Ganancias Y Pérdidas

Virginia

Después de que regresé a la tienda, Murilo y yo establecimos una rutina diaria en la que él me dejaba primero en el centro comercial y luego iba a la empresa, asegurándose de almorzar conmigo todos los días. A las cinco de la tarde pasaba por el centro comercial para recogerme y juntos íbamos a su apartamento.

Pero el viernes por la mañana, mientras íbamos camino al centro comercial, Murilo volvió a insistir en que debería aceptar su oferta de poner un conductor a mi disposición, algo que ya había sugerido y que yo había rechazado firmemente.

"No necesito que vayas a dejarme y recogerme todos los días en el centro comercial, Murilo", señalé. "Ya lo dije al comienzo de la semana y vuelvo a repetirlo. Estoy

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