POV: Adam.
Mi sangre hierve y eso es lo que mis ojos deben transmitir; la rabia que ahora mismo me recorre y que deseo desquitarme con ella, de la forma más pasional que pueda. Le hice una promesa antes y se la repito ahora. No le permitiré a nadie que la juzgue, que la ofenda o que siquiera la miren si lo hacen con malas intenciones.
Mi hermano es uno de esos. Y mi madre lo será también. Pero poco me importa lo que puedan o pretendan decir.
Amaia es ahora mi punto débil y a la vez, mi fortaleza. Por sacarla a ella de este mundo, por salvarla de su propia oscuridad, haré todo. Y necesito que ella lo sepa.
Se lo enseño en la profundidad de mi mirada y en la presión de mis manos ahuecando su rostro. No pueden quedarle dudas, ni una sola.
Su asentimiento viene luego de un resplandecer de sus ojos. De su brillante verde acompañando los sentimientos que nos rodean.
—Fuerte y cla
POV: Amaia.Estoy a punto de quemarme, así lo siento.No sé de dónde salió el atrevimiento de hace unos minutos, tampoco sé realmente cuánto tiempo ha pasado. Solo soy consciente de que me importa un bledo estar en su cama o encima de un sofá, en el piso o pegada a la pared; porque lo verdaderamente trascendental aquí es el hecho de que lo quiero ya, dentro de mí.Adam es puro fuego. Pura seducción. Y yo quiero abandonarme a sus brazos y dejar que haga de mí, por unas horas, lo que quiera. Porque sus gemidos y jadeos roncos son lo más excitante que alguna vez he escuchado, porque sus dedos hacen maravillas con mi cuerpo y su boca, ¡oh, por Dios!, su boca es pecado abrasador.Ahora, con mi cabeza apoyada en su hombro, mientras intento recuperar mi respiración, mantengo mis ojos cerrados para controlar mis emociones. Su olor delicioso me envuelve, acapara el &ua
POV: Adam.El auto se detuvo hace unos minutos, pero no encuentro la forma de contener todo esto que nos envuelve ahora mismo.Tengo mis sentidos, todos, enfocados solo en ella.Y es que, de qué otra manera podría ser, si este nivel de atracción que sentimos es demasiado. Y no es ahora que hemos tenido acercamientos, que nos hemos dejado llevar…no. Desde que la vi, sentí una conexión con ella. De esas sensaciones profundas que están, la mayoría de las veces, limitadas a una cantidad específica de personas. Nosotros tuvimos la suerte de sentirla, porque también sé que ella se siente así.Amaia es desconfiada, con toda razón si se desenvuelve en un mundo de mierdas constantes. Pero ella confió en mí, de una forma tan sincera, tan espontánea, que me hace entender lo afortunado que soy.Es tanto lo que quiero hacerle, en este mismo instante,
POV: Amaia.Su pene es largo y grueso. Se siente caliente y aterciopelado. Suave y a la vez, duro.No puedo ocultar que mi boca se hace agua, mucho menos, mientras Adam deja salir un gruñido ronco que me eriza la piel cuando muevo mi mano arriba y abajo, cuando lo saco del todo de sus calzoncillos. La orden dada por él, solo un segundo atrás, me excitó a tal punto que sentí mis bragas mojarse aún más. Mi cuerpo es todo un recipiente de emociones contenidas y solo serán liberadas cuando lo tenga dentro de mí.No mentí cuando le dije que daría lo mismo aquí, allá o dónde fuera. Lo cierto es que necesito sentirlo de una vez.Y cuando su cuerpo se levanta un poco y su mano viaja hasta uno de sus bolsillos traseros, puedo entender que la cosa comienza a volverse real. Muerdo mi labio inferior con la expectativa, Adam observa el movimiento con mirada sagaz y su otr
POV: Adam.La puerta se cierra de golpe, cuando estampo a Amaia contra ella. Tomo su boca con ansias y tal parece que no puedo aguantarme las ganas de estar dentro de ella otra vez. De hecho, lo más seguro es que sea así.¿Cómo llegamos hasta aquí? Ni siquiera lo sé. Desde que por fin dimos rienda suelta a nuestros evidentes deseos siento que floto en una nube de anhelos. Solo soy consciente de que la tengo donde quiero, donde deseaba tenerla desde que la vi.Amaia gime cuando muerdo su labio con fuerza y mis manos presionan sus caderas cuando las ganas se hacen inmediatas. La ropa, que tuvimos que acomodar antes de salir del auto, comienza a sobrarnos una vez más. Pero esta vez, quiero hacer las cosas bien, aunque el ardor de tomarnos sea imposible de aguantar.Con sus piernas rodeando mi cintura, sus brazos alrededor de mi cuello y los míos sosteniendo su peso, camino con ella por todo mi apartamen
POV: Amaia.Un dolor delicioso se extiende por mi cuerpo cuando intento acomodarme. Y una sonrisa se expande en mis labios cuando recuerdo el motivo. Me estiro y al instante noto a Adam recostado a mí, con su brazo fuerte y grande rodeando mi cintura. Me acurruco contra él, porque necesito sentir que es real, que la noche pasada no fue producto de mi imaginación.Mantengo los ojos cerrados porque quiero fingir que el amanecer demora en llegar, que el tiempo no corre y que seguiré aquí mucho tiempo más. Sé que tengo responsabilidades, que la vida sigue su curso normal, pero necesito una pausa, solo una.Decido recordar cada segundo, cada toque, cada beso. Puedo sentir la temperatura de mi cuerpo incrementarse sin poder evitarlo y un cosquilleo recorrer cada centímetro de mi piel con cada memoria. Adam es puro fuego, tanto en personalidad como en actitud. Y ahora, rememorar su rostro desencajado mientras me f
POV: Adam.Puede que mi mente esté aturdida todavía, pero soy capaz de comprender lo que sucede. O al menos, hacerme una idea.Las lágrimas que corren y humedecen sus mejillas, me alertan de que algo está sucediendo dentro de ella, en su cabeza, en su corazón. Y no lo dije por decir, cuando le aseguré que ya no hay vuelta atrás, porque realmente es lo que siento.No puedo declarar algo específico, no todavía. Pero sí puedo decir que la quiero en mi vida y no por un tiempo limitado.Ahora, mientras observo su rostro hermoso, con sus ojos cerrados para que yo no pueda ver lo que está pasando con ella, solo puedo pensar en que mi corazón late demasiado rápido y es solo por tenerla debajo de mí. Por lo que me hace sentir, por lo que provoca con su sola presencia.Amaia es esa mujer con alma pura y cuerpo de hierro, que se oculta detrás de sus defens
POV: Adam.»Señor, ya la señorita Leyva está en su apartamento.Leo el mensaje y al instante, me tomo de un trago lo que queda de whisky en el vaso. En cuanto Amaia se fue, sentí la necesidad de calmar mi odio de alguna forma. El alcohol fue la única opción. Con cada segundo que pasa, con cada nuevo pensamiento, en vez de relajarme, solo empeoro mi condición. Y la verdad es que después de semejante noche, puedo entender la razón de mi malestar. Todo lo bueno que sentí junto a ella, se siente opacado ante sus verdades. Ante su realidad.Y es que ahora entiendo sus reservas, su desconfianza, si es que ha tratado entre lobos todos estos años. No puedo siquiera imaginar el miedo que debe sentir en cuanto el nombre de su hija se ensucia saliendo de la boca de ese asqueroso de Bertrans. Hoy, más que nunca, comprendo la profundidad de lo que sentimos noso
POV: Adam.—En el futuro, creo que solo sabré de mi hijo cuando lo vea en los periódicos —interrumpe la conversación mi madre, lo que provoca que hagamos silencio. Me aguanto las ganas de rodar los ojos—. Si hoy es así, no quiero imaginarme cuando haga su propia familia, si es que eso pasa algún día.—Marine. —La voz de mi padre suena a advertencia.Y el hecho de que él intervenga, sorprende a todos, aún más a mi madre que está acostumbrada a salirse con la suya.—¡Marine, nada, Robert! ¡No lo defiendas! —replica, alzando la voz—. Me prometió que iría a la cena familiar y no se presentó, sin siquiera dar una explicación. ¿Te imaginas la vergüenza que pasé con Lorena y su hija?Mi padre me había avisado de su objetivo con esa cena, pero se supone que yo no sé na