—Adriana, perdóname, de verdad me equivoqué —decía Carlos, arrodillado en el suelo, con lágrimas en los ojos y una mirada de culpa. Intentó agarrar la falda de Adriana, pero ella, con desdén, dio un paso atrás. Carlos levantó la cabeza, sorprendido. —¿Adriana, me tienes miedo? —¿Miedo? —Adriana dejó escapar una risa burlesca—. Solo eres una rata sucia, ¿qué tendría que temer? Simplemente no quiero saber de ti. La expresión de Carlos se endureció por un momento, pero luego miró fijamente las piernas de Adriana. No podía creerlo, pero allí estaba, de pie frente a él, radiante y hermosa. ¿Cómo no había visto antes lo magnífica que era? —Adriana, tus piernas están curadas. Me alegra mucho por ti —dijo Carlos, fingiendo indignación. —Todo fue culpa de esa mujer malvada, Elena. ¡Si no hubiera sido por ella, nunca hubieras tenido problemas con tus piernas! —¿Quieres decir que todo fue idea de Elena y que tú no sabías nada? —preguntó Adriana, con un tono burlón—. Entonces, ¿qué hay de
Adriana apretó los labios. Aunque estaba casada, Diego tampoco había regresado al país ni a casa. Hizo una pausa para respirar antes de responder educadamente: —Estoy ocupada con el trabajo, de verdad no puedo regresar. Tío, siéntase como en casa. Era su casa, claro que podía sentirse como en casa. ¡Pero era ella quien se estaba tomando demasiadas libertades! José le contradijo: —¿No te preocupa tu salud por trabajar hasta tan tarde? Adriana se detuvo un momento. Por lo visto, la familia Torres había investigado su estado de salud antes de concertar el matrimonio con Diego. Ellos nunca hacían nada sin razón. —No se preocupe usted, señor Torres. Desde la cirugía hace ocho años, he recibido tratamiento constante y siempre estoy siendo monitoreada. Mi salud está muy bien ahora. —¡Si sabes que tuviste una cirugía mayor, deberías cuidarte! ¿En Grupo López no hay suficientes empleados? ¿Por qué tienes que trabajar tan duro? —José seguía insistiendo, quería tenerla en casa. Adriana
Media hora después. La presentación de la propuesta del Grupo Blanco había terminado, y finalmente el responsable salió a informar que era el turno del Grupo López. Adriana entró con Luis y dos jefes de departamento. Conectaron su propuesta en la computadora del comité organizador y la proyectaron. Con calma, Adriana abrió la primera diapositiva, saludó cortésmente y comenzó su presentación. Apenas había llegado a la segunda diapositiva cuando el presidente de la asociación de la industria: —Disculpa que te interrumpa, señorita López, ¿podrías avanzar algunas diapositivas en tu propuesta? Adriana parpadeó, entendiendo rápidamente lo que estaba ocurriendo. Con una sonrisa serena, asintió y usó el control remoto para avanzar. Mientras las diapositivas pasaban, los rostros de los miembros del jurado se volvían más serios. Después de un breve intercambio de palabras entre ellos, el presidente dejó su bolígrafo y dijo con firmeza: —Señorita López, ¿está segura de que esta propues
Lucas lucia visiblemente desconcertado. Adriana sonrió y, con un gesto sutil, indicó a Luis que saliera. Al poco tiempo, Luis regresó acompañado de un empleado de Grupo López, quien llevaba una bandeja llena de frascos de colores variados. —Señores jueces, permítanme realizar una presentación improvisada, pero igualmente práctica y efectiva —dijo Adriana, mientras tomaba uno de los pequeños frascos. —Estos son extractos que yo misma he diluido. Con confianza, se dirigió hacia la única mujer entre los jueces y comentó: —El perfume que lleva contiene una base predominante de albahaca. La albahaca prospera en climas cálidos y tiene un toque mentolado y aromático. —Deduzco que usted es una persona apasionada y extrovertida, que prefiere fragancias igualmente intensas. Le recomendaría una combinación de lavanda, mejorana y verbena de limón. Esta mezcla no solo es refrescante, sino que también alivia el estrés y relaja. Mientras hablaba, Adriana utilizó una pipeta para crear una peque
