La señora Torres iba a decirle algo a Adriana, pero, de repente se dio cuenta de que estaba interrumpiendo algo más importante, así que rápidamente agitó la mano y dijo:—No pasa nada, no quiero importunar, ustedes sigan con lo suyo.—Señora, ¿qué es lo que quiere decirme? —José preguntó con seriedad.—Nada que sea más importante que lo que ustedes tienen que hacer. ¡Sigan, sigan ustedes! ¡Adiós yo me despido! —dijo rápidamente, y al instante colgó la llamada.A fin de cuentas y después de todo, ¡lo más importante era tener nietos!—Esa vieja cizañera…Cuando Adriana bajó el celular, José intentó romper el hielo:—Gracia y todos los que están trabajando para ella están bajo mi control. ¿Cómo quieres manejar esto?Adriana pensó un momento y respondió:—Por ahora no los molestes, no es necesario.José parecía sorprendido:—¿Te refieres a que… vas a dejarlo todo, así como está?—¿Cómo crees? —Adriana sonrió, sin explicarse.—¿Entonces qué planeas hacer? —preguntó él, curioso.—Pues, ¿qué
—Eh… ponte el cinturón de seguridad.Adriana volteó la cabeza, intentando romper la incomodidad del momento.José notó cómo ella se ponía roja y se enderezó en su asiento.—¿Quieres saber qué deseo fue el que pedí? —preguntó él con un tono suave, como si insinuara algo.Adriana notó ese tono y, para no caer en su juego, solo cerró los ojos y dijo:—Si dices tu deseo, no se cumple. Estoy un poco cansada y mejor ya me voy a dormir.Le pareció tan directo que José no pudo evitar reírse.Sin embargo, Adriana, que al principio solo quería fingir, realmente se quedó dormida, y no despertó hasta que llegaron al hospital.El médico revisó su herida y les informó que la serpiente no era venenosa y que lo de su pie tampoco era grave. Tras desinfectar la herida, les aseguró que no tenían nada de qué preocuparse.Viendo lo tarde que era y que Adriana lucía exhausta, José decidió que era mejor que ella pasara la noche en una habitación VIP del hospital.A la mañana siguiente, cuando Adriana despert
Alta costura, grandes marcas, y siempre tan aburridas las cosas en las que se fijaban.Adriana se sentía un poco incómoda; siempre que ese grupo de jóvenes aristócratas con intereses tan extraños se reunían, se sentía un ambiente pesado y excluyente.Adriana no quería ser parte de su juego, sentía que estar con ellas solo le restaba inteligencia.Pero Gracia no podía dejar de provocarla, así que ella no tuvo más opción que responder:—Creo que todos ustedes, con una educación de élite aristocrática, saben lo que significa la verdadera nobleza, así que no necesito hablar más.—Sí, sí, claro que sabemos lo que es ser de la alta sociedad, porque nacimos en familias de plata, no necesitamos que nos enseñes —respondió Gracia, con un tono arrogante.—No evadas el tema —insistió Gracia.—En serio nos mata la curiosidad ¿de qué marca es el vestido que llevas? ¿No vas a decirnos?Gracia no dejaba de insistir, y Adriana vio que todos los presentes solo se interesaban por esa pregunta, dándose cu
La señora Torres estaba a punto de irse a hablar con algunas amigas, pero, al escuchar a Gracia, se detuvo.—Adrián no está interesado en el amor, no hemos oído hablar de ninguna muchacha que le interese en todos estos años —comentó alguien, dudando de la afirmación.Sin embargo, Gracia sonrió con seguridad —Yo no me invento nada. ¿Conocen ese diamante rosa recién sacado de Sudáfrica? Pues Adrián fue quien lo compró, y como Adriana adora las estrellas, él quería regalárselo.—¿En serio?—Si no me creen, pues busquen. Van a ver que ese diamante está registrado a nombre de Adrián —respondió Gracia con una expresión confiada.La señora Torres cambió sutilmente su expresión.Gracia sabía que la señora Torres no soportaba a una mujer irrespetuosa, así que aprovechó para continuar:—Ayer por la noche, Adrián y Adriana fueron juntos a ver las estrellas fugaces, ¡en Nube Cerquita! ¡Y acamparon juntos!—Ah, ya entiendo.En ese instante, todos comenzaron a asumir que había un romance secreto en
