Impulsiva

Murilo

No llegué a decir lo que pretendía, pues pronto Virginia tenía mi polla completamente dentro de su caliente y deliciosa boca, volviéndome loco con sus movimientos alrededor de mi miembro.

Bajó lentamente su boca hasta la base y volvió a subir hasta la cabeza, pasando su suave lengua por la punta que palpitaba de lujuria.

No pude resistir la lentitud con la que me estaba volviendo loco y sujeté su larga melena, haciendo un bucle con mi mano y guiando sus movimientos para que fueran cada vez más rápidos, a medida que se acercaba el orgasmo.

Antes de correrme dentro de su traviesa boca, me saqué de ella y la chorreé por todo su regazo, marcándola con mi semen y apasionánd

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