“Lo más difícil es confiar en alguien que grita desconfianza a su paso”
Mert y yo seguimos caminando por el lugar hasta que tuve que usar las alas de mi espalda para pasar un pequeño lago, fue increíble. Cómo si no pesará nada, como si fuesen parte de mí. Me levantaron sin tambalear. De niña cuando miraba el cielo y observaba las parvadas de pájaros, siempre quise saber que se sentiría volar. Hacer del cielo tu hogar.
— Bien, detrás de esos árboles está dónde habitan todos los Ángeles, me acompañarás para llevar el registro y ver en que categoría serás añadida—. Estaba algo nerviosa, todo esto era nuevo, es como si estuviera en otro planeta, uno hermoso por supuesto.
En el camino no dejaba de observar a mi alrededor, había un sin fin de Ángeles, tenían alas de todos los tamaños, y de todos los brillos posibles. Llegamos hasta lo que parecía ser un escritorio enorme, estaba lleno de archivos donde todos corrían de un lado a otro con papeles en la mano. La mujer de cabellos cortos y dorados se adelantó, cogió una pila de ellos, mientras la seguía hasta una mesa. Me senté justo al frente.
—Bien, aquí está tu expediente, moriste ayer por la noche, causa suicidio, bueni por lo que veo los de arriba te encomendaron a ser un Ángel Guardián, felicidades— me veía con una sonrisa de oreja a oreja, pero yo no entendía nada, ¿qué se supone que hace un ángel guardián?
—No entiendo muy bien—. Me encogí en el asiento.
—El deber de los Ángeles Guardianes es velar por la seguridad de un alma en la tierra. Ser su protector y hasta cierto punto guía—. Asentí con la cabeza, no era muy diferente al concepto que tenía en la cabeza. Pero entonces una duda apreció.
—¿Yo tenía Ángel Guardián?—. La pregunta salió de mis labios en un soplo melancólico. Si era así, ¿por qué no cuidó de mí?
—Lo tuviste, sin embargo él no podía cambiar tu destino, tú escogiste quitarte la vida. Allá abajo, no somos seres materialistas, no podemos evitar ciertas cosas, ya que es imposible para tu ser, tocar objetos. Tu antiguo Guardián se llama Owen. No lo tomó bien cuando el destino marcó la muerte en tu vida—. Suspiré con pesar, con Ángel o no, no hubiera cambiado de opinión, no tenía nada que me uniera al mundo de los vivos.
—Bueno que te parece si vamos a conocer a tu custodio y quién deberás cuidar. Por lo regular a los nuevos les tocan pequeños o a veces ancianos mayores. Los Ángeles se cambian después de un lapso de tiempo.
Asentí y un tanto más emocionada seguí a la mujer de cabellos claros hasta una pizarra. Todo aquí era tan astral, tan blanco y puro.
Merteer buscó mi nombre entre la lista, de un momento a otro su sonrisa se borro de por medio, noté que su pecho subía y bajaba de una manera frenética, me dio la espalda y se puso sus manos sobre la cabeza. Me preocupé en este instante.
—¿Hay algún problema?
Se dio la vuelta y buscó algo con la mirada, pareció encontrarlo ya que su expresión cambió a una de alivio.
—Juliett, ven aquí creo que hay un error y necesito que lo
modifiques—Le grito a una chica de baja estatura y con unas grandes gafas.
Ella volvió al mismo lugar donde Merteer había buscado antes y negó con la cabeza.
—No hay ningún error señorita, el mayor ha decidido a esa persona, su antiguo Ángel renunció esta mañana a su cuidado y necesitamos uno urgente—. TieneLa chica se fue sin antes dirigirme una mirada de lástima, la cual no entendí, Mert dejó caer su cabeza a un lado.
—Dela, nosotros no escogemos a quiénes debemos cuidar, la mayoría de las veces el creador lo hace, fuiste escogida para ser el Ángel guardián de Eidrian Hall— Y cuándo su nombre salió de sus labios sentí que el mundo en el que me encontraba me daba la espalda, sentí como si un hoyo negro me tragara.
—Esto no puede ser—. Susurré. Me negaba a ser el guardián del chico por el cual me suicidé, me negaba internamente.
—Lo lamento pero no podemos hacer nada para cambiarlo, lo único que puedo hacer es explicarte cómo sobre llevar esto.
Después de un sin fin de tiempo platicando sobre este mundo y las tareas más importantes de un Ángel, acepté serlo. No sé cómo haré esto, pero el lado positivo es que él no podrá saber de mi presencia, seré su sombra, dolerá al principio, pero no durará mucho tiempo. Desde ahora soy parte de su destino, y él del mío.
Merteer me dejó sola para que conociera más el lugar, ella tenía otros ángeles que guiar. Caminé por un jardín bastante hermoso, estaba maravillada, si bien ahora no sentiría nada, hambre, sed, dolor, todo eso lo había dejado atrás en el momento que mi corazón dejó de latir.
Mis ojos se toparon con una chica sentada en una de las bancas, me acerqué a ella y la saludé.
—Hola—. Ella me sonrió y se puso de pie.
— Hola, ¿eres nueva verdad?—Preguntó.
Me pase las manos por el cabello y asentí con la cabeza.
—¿Se nota mucho?— Ella río un poco y me dio la mano, lo mismo hice yo.
