Aurora no quería hablar con Franco, de seguro le saldría con las mismas excusas patéticas de todos los hombres “Solo es una amiga” “Yo te amo a ti” y de solo imaginarlo se puso más furiosa.Cuando salieron de la habitación donde Carlos estaba durmiendo, Franco se quedó observando la casa de Aurora con las manos en la cintura.— Es linda — dijo y ella se detuvo detrás de él.— No es como tú cabaña — le dijo y él volteó a mirarla, los ojos grises resaltaban esa noche, como dos lunas llenas que la observaban.— Es hermosa, sé que pasaremos buenos momentos aquí — Aurora se cruzó de brazos.— No creo que duremos mucho si comienzas a ponerme el cuerno — Franco soltó una carcajada y miró uno de los libros que tenía en la mesita frente al mueble.— Si me hubieras dejado explicarte, no hubieras hecho esa ridícula escena de celos — la miró con los ojos entrecerrados — ¿Ya me amas tanto como para hacer una? — Aurora se sentó en el mueble y dejó escapar el aliento.— No seas ridículo, no estoy en
Cuando Aurora despertó estaba sola en el mueble, no se había dado cuenta de a qué horas se había dormido y tampoco en qué momento franco había desaparecido, pero, aunque durmió en el mueble se despertó en calma y descansada. la casa tenía un tremendo olor a desayuno que se le apeteció, y cuando levantó la cabeza comprobó que en la cocina hacia movimiento. Se puso de pie y caminó hacia allí, Carlos estaba de espaldas cocinando y parecía que tenía mejor humor. — Buen día — le dijo ella — parece que estás un poco mejor — Carlos asintió con la cabeza, cuando la miró, Aurora notó que había desaparecido ese semblante aterrado y somnoliento.— Un poco — murmuró él — anoche, bueno… Estar con Gio me calmó un poco al parecer, pero aún me cuesta creer que todo esto es real — Aurora camino hacia él y le despeino el suave cabello. — Te entiendo, anoche Franco me dijo que hay personas que les cuesta entenderlo más que a otras — el muchacho asintió — ¿Cómo sigues con eso de sentir al arena? — él
24Poderoso y peligroso.Aurora salió de la oficina esa tarde con un presentimiento extraño, Franco le había prometido que lo policías no podrían encontrarlo, pero, la habían encontrado a ella, y aunque no supieran que se encontró con el mafioso allá en Italia, sería muy fácil para ellos averiguar que no regresó al país en un vuelo comercial y si no, tendría que inventar una buena historia sobre como regresó al país en un vuelo privado.Cuando llegó a casa, un olor delicioso la invadió, como a pastel con frutas o algo así y encontró a Carlos en la cocina lavando lo que había usado.— jefa — le dijo él — lamento estar todavía, no me sentía listo para ir a casa, pero después de que el pastel esté hecho me iré — Aurora se apresuró a negar con la cabeza.— No te preocupes, Carlitos, puedes pasar el fin de semana conmigo, mientras te sientes mejor — él le agradeció con un asentimiento de cabeza y Aurora se sentó en el silla de la barra — ¿Cómo pasaste el día? — Carlos ladeó la cabeza.— Bi
Aurora recostó la cara en la cálida piel del hombro de Franco y respiró su olor, le acarició el pecho con las yemas de los dedos mientras él le acariciaba la espalda, y luego, después de un rato de comodidad en medio de la oscuridad, logró notar una luz fuerte a través de los parpados y cuando abrió los ojos notó que ya estaban en el espacio mental.Levantó la cabeza y comprobó a Franco, el hombre dormía a su lado plácidamente y ella no lo quiso despertar.La cama de sabana rojas había aumentado su tamaño, ahora era casi el doble de lo que era antes y el cuarto blanco estaba lleno de cosas.Había un armario alto y sobre él la fotografía del hombre de la cicatriz, junto a él había una de las plumas de la casa de Franco.Más allá había una versión pequeña del auto deportivo rojo del mafioso con la abolladura que Aurora le había hecho.Pero lo que más le sorprendió fue una ventana ¡Había una ventana!Se bajó de la cama y caminó hacia ella, era alta, como de toda una pared y aunque al otr
El fin de semana fue interesante para Aurora, aunque Carlos había insistido en regresar a su casa Franco le pidió a Aurora que lo mantuviera vigilado.Pasaron los dos días adelantando un poco del trabajo y comenzaron juntos una serie nueva que los tenía atrapados, y Aurora notó que el menor no volvió a tener ninguna de esas crisis de la arena y eso la hizo sentir mejor.No le comentó nada sobre que la policía había ido a hablar con ella, le pareció que sería preocuparlo innecesariamente, Franco le aseguró que no pasaría nada más allá de eso.— ¿Cómo amaneciste hoy? — le preguntó ella mientras bajaban del taxi para entrar a la oficina, no había hablado mucho esa mañana.— Bien, creo — dijo él y se ajustó los lentes — desde esa noche no he entrado al espacio mental, Gio ha estado raro, noto que busca a propósito no coincidir en el sueño.— Franco va a hablar con él — le dijo ella — solo que no ha encontrado la oportunidad, espero de verdad que su relación mejore — Carlos ladeó la cabeza
Cuando Aurora regresó a las escaleras su cuerpo estaba subiendo de forma automática, y justo antes de abrir la puerta del piso de la revista, Víctor la alcanzó, estaba sudoroso y rojo.— ¿Cómo caminas tan rápido? — le preguntó y ella se encogió de hombros — ¿Por qué no tomaste el ascensor?— Quería caminar, ¿Por qué me seguiste? — él terminó de subir los escalones que le hacían falta para alcanzarla y le sonrió de lado.— Tengo una historia genial para el periódico, es sobre una activista trans que fue involucrada en unos problemas, logró demostrar su inocencia. Logré contactame con ella y me gustaría que la entrevistáramos juntos — Aurora soltó la manija de la puerta y lo miró con los ojos entrecerrados.— ¿De qué hablas? Sabes que estamos en una competencia, porque…— Porque quiero ofrecerte un trato — le cortó él.— Tambien tengo un par de amigos en tu área de trabajo, Eduardo y yo compartimos edificio y… solo quiero ayudar — Aurora se volvió hacia él y le mostró una encantadora so
Aurora sintió la vibración del arma en su mano cuando disparó, pero no era su mano, era la de Franco.La arena recorrió su cuerpo por completo y la sumió en una oscuridad aterradora y aunque trató de moverse, no lo logró. Era como si estuviera enterrada bajo kilómetros de arena pesada y espesa que la tenían paralizada; Luego, poco a poco, la arena se hizo más suelta hasta que pudo comenzar a mover las extremidades y luego, de un golpe seco, se derrumbó en un vacío eterno que la consumió y cayó en su cama como si hubiese sido lanzada de diez pisos de altura.Cuando despertó, saltó tan fuerte que se cayó de la cama y se golpeó la nariz contra el suelo. Desde el disparo hasta que despertó pasaron apenas cuatro o cinco segundos, pero fueron los más agobiantes de la vida de Aurora.Se sentó en el suelo y recostó la espalda en la cama, el sudor le tenía todo el cuerpo empapado y el cabello enredado en la cara le impedía ver con claridad, así que se lo apartó de dos grades manotazos.Cerró l
Aurora pasó la noche en vela, y cuando se miró en el espejo esa mañana no pudo dejar escapar un gemido de desagrado.Las ojeras estaban marcadas y tenía toda la cara pálida y brillante.Lo peor de todo es que pudo sentir la presencia de Franco durante toda la noche, solo quería pasar un reto a solas para pensar, pero la arena la conectó con el mafioso y durante toda la noche, de una forma que ella no pudo explicar con palabras, logró sentir la incomodidad de él, la sensación de rabia y tambien de tristeza, incluso pudo sentir como escribió por horas en una libreta y también la ducha de agua muy fría que se dio antes de dormir, pero cuando se metió en las sábanas y se quedó dormido no llegó con ella.Se había acostado muy tarde, para Aurora eran las diez de la noche, pero para él eran las cuatro de la mañana, y supo que era por ella, porque no quería encontrarse y que lo mirara como lo había mirado en la discusión que habían tenido.No supo si Franco la sintió a ella, así como ella lo