¿por qué luego de terminar aquí, no acompañamos a Ardara con los humanos que han llegado?, hay que indicarles los lugares que no deben traspasar y de seguro estarán tan asustados de ver lobos y brujas que no harán muchas preguntas-decía Gwen. Desde hacía tiempo muchos humanos pasaban por nuestras tierras, algunos pedía