—Un poco, yo apenas llevo unos días aquí, por cierto me llamo Berlín.
—Yo soy Dela.
En el paseo conocimos a más ángeles, uno de ellos era muy lindo su nombre era Marcus. Lo acompañaba su hermana Becky, ambos mencionaron que sufrieron un accidente y murieron hace unos meses.
Ellos se sorprendieron cuándo les conté que me había quitado la vida, pero después de un rato entramos más en confianza.
Becky es un Ángel de las almas, se encarga del cuidado de almas pérdidas y guiarlas, casi como lo hace mi guía, pero su puesto es de un rango menor. Berlín también es un Ángel guardián pero a diferencia mía ella protege a una bebé de un año.
Marcus es un Ángel del edén, protege todo lo bello de este lugar.
—¡Dela!—. El grito de Merteer interrumpió la platica de Berlín, me di la vuelta, venía volando hasta donde nos encontrábamos.
— ¿Pasa algo?— sonrió y negó.
—Veo que ya has socializado, me alegra mucho, tienes que acompañarme es tiempo de que regreses a la tierra, tu deber te llama, y no te preocupes podrás volver cuando sea necesario—. Asentí y me despedí de mis amigos, cada uno tenía que volver a sus tareas, después nos reuniríamos para ver cómo nos fue o más bien a mí, estaban más que impresionados cuando les dije que sería guardián del mismo chico por el cual estaba aquí.
—Tienes que cruzar esa puerta, instantáneamente aparecerás cerca de donde esté Eidrian.
—Gracias por todo, por los consejos y guiarme— Le di un abrazo y ella me deseó suerte.
Cruce la puerta que no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos.
Y estaba de vuelta.
Podía ver a varias personas y una de esas fue Eidrian, observé un poco y ...
¿Esto es una ceremonia?
“Lo imposible dejó de ser a simple vista aquello que no puedes creer, para convertirse en un quizá”Esto debía ser una broma, una maldita broma, me importa una mierda que ella se haya quitado la vida, lo que no logro entender es por qué siento esta culpa eminente dentro de mí. Yo no fui el único culpable, y no debería afectarme ya he matado a personas inocentes antes, sin embargo ella era más que inocente, era pura.No sé exactamente cuánto tiempo llevo golpeando el saco de boxeo, mis pulmones arden y una punzada en los nudillos crece con cada respiro.Veo su rostro en mi mente, esos ojos claros tan bellos, esas pestañas grandes y rizadas al igual que su cabello de un color rubio natural.— Mierda. Eres una tonta. ¡¿Por qué?!Un grito sale de lo más profundo de mi garganta. Tengo los músculos tensos.—No quiero saber que te puso de esa forma, pero debes dejar de golpear al pobre saco, solo te lastimas y con ello el material.— Rig no estoy p
"Eres parte de mi vida desde hoy en adelante, pero yo nunca dije que aceptaba serlo"No tenía la mínima idea de que era esto exactamente, estaba en el jardín que está por el campus. Conforme observaba a mi alrededor me sorprendía más, todo estaba lleno de flores, eran muy bellas, la mayoría de mis compañeros estaban vestidos de negro y sentados uno al lado del otro. Me di la vuelta y recibí la vista de una gran fotografía mía, la recordaba perfectamente, ese día Mónica me empujó por las escaleras y me rompí un brazo, fue haces meses.Mi madre y mi padre, podía verlos desde aquí, sus ojos estaban rojos y sus miradas perdidas.«¿Por qué todos están así?» Esa era la pregunta que realmente me hacía, ya había muerto, ya no estaba más la chica becada, tampoco la mala hermana ni hija.
Lo único que deseaba en estos momentos era alejarme de esa chica, estaba muerta.¿Cómo era capaz de ser mi Ángel?Simplemente era absurdo.Divisé mi vista hacía atrás y ella venía volando, perdí el equilibrio por un momento pero está me empujó para que pudiese seguir con el control.No sabía que pensar, en esos momentos lo único que quería era terminar con la amenaza de Pantom, el muy hijo de puta cree que puede vencerme con malas jugadas, ya lo veremos.Aceleró y me estacionó entre calles, veo de reojo a Dela y está tiene una cara de confusión. No le presto la mínima atención y me dirijo hacia la entrada del local. Uno de los hombres de Pantom me obstruye el paso.—Sal de mi camino.Le gruño pero éste solo ríe hace una seña y tres hombres más se acercan hasta donde estamos.—¿Qué es lo que buscas sólo Eidrian? Lo miro con rabia, sabe que puedo noquear fácilmente a sus matones.—¿Tu jefe cree que puede jugar con
“Es complicado curar nuestras heridas pero siempre habrá alguien dispuesto a sanarlas por nosotros”¿Él me estaba pidiendo disculpas?No comprendía a donde quería llegar, no entendía cual era su objetivo.—¿Qué fue lo que dijiste? —No pienso repetirlo Dela.Sonreí, lo hice porque me sentía mucho mejor interiormente.Me acerqué a Eidrian y por alguna razón una capa de paz me envolvióMe junté aún más quedando a unos centímetros.Estaba nervioso, el ambiente era tenso e inabordable .Una enorme necesidad por tocarlo me evadió por completo, lo roce con