Capítulo150 Él se despertó.
Al otro lado de la línea estaba don Lorenzo, hablando con un tono molesto.

—Sí, pero tú tienes mi número, y yo no tengo el tuyo. Pensé que ya te habías olvidado y que no querías que te devolviera el favor. —respondió Adriana con una sonrisa.

—Soy alguien que gusta de llevar las cuentas muy claras. ¡Jamás olvido lo que me deben! —dijo don Lorenzo rápidamente:

—Recoge tus cosas. Te paso la dirección. Ven a mi estudio de inmediato.

—¿De inmediato? —Adriana respondió, sorprendida.

—¿Qué tiene eso de malo? —preguntó Don Lorenzo, descontento:

—La gente de Costa Sol es demasiado relajada. Me han entretenido hasta esta hora, y mañana ya me voy. ¿Es que no piensas cumplir tu promesa?

—De acuerdo, pásame la dirección. Voy ahora mismo. —Adriana respondió con determinación.

Tras colgar, Adriana levantó su celular y, disculpándose, le dijo a José: —Tengo que salir. Está algo lejos, así que probablemente regrese muy tarde. No me esperes.

Mientras hablaba, empezó a prepararse para salir, pero cuando
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