Carlos tenía sueño, Bastante, a decir verdad. Pero tenía mucho trabajo, apenas y había dado una edición superficial a la nueva edición, y tenía que esperar a que le llegara el diseño de la página para ir con la diseñadora y ajustar el texto, pero el nudo que sentía a veces en el estómago al recordar la capucha sobre la cabeza lo desconcentraba.Tal vez Aurora tenía razón y necesitaba descansar, pero para él era peor. Estar en casa sin nada que hacer era una tortura más grande al recordar una y otra vez lo acontecido.Recostó la cabeza en el escritorio y lazó un bostezó grande, pero no podía quedarse dormido, no frente a todos, así se puso de pie y caminó hacia el baño esquivando las miradas curiosas de los compañeros con los que se cruzaba, luego se topó con Liana que lo tomó por los hombros.— Felicidades — le dijo — estamos muy orgullosos todos de ti, la entrevista está genial — Carlos le palmeó el hombro moreno y siguió caminando hacia el baño, pero cuando abrió la puerta se tropez
Aurora estaba en ropa de dormir, pero el frio que llenaba la ciudad europea no se le quedó prendido en la piel. Franco estaba bien vestido, con un traje cálido hecho a medida y una corbata, estaba peinado con todo el cabello hacia atrás y lucía realmente sexy. Entró por una puerta que estaba al lado en el callejón donde tuvo la conversación con Doménico. — Te dormiste en mal momento — le comentó él — no debiste estar en esa conversación — ella estiró la mano y se le agarró del brazo, estaban caminando por un pasillo oscuro y temió tropezar. — ¿No que no hay secretos entre las parejas? — él negó con la cabeza, aunque Aurora no lo vio, lo supo, era extraño. — No es eso, ya te lo dije, Doménico… él, su sangre no esta tan disuelta como la nuestra, tiene más rastros de la gente del bosque, por eso tiene estas habilidades. Él se puede meter en la mente de las personas, si se hubiera metido en mi mente en ese momento te hubiera descubierto. — ¿No hay forma de contrarrestarlo? — preguntó
Aurora despertó en calma, a pesar de las emociones del sueño, había dormido bien cuando su mente se sumergió en la oscuridad y despertó llena de energía, como si de verdad le hubieran recargado las baterías.Llegó temprano a la oficina y allí se encontró con Víctor, el administrador del periódico y Aurora imaginó que casualmente la estaba esperando.Estaba frente al ascensor con un café en cada mano y cuando ella legó le soltó una sonrisa arrogante.— Aurora boreal, ¿Cómo amaneciste hoy? — ella le recibió el café que le ofreció y lo comprobó, se veía delicioso y cuando le dio un sorbo, si, estaba igual.— ¿Qué significa esto? — le preguntó — es la segunda vez que me traes café — él se encogió de hombros y presionó el botón del ascensor.— ¿No puedo ser amable con mi compañera que pronto se quedará sin trabajo? — Aurora blanqueó los ojos y se introdujo dentro del aparto — no es por ser arrogante, mi periódico lleva dos noticias muy importantes mientras tú solo… ah, ninguna.— Hoy sald
Aurora tuvo que ir al baño, irremediablemente la ropa interior se le había humedecido hasta mas no poder y por suerte en el kit de emergencias que tenía en el escritorio había un par de prendas de ropa interior que guardaba para una emergencia.Mientras se cambiaba y se adecentaba no pudo evitar que un sonrisa le invadiera el rostro, había acabado de tener sexo mental en su escritorio frente a todos sus trabajadores, era extraño, vergonzoso y también un poco morboso, y cuando salió evitó mirarlos a la cara.Cuando llegó a su escritorio ya había dos pruebas de impresión de la nueva edición y pasó al menos una hora comprobando cada detalle, hasta que estuvieron perfectas y el jefe le dio la autorización para mandar a la imprenta el dinero para hacer las impresiones suficientes.Ya con la edición de la semana lista, el ambiente dentro de la oficina se puso un poco más calmado, y Aurora aprovechó para buscar el contacto de Clarissa sarmiento, la escritora y novia del empresario Emilio Olá
