Antonia

Saber que me encontré con mi compañero y que además era un alfa, era algo que no tenía previsto para mi vida. Cuando él se transformo y quedo frente a mí, desnudo, me dio miedo. No soy inocente y había visto anteriormente machos desnudos, pero ninguno era así de grande y estaba segura que esa cosa no iba a entrar en mí, sin lastimarme. Luego mire a quienes hablaban y el miedo se transformo en terror, eran tres machos iguales. Vergonzosamente me desmaye.

Creo que desperté cuando el sanador me revisaba, pero tenía miedo de todo.

-hazte la dormida y escucha-aconsejo Pía, mi loba en quien confiaba.

Le hice caso y escuche todo lo que pude, pero el aroma de mi compañero estaba tan cerca que me hacia salivar. Sentía su lobo tratar de conectar con Pía y por lo que era cada vez más difícil concentrarme. Escuche cada palabra que hablo con mamá y supe cuando ella lo aprobó. En realidad era un macho agradable y muy directo.

-es hora, estaremos bien luciérnaga-dijo mamá sacándome de mis pensamien
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