Varios jueces respaldaron la propuesta de Adriana. Conocer las marcas de perfumes de la competencia es el nivel más básico de competencia para un jefe de departamento en la industria de fragancias. Más aún cuando Adriana tu competencia directa ya ha identificado los ingredientes de cada perfume, lo que hacía posible deducir las marcas incluso con un olfato poco desarrollado. Sin embargo, Lucas vaciló. Se negó torpemente a hacer el análisis, y su justificación era completamente inverosímil. Según el ya había presentado su propuesta y tenía un vuelo en espera en ese momento. El presidente de la asociación se malgenio de nuevo. Un jefe de departamento que puede analizar fragancias con precisión frente a otro que ni siquiera ha hecho un análisis básico de la competencia... Quedaba claro quién había plagiado la propuesta de quién. Él dio instrucciones al personal y luego dijo: —Demos por concluida la licitación de hoy. Al ver que los jueces se levantaban para marcharse, Lucas corri
En un reservado privado, Javier estaba cenando con el líder de la familia Blanco, es decir, el padre de Lucas. Durante los años de competencia entre Grupo López y Grupo Blanco, las dos familias rara vez se encontraban en privado, y siempre intentaban evitar cualquier tipo de contacto… Adriana parpadeó, reflexionando sobre lo que acababa de ver. Después de la cena, Adriana regresó directamente a la oficina y preguntó por el progreso de la investigación sobre el robo de la propuesta. Aún no se habían encontrado pistas útiles. Sin embargo, recordaba que, durante la licitación, el presidente de la asociación mencionó que su propuesta era idéntica a la de Grupo Blanco, sin ningún cambio. Eso significaba que Lucas tenía la versión final de la propuesta. No muchas personas tienen acceso a la versión final de una propuesta, y al recordar la escena que acababa de presenciar en el restaurante privado, Adriana bajó la cabeza, comenzando a atar cabos. Javier estaba completamente marginado d
—Si esto en verdad es un plan de Javier junto con el Grupo Blanco para perjudicar a Grupo López, seguro que aún tienen planes de seguimiento. Tan pronto como los medicamentos caducados lleguen allí, comenzarán con la siguiente fase. —Adriana pensó mientras seguía esa línea de razonamiento, sintiendo que la situación se estaba saliendo de control. —Voy a contactar inmediatamente con Camilo, para que cuando llegue, se encargue de verificar si los medicamentos tienen algún problema. Si es así, que los envíe de vuelta inmediatamente. —dijo Luis. Adriana asintió: —Pero el autobús del equipo médico no va tan rápido. No sé si quienes quieren hacernos daño nos dejarán alguna oportunidad. Luis, ve por los medicamentos de inmediato. Yo los llevaré personalmente. Luis dudó por un momento y luego asintió. —Voy a enviar a unas cuantas personas de confianza para que te acompañen. —Perfecto. Luis había estado en este negocio durante muchos años, acumulando una gran red de contactos. Aunque c
El auto aún no había llegado a la entrada del pueblo cuando ya se escuchaban ruidos y alboroto. No era un bullicio alegre, sonaba como una manifestación. —¡El Grupo López Medical es un grupo de estafadores! —¡Nos trajeron medicamentos falsos! ¡Los medicamentos que trajo el equipo médico están caducados y son falsos! ¡Nos están envenenando! Los principales agitadores estaban causando mucho alboroto, algunos tenían incluso pancartas de odio, rápidamente, los locales que estaban inicialmente esperando en fila dentro de la brigada o escuchando las charlas comenzaron a alterarse. —¿Es cierto eso? —preguntó alguien. El joven que lideraba la protesta respondió agrito encarnado: —¿Voy a mentirles a ustedes, gente de mi propia tierra? ¡¿Voy a ayudar a extraños?! Los medicamentos que trajeron están caducados. ¡Si los usan, nos matarán! En ese momento, el caos se desató entre la multitud. Al escuchar que los medicamentos podían matar, tanto los mayores como los jóvenes se levantaron y co