Lo primero que Aurora pensó en hacer cuando vio el cuerpo menudo de Carlos desmoronarse frente a ella fue abrazarlo, y lo hizo.Estiró los brazos y Carlos recortó las distancias que los separaba y se fundió en un fuerte abrazo con Aurora.La mujer lo llevó adentro, aun le dolía el costado donde Franco se había golpeado con su patético arrebato de celos.— Tranquilo, todo está bien — le dijo el joven periodista mientras lo abrazaba con fuerza y él lloró un momento en su hombro, luego se apartó y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.— Lo siento — le dijo, tenía la voz ronca — lo siento yo, yo me estoy volviendo loco — Aurora negó con la cabeza, quiso decirle que no, que todo era por culpa de la arena, pero no lo dijo, Carlos estaba muy reticente a creer todo aquello y eso tal vez lo empeoraría, así que solo le acarició el cabello.— Te entiendo, pero te prometo que todo va a estar bien — él la miró a los ojos, estaban enrojecidos.— Puedo sentirla — le dijo y Aurora negó con
Aurora no quería hablar con Franco, de seguro le saldría con las mismas excusas patéticas de todos los hombres “Solo es una amiga” “Yo te amo a ti” y de solo imaginarlo se puso más furiosa.Cuando salieron de la habitación donde Carlos estaba durmiendo, Franco se quedó observando la casa de Aurora con las manos en la cintura.— Es linda — dijo y ella se detuvo detrás de él.— No es como tú cabaña — le dijo y él volteó a mirarla, los ojos grises resaltaban esa noche, como dos lunas llenas que la observaban.— Es hermosa, sé que pasaremos buenos momentos aquí — Aurora se cruzó de brazos.— No creo que duremos mucho si comienzas a ponerme el cuerno — Franco soltó una carcajada y miró uno de los libros que tenía en la mesita frente al mueble.— Si me hubieras dejado explicarte, no hubieras hecho esa ridícula escena de celos — la miró con los ojos entrecerrados — ¿Ya me amas tanto como para hacer una? — Aurora se sentó en el mueble y dejó escapar el aliento.— No seas ridículo, no estoy en
Cuando Aurora despertó estaba sola en el mueble, no se había dado cuenta de a qué horas se había dormido y tampoco en qué momento franco había desaparecido, pero, aunque durmió en el mueble se despertó en calma y descansada. la casa tenía un tremendo olor a desayuno que se le apeteció, y cuando levantó la cabeza comprobó que en la cocina hacia movimiento. Se puso de pie y caminó hacia allí, Carlos estaba de espaldas cocinando y parecía que tenía mejor humor. — Buen día — le dijo ella — parece que estás un poco mejor — Carlos asintió con la cabeza, cuando la miró, Aurora notó que había desaparecido ese semblante aterrado y somnoliento.— Un poco — murmuró él — anoche, bueno… Estar con Gio me calmó un poco al parecer, pero aún me cuesta creer que todo esto es real — Aurora camino hacia él y le despeino el suave cabello. — Te entiendo, anoche Franco me dijo que hay personas que les cuesta entenderlo más que a otras — el muchacho asintió — ¿Cómo sigues con eso de sentir al arena? — él
24Poderoso y peligroso.Aurora salió de la oficina esa tarde con un presentimiento extraño, Franco le había prometido que lo policías no podrían encontrarlo, pero, la habían encontrado a ella, y aunque no supieran que se encontró con el mafioso allá en Italia, sería muy fácil para ellos averiguar que no regresó al país en un vuelo comercial y si no, tendría que inventar una buena historia sobre como regresó al país en un vuelo privado.Cuando llegó a casa, un olor delicioso la invadió, como a pastel con frutas o algo así y encontró a Carlos en la cocina lavando lo que había usado.— jefa — le dijo él — lamento estar todavía, no me sentía listo para ir a casa, pero después de que el pastel esté hecho me iré — Aurora se apresuró a negar con la cabeza.— No te preocupes, Carlitos, puedes pasar el fin de semana conmigo, mientras te sientes mejor — él le agradeció con un asentimiento de cabeza y Aurora se sentó en el silla de la barra — ¿Cómo pasaste el día? — Carlos ladeó la cabeza.— Bi