Cuando escucharon a Adriana, todos los chismosos con miedo de perderse la primicia presente sacaron rápido sus celulares para ver las noticias.Gracia hizo lo mismo. Con el celular en la mano, trataba de disimular sus nervios, sin querer que se notara que le importaba demasiado.Pero no importaba cuánto tratara de ocultarlo, la noticia era tan explosiva que rápidamente hizo que todos se olvidaran del tema de Adrián y Adriana.Todos fueron a leer la última gran noticia, fascinados.Amor prohibido: La joven millonaria que se enamoró de su guardaespaldas.La noticia subió al tercer puesto de las noticias más comentadas en solo tres minutos, ¡y seguía subiendo!Al hacer clic en la noticia, descubrieron que la tal noble dama era nada más y nada menos que Gracia, la hija del duque Guillermo que siempre se mostraba en público.La filtración incluía fotos íntimas de Gracia y su guardaespaldas vestido de negro, donde los dos aparecían juntos en un auto en el campo San Carlos. Se les veía susurr
—Soy periodista del Periódico Costa Sol, no sé si tendría la suerte de poder entrevistarla —dijo el hombre.El Periódico Costa Sol era uno de los medios de comunicación más influyentes, y también el más selectivo, no era amarillista y por lo general, no se molestaban en cubrir eventos de menor escala. Solo los eventos grandes y de gran atención mediática conseguían que un periodista del Periódico Costa Sol estuviera presente. Por lo que no esperaba que en dicha cena privada también estuvieran ellos.Adriana estaba dudando, cuando vio acercarse a la señora Torres sonriendo:—Yo lo invité. Ellos solo aceptan entrevistas de personas que realmente les interesen, así que me hicieron una condición, solo entrevistarán a personas que les interese.Viendo la seña de la señora Torres, Adriana comprendió y se levantó:—Está bien, sería un honor aceptar la entrevista.—De ninguna manera, el honor es para nosotros —respondió sinceramente el periodista.—La actitud de Adriana frente a las situacione
—Claro —dijo Adriana asintiendo.—Nuestro proyecto fue uno de los primeros en ser aprobados —comentó Adriana.—Ok, entonces mañana al mediodía estaré esperando —sonrió Héctor, su expresión era sincera.Después de una breve pausa, él continuó de manera casual:—Si para ese entonces no soy el único interesado en el perfume del Grupo López, ¿sería posible que Adriana me diera prioridad para colaborar?Adriana sonrió un poco, y bajó la mirada. Ella tenía sus dudas.Aunque el Grupo López estaba construyendo nuevas fábricas y lanzando productos de manera frecuente, lo que representaba una gran inversión, Carmen también había estado buscando fondos en el extranjero. Si lograba obtener una inversión rápidamente en esta presentación, sería ideal.En ese momento, Héctor lanzaba una invitación directa. En teoría, Adriana no debería rechazar una oferta tan directa, pero la forma en que Héctor expresaba su interés sólo aumentaba sus sospechas.Además, no podía ignorar lo que José pensaba de él.—La
La cena estaba llegando a su fin cuando un tipo elegantemente vestido se acercó a Adriana, y le preguntó:—¿Es usted Adriana?—Sí, con ella habla —respondió Adriana mientras alzaba la mirada con cortesía.—Mucho gusto, Adriana, soy el editor en jefe de la revista Estilo & Glamour, Roberto Peña.El hombre se presentó y continuó:—Adriana, vi que llevaba un vestido diseñado por doña Torres y me impresionó mucho. Justo ahora estoy pensando en cambiar el estilo de la portada de la revista, y me gustaría invitarla a ser modelo para nosotros.Adriana se sorprendió. Estilo & Glamour era una revista de moda de gran prestigio. Muchos famosos del momento deseaban obtener este tipo de oportunidades y peleaban por ellos. No esperaba que Roberto la invitara de manera tan directa.Pero, al pensarlo detenidamente, tenía sentido. La marca de doña Torres era un ícono en la industria de la moda, y Roberto no podía ignorar la primera creación de doña Torres después de tantos años, un vestido de gala únic