POV: Amaia.
Decir que dormí bien, sería una ilógica afirmación; está más que claro que no pude pegar ojo en toda la noche. El miedo invadió mis venas en el mismo instante que supe que Ernesto sabía dónde me quedaba, dónde encontrar a Audrey; desde entonces, no creo que pueda tener descanso. Odio la idea de que mi perfecto y pequeño mundo, se desmorone otra vez por su culpa. Cuando pensaba que podía vivir tranquila, aun en medio de todo lo que ya soporto, aparece este hombre que, en la vida, solo ha sabido hacerme daño.
Lejos están aquellos años en los que Ernesto era mi sostén, era mi amigo y era mi vida. Imaginar un futuro junto a él nunca fue difícil, pero sí lo fue, hacerme a la idea de que el hombre que había amado e idolatrado desde que podía recordar, se había largado sin mirar atrás. Sin importarle su hi
POV: Amaia.Cuando el día está por acabarse, es cuando siento que la felicidad nunca estará completa. Y sí, llevo cuatro años llegando a esta conclusión cada día, sin embargo, hoy se siente diferente. Esta noche tengo miedo.—Amaia, ¿ya estás lista? —pregunta Jessie, mientras guardo todas mis pertenencias en el bolso de tamaño mediano.—Ya casi —murmuro, antes de salir de la habitación. Solo me falta recoger mi chaqueta.Entro al salón y mi amiga está recostada al viejo sofá, con su minifalda vaquera y su top rojo, una chaquetilla de mezclilla completa su conjunto. La miro y no puedo evitar recordar mi reflejo en el espejo. Mi vestimenta siempre es sencilla, así tuviera la posibilidad de tener una provisión más amplia de armario, eso no cambiaría. Y en eso, Jessie y yo somos demasiado diferentes. A ella no p
POV: Adam.Como supuse desde bien temprano, no pude deshacerme de mi madre hasta pasado el mediodía. Y no es que yo quisiera ignorarla, nada parecido a eso, pero mi madre puede ser molesta cuando se le mete una idea en la cabeza. Hoy, mi futuro inmediato.Según ella, ya es hora de que busque una relación formal para establecerme y formar una familia. Y bueno, no va tan lejos de lo que quisiera en algún momento de mi vida; pero, sinceramente, no es algo que crea necesito ahora. Hasta esa idea, todo bien, lo molesto vino cuando intentó meterme por los ojos lo que, según ella, es la mujer que yo necesito. En fin, toda una mañana perdida. Y como no puede ser de otra forma, porque mi madre siempre se sale con la suya, estoy seguro que su supuesto plan para almorzar mañana, es para presentarme a alguna de las hijas de sus amigas. Podría decirle que no me interesa, que esas mujeres “adecuadas” para m&i
POV: Amaia.Despierto de mi letargo, cuando el agarre en mi cuello se afloja. Aprovecho la cobertura para llenar mis pulmones de oxígeno.—Ahora no eres tan valiente, ¿no?Escucho esa voz maliciosa taladrar mis oídos y abro los ojos, mientras recupero poco a poco mi respiración. Su mano se mueve de mi cuello a mis mejillas y aprieta con fuerza. Sus ojos desquiciados me observan divertidos y mi estómago se revuelve cuando siento su hedor a tabaco y alcohol.—Te dije que te daría una lección, perra. —Pega su boca a mi mejilla y la vibración de su voz, me provoca arcadas. Intento girar mi cabeza, pero no me lo permite—. Y ahora, vas a saber quién soy yo.Con la mano que tiene libre, comienza a tocarme de forma brusca y sin contemplaciones. Mi abdomen, descubierto por la ropa que llevaba para el show de esta noche, mis pechos y luego, hasta mi cabello suelto, jal&aac
POV: Adam.Si no tuviera su mano sosteniendo la mía con fuerza, regresaría a esa maldita oficina y les destrozaría la cara a esos dos enfermos. Puedo fingir calma, puedo aparentar que solo llegué en el momento justo; pero por dentro, mi sangre hierve y quiero golpear algo. Mi mandíbula está tensa y mis dientes rechinan, pero no puedo relajarme por más que lo intente.Sentir la palma de su mano contra la mía, es lo único que me mantiene a flote en estos momentos, el único contacto que me hace reconsiderar mis ganas de acabar con el senador corrupto y el malnacido de Bertrans; es lo que me trae de ese lugar oscuro al que voy en ocasiones, pero que hoy tengo que alejar para cuidarla a ella.Bajamos las escaleras y Amaia no dice nada; solo me sigue. Puede ser que me esté portando como un loco, un descontrolado, pero la sola idea de que a ella pudo haberle pasado algo no sale de mi cabeza. D
POV: Amaia.Después del episodio que acabo de soportar, podría pensarse que es una locura que me vaya de la mano de un desconocido; pero muy dentro de mí algo me dice que puedo confiar en él. Adam fue mi salvador, de no haber llegado no quiero imaginar lo que sería de mí ahora; suficiente tengo con el recordatorio de lo poco que fue capaz de hacer ese hombre. Mi cuello duele y mi garganta arde, al igual que mi mejilla; sin embargo, sentir el calor de la palma de su mano en contacto con la mía, me hace olvidar el sabor del miedo en mi boca.—¿No preguntarás a dónde vamos? —pregunta Adam, cuando casi salimos del club.Lo miro un segundo, tratando de ver en su expresión lo que sea que busca con su pregunta; pero solo encuentro verdadera curiosidad. Niego con la cabeza. Él sonríe.Una sonrisa que me hace suspirar, que me provoca corrientes por todo el cuerpo
POV: Amaia.Llegamos a la calle de mi edificio y es solo entonces, cuando la conexión entre Adam y yo se rompe. No pude parar de observar sus ojos oscuros durante lo que me pareció una eternidad, aunque mi acción fue recíproca, porque él tampoco movió su mirada y apenas, lo vi pestañear. No entiendo muy bien qué rayos me sucede con este hombre, del que hasta hoy no sabía ni su apellido, pero no quiero ahondar mucho en el sentimiento. Mi vida es bastante complicada como para darle importancia a algo que en algún momento me hará daño. Y sí, no puedo negar que sentí alivio cuando lo vi atravesar esa puerta, salvarme de una muy mala noche como todo un caballero andante con brillante armadura; tampoco niego que hay algo en él que me hace suspirar y de paso, perder la cordura. Y precisamente por esto último es que no puedo permitirme avanzar en nada más que, a larg
POV: Amaia.Me quedo congelada en el lugar, sin saber qué hacer. Siento que mi corazón se acelera, pero esta vez, por motivos completamente diferentes a los de unos minutos atrás. Mi cuerpo asume una postura defensiva al verlo ahí, recostado a la pared, con una actitud relajada que reconozco, es fingida. Es increíble que, a pesar de los años transcurridos, yo pueda ser capaz de saber lo que pasa por su cabeza, pero estoy segura de lo que creo. Sus ojos azules son el espejo de sus reacciones, siempre lo han sido; y ahora se muestran decepcionados y…críticos. Aprieto mi mandíbula y rechino mis dientes a la espera de que sea él quien diga algo, quien rompa el hielo en esta batalla de voluntades. Quisiera fingir indiferencia y mantenerme cuerda, pero no puedo hacerlo con Audrey a pocos metros de nosotros.—Comenzaba a pensar que tu integridad seguía intacta, aun cuando trabajas en ese club d
POV: Amaia.Se supone que luego del enfrentamiento con Ernesto, debería estar tranquila, debería suspirar con alivio. Entonces, ¿por qué no lo hago? Es simple, por Audrey. Mi pecho duele por ella, aunque mi pequeña no sea consciente, todavía, de ese dolor.Es duro comprender que mis peores miedos, los que me quitaron el sueño los últimos cuatro años, después de todo son infundados. Y eso, contrario a lo que podría creerse, me decepciona más.¿Dónde quedó el Ernesto que alguna vez amé? Con el que crecí e hicimos una lista con nuestros sueños para cumplirla juntos. ¿Dónde quedó el hombre perfecto de aquellos tiempos, amoroso, detallista? A estas alturas, comienzo a pensar que todo fue producto de mi imaginación.Y no, no me bastó, al parecer, que me abandonara. Eso fue lo suficientemente duro y desg