24Poderoso y peligroso.Aurora salió de la oficina esa tarde con un presentimiento extraño, Franco le había prometido que lo policías no podrían encontrarlo, pero, la habían encontrado a ella, y aunque no supieran que se encontró con el mafioso allá en Italia, sería muy fácil para ellos averiguar que no regresó al país en un vuelo comercial y si no, tendría que inventar una buena historia sobre como regresó al país en un vuelo privado.Cuando llegó a casa, un olor delicioso la invadió, como a pastel con frutas o algo así y encontró a Carlos en la cocina lavando lo que había usado.— jefa — le dijo él — lamento estar todavía, no me sentía listo para ir a casa, pero después de que el pastel esté hecho me iré — Aurora se apresuró a negar con la cabeza.— No te preocupes, Carlitos, puedes pasar el fin de semana conmigo, mientras te sientes mejor — él le agradeció con un asentimiento de cabeza y Aurora se sentó en el silla de la barra — ¿Cómo pasaste el día? — Carlos ladeó la cabeza.— Bi
Aurora recostó la cara en la cálida piel del hombro de Franco y respiró su olor, le acarició el pecho con las yemas de los dedos mientras él le acariciaba la espalda, y luego, después de un rato de comodidad en medio de la oscuridad, logró notar una luz fuerte a través de los parpados y cuando abrió los ojos notó que ya estaban en el espacio mental.Levantó la cabeza y comprobó a Franco, el hombre dormía a su lado plácidamente y ella no lo quiso despertar.La cama de sabana rojas había aumentado su tamaño, ahora era casi el doble de lo que era antes y el cuarto blanco estaba lleno de cosas.Había un armario alto y sobre él la fotografía del hombre de la cicatriz, junto a él había una de las plumas de la casa de Franco.Más allá había una versión pequeña del auto deportivo rojo del mafioso con la abolladura que Aurora le había hecho.Pero lo que más le sorprendió fue una ventana ¡Había una ventana!Se bajó de la cama y caminó hacia ella, era alta, como de toda una pared y aunque al otr
El fin de semana fue interesante para Aurora, aunque Carlos había insistido en regresar a su casa Franco le pidió a Aurora que lo mantuviera vigilado.Pasaron los dos días adelantando un poco del trabajo y comenzaron juntos una serie nueva que los tenía atrapados, y Aurora notó que el menor no volvió a tener ninguna de esas crisis de la arena y eso la hizo sentir mejor.No le comentó nada sobre que la policía había ido a hablar con ella, le pareció que sería preocuparlo innecesariamente, Franco le aseguró que no pasaría nada más allá de eso.— ¿Cómo amaneciste hoy? — le preguntó ella mientras bajaban del taxi para entrar a la oficina, no había hablado mucho esa mañana.— Bien, creo — dijo él y se ajustó los lentes — desde esa noche no he entrado al espacio mental, Gio ha estado raro, noto que busca a propósito no coincidir en el sueño.— Franco va a hablar con él — le dijo ella — solo que no ha encontrado la oportunidad, espero de verdad que su relación mejore — Carlos ladeó la cabeza
Cuando Aurora regresó a las escaleras su cuerpo estaba subiendo de forma automática, y justo antes de abrir la puerta del piso de la revista, Víctor la alcanzó, estaba sudoroso y rojo.— ¿Cómo caminas tan rápido? — le preguntó y ella se encogió de hombros — ¿Por qué no tomaste el ascensor?— Quería caminar, ¿Por qué me seguiste? — él terminó de subir los escalones que le hacían falta para alcanzarla y le sonrió de lado.— Tengo una historia genial para el periódico, es sobre una activista trans que fue involucrada en unos problemas, logró demostrar su inocencia. Logré contactame con ella y me gustaría que la entrevistáramos juntos — Aurora soltó la manija de la puerta y lo miró con los ojos entrecerrados.— ¿De qué hablas? Sabes que estamos en una competencia, porque…— Porque quiero ofrecerte un trato — le cortó él.— Tambien tengo un par de amigos en tu área de trabajo, Eduardo y yo compartimos edificio y… solo quiero ayudar — Aurora se volvió hacia él y le mostró una encantadora so
