El anillo era gigante y pesado, era un diamante blanco realmente brillante, mientras que a los lados tenía pequeños diamantes incrustados. Miró mi dedo y puedo ver lo hermoso que es estar comprometida otra vez, con la diferencia de que ahora siento que me casare por amor. ´

Nada de estos sentimientos pasaron cuando me comprometí con Mike, fue totalmente diferente, incluso en la forma en la que me lo pidió fue tan diferente. Mike no se había tomado la molestia de buscar un lugar romántico para proponérmelo, sino que encontró nuestro departamento un buen lugar para pedirme matrimonio.

El sentimiento incluso es diferente, cuando Mike me pidió matrimonio, lo único que pasaba por mi mente, era que estaba muy vieja para decirle que no, ya que no sabía si otra persona me lo pediría. Y con Leonardo, lo único que pasó por mi cuerpo fue una adrenalina, que me llevo a llorar como una pequeña niña, pero era porque en realidad estaba enamorada.

Ahora estamos de regreso a la isla de Fernando. Leona