POV: Amaia.
—Está todo listo, Amaia —murmura Jessie, asomándose en mi camerino y al ver mi estampa, suelta un silbido de aprobación—. Wow, andas modo perra hoy.
Lo dice impresionada, puedo notarlo; así como su tono extrañado. Mi reacción, una sonrisa ladina que se forma en mis labios y una ceja enarcada; lo veo en mi reflejo.
«Sí, estoy bien perra hoy. Es mi objetivo», pienso, coincidiendo con ella.
Frunzo los labios, como si pretendiera dar un beso, para terminar de pintar mis labios con el labial rojo sangre que uso poco.
—Ufff, hoy quieres matar a varios de un infarto —exclama, sonriente, tratando de aliviar las tensiones entre nosotras y de paso, sacarme información. La conozco y sé su forma de proceder.
—No a todos, solo uno —declaro, sin mirarla y sin dejar de perfilar ahora mis cejas, con mi dedo índice.
U
POV: Adam. Decir que me quedo hipnotizado en cuanto ella comienza a caminar hacia mí, es poco. Literalmente no puedo despegar mis ojos de su cuerpo, de sus curvas visibles a través de su ajustada prenda, de sus piernas cubiertas por esas botas demasiado sexys, de sus labios rojos encendidos. Amaia es un volcán en erupción y yo no tengo intenciones de irme de su lado. El movimiento de sus caderas, sexy, provocador, me obliga a mantenerme en este estado de furor donde no encuentro razones para espabilarme. «Ella es mi droga». Cuando sube las cortas escaleras siento cómo mi corazón se acelera, relamo mis labios con hambre de su figura, de su majestuosidad. Necesito soltar el vaso que llevo en la mano y que aún no pruebo su contenido, porque cuando se acerque sé que todo se irá al infierno. Le hago una señal, la quiero más cerca de mí, la quiero sobre mí. Ella acepta mi orden, pero como siempre, su actitud rebelde sale a relucir; su sonrisa maliciosa me lo advier
POV: Amaia.Mientras me alejo siento su mirada en mi espalda. Y a medida que lo hago, voy recuperando, de a poco, mi respiración y mi cordura. Estar cerca de Adam, bailar para él, sentirlo entre mis piernas como si fuéramos amantes, me hizo creer por un momento que nada más importaba. Que todo lo que gira a mi alrededor se pierde en la bruma de sus ojos, de su respiración cercana a la mía, de la realidad paralela en la que me hace creer que existo.Pero salir de su nebulosa me hace entender que son solo instantes, que el mundo sigue en movimiento aunque yo haya creído que se detuvo. Sin embargo, me gusta pensar que podría volverse duradero, que la esperanza sigue latente y que todavía no es tarde para recordar lo que es la felicidad. Porque, de verdad, extraño el sentimiento.Extraño ser feliz y ahora, cuando mis piernas me llevan de regreso a ese lugar que ha visto mis lág
POV: Amaia.Atravieso todo el salón con mi mirada fija en él. Adam continúa recostado a la barandilla, en su pose relajada y sin dejar de verme todo el tiempo, hasta que llego a su reservado. El brillo de sus ojos es depredador, hambriento incluso, y me provoca escalofríos por todo el cuerpo.Solo hace ademán de incorporarse cuando yo estoy lo suficientemente cerca de él para ayudarme a subir los cortos escalones. Irónico, que suelo bailar con zapatos más altos que los que ahora llevo y en este momento, sienta mis piernas temblar; con nervios. Eso me produce él, todo un cúmulo de emociones que a veces no sé cómo tomar, cómo interpretar. Pero que me hacen pensar que sigo siendo yo, la mujer que una vez sintió algo más que odio, algo más que rabia. Que me hace creer, esperar, que puedo recuperar esa parte de mí que lleva tanto tiempo escondida. Que la gr
POV: Adam.No tengo que ser adivino para saber lo que pasa por su cabeza. Y sí, yo también soy consciente de las evidentes diferencias sociales entre nosotros; pero nunca he sido de esos que necesita de un tipo específico de mujer para sentirse bien con la sociedad y sus exigencias.Puede que Amaia, desde el primer momento que nos conocimos, con todas las dudas que me embargaron, no era lo que yo buscaba ni mucho menos. Pero fue difícil resistirse a su atractivo y a esa emotiva forma que tiene de moverse y demostrar lo que siente; eso está claro ahora, mientras la observo a mi lado mordiendo su labio inferior. Lo que parecía solo una atracción física, se ha ido convirtiendo en una necesidad extraña de permanecer a su lado, protegerla, estar para ella. Tengo claro
POV: Amaia.El mundo desaparece a mi alrededor en cuanto sus labios se unen a los míos; en cuanto damos rienda suelta a esto que nos ahoga y no podemos evitar. En mi subconsciente se prende la alarma de que estamos en el Club, el centro mismo del hervidero, pero no me detengo a pensar en eso ni un segundo. Prefiero enfocarme en su sabor, en la desesperación que siento y comparto, a medida que nuestras bocas se funden en una sola.La mano que él tiene en mi cintura, sigue ahí, fija. Aunque es evidente que sus dedos arden con la necesidad de moverse; lo sé, porque presiona con fuerza contra mi piel. Sin embargo, en medio de esta locura temporal que nos tomó desprevenidos, él se mantiene al tanto de lo que esto significa.Para nosotros mismos y para los demás.Estamos jugando con fuego.Y no solo es el fuego que ya no puedo negar, existe entre nosotros. Es que estamos cruzando la fina líne
POV: Amaia.En cuanto escucho sus palabras, siento un balde de agua fría caerme encima. Aguanto el tipo solo para no darle el gusto a ese maldito que me observa con arrogancia y superioridad. A ese malnacido que siempre ha deseado mi rendición. Y bueno, de una forma irónica, ya la tiene, si resulta que mis "servicios" son bien remunerados.Adam busca mi mirada en cuanto Richard nos da la espalda y en sus ojos veo una petición de confianza, un ruego. Pero yo no puedo evitar transmitirle la nada en la que me sumerjo cuando me doy cuenta en el lugar que siempre estoy, y estaré, realmente.—No, por favor —susurra, con un mínimo movimiento de sus labios.Sus dedos se aferran a los míos y sé que me está pidiendo comprensión, tranquilidad.Lo observo con la frialdad que siempre me caracteriza, la que había dejado atrás por unos intensos minutos en los que
POV: Adam.Mi sangre hierve y eso es lo que mis ojos deben transmitir; la rabia que ahora mismo me recorre y que deseo desquitarme con ella, de la forma más pasional que pueda. Le hice una promesa antes y se la repito ahora. No le permitiré a nadie que la juzgue, que la ofenda o que siquiera la miren si lo hacen con malas intenciones.Mi hermano es uno de esos. Y mi madre lo será también. Pero poco me importa lo que puedan o pretendan decir.Amaia es ahora mi punto débil y a la vez, mi fortaleza. Por sacarla a ella de este mundo, por salvarla de su propia oscuridad, haré todo. Y necesito que ella lo sepa.Se lo enseño en la profundidad de mi mirada y en la presión de mis manos ahuecando su rostro. No pueden quedarle dudas, ni una sola.Su asentimiento viene luego de un resplandecer de sus ojos. De su brillante verde acompañando los sentimientos que nos rodean.—Fuerte y cla
POV: Amaia.Estoy a punto de quemarme, así lo siento.No sé de dónde salió el atrevimiento de hace unos minutos, tampoco sé realmente cuánto tiempo ha pasado. Solo soy consciente de que me importa un bledo estar en su cama o encima de un sofá, en el piso o pegada a la pared; porque lo verdaderamente trascendental aquí es el hecho de que lo quiero ya, dentro de mí.Adam es puro fuego. Pura seducción. Y yo quiero abandonarme a sus brazos y dejar que haga de mí, por unas horas, lo que quiera. Porque sus gemidos y jadeos roncos son lo más excitante que alguna vez he escuchado, porque sus dedos hacen maravillas con mi cuerpo y su boca, ¡oh, por Dios!, su boca es pecado abrasador.Ahora, con mi cabeza apoyada en su hombro, mientras intento recuperar mi respiración, mantengo mis ojos cerrados para controlar mis emociones. Su olor delicioso me envuelve, acapara el &ua