Aurora sintió la vibración del arma en su mano cuando disparó, pero no era su mano, era la de Franco.La arena recorrió su cuerpo por completo y la sumió en una oscuridad aterradora y aunque trató de moverse, no lo logró. Era como si estuviera enterrada bajo kilómetros de arena pesada y espesa que la tenían paralizada; Luego, poco a poco, la arena se hizo más suelta hasta que pudo comenzar a mover las extremidades y luego, de un golpe seco, se derrumbó en un vacío eterno que la consumió y cayó en su cama como si hubiese sido lanzada de diez pisos de altura.Cuando despertó, saltó tan fuerte que se cayó de la cama y se golpeó la nariz contra el suelo. Desde el disparo hasta que despertó pasaron apenas cuatro o cinco segundos, pero fueron los más agobiantes de la vida de Aurora.Se sentó en el suelo y recostó la espalda en la cama, el sudor le tenía todo el cuerpo empapado y el cabello enredado en la cara le impedía ver con claridad, así que se lo apartó de dos grades manotazos.Cerró l
Aurora pasó la noche en vela, y cuando se miró en el espejo esa mañana no pudo dejar escapar un gemido de desagrado.Las ojeras estaban marcadas y tenía toda la cara pálida y brillante.Lo peor de todo es que pudo sentir la presencia de Franco durante toda la noche, solo quería pasar un reto a solas para pensar, pero la arena la conectó con el mafioso y durante toda la noche, de una forma que ella no pudo explicar con palabras, logró sentir la incomodidad de él, la sensación de rabia y tambien de tristeza, incluso pudo sentir como escribió por horas en una libreta y también la ducha de agua muy fría que se dio antes de dormir, pero cuando se metió en las sábanas y se quedó dormido no llegó con ella.Se había acostado muy tarde, para Aurora eran las diez de la noche, pero para él eran las cuatro de la mañana, y supo que era por ella, porque no quería encontrarse y que lo mirara como lo había mirado en la discusión que habían tenido.No supo si Franco la sintió a ella, así como ella lo
Aurora regresó al piso de la revista con los papeles en la mano y las llaves apretadas en un puño, tenía el corazón acelerado y por más que trató de ir con Franco no pudo, el hombre había despertado y visitarse en medio de la vigilia era realmente complicado, así que no tuvo más opción que escribirle un mensaje.— No puedo aceptarlo, Franco. Gracias, pero es un regalo muy caro — como única respuesta recibió un striker de un hombre con las manos en la cintura mirando mal.— Hablamos después — le escribió él después de que Aurora lo bombardeara en mensajes.Revisó los papeles, en ellos decía que la camioneta estaba a su nombre y tambien había una licencia de conducir con su foto y varias cosas que siendo honesta no entendió.— Ay dios — soltó, lo cierto era que, después de que se le pasaron los nervios por el tremendo regalo, se le escapó una sonrisa, pero no pudo darse un rato más largo para asimilar lo sucedido, porque de repente unas hojas cayeron frente a ella y Víctor se sentó enfr
Aurora se quedó en el auto cuando Franco salió, aunque el hombre le dijo que no serviría de nada ella decidió quedarse ahí, le aterró la idea de quedarse al lado del hombre y que pudiera delatarlo de alguna forma, pero en cuanto él entró al edificio de al lado por la puerta trasera, en un parpadeo ya estaba a su lado, así que no le quedó de otra que caminar junto a él.Lograba sentir al otro lado su cuerpo sentado en el asiento de la camioneta y a Carlos hablando con alguien, parecía hablar por teléfono, y por más que logró concentrarse en regresar no lo logró.— No eres tú, soy yo — le dijo Franco a uno de los hombres que caminaba a su lado después de sentir la desesperación de Aurora, ella entendió que le hablaba a su hombre para que no lo vieran hablarle al aire, pero le hablaba a ella — cundo uno de los dos se siente en un riesgo inminente ata al otro, estaba intentando controlar mis emociones para no atraerte, pero después de que llegaste…— Lo entiendo, no es tu culpa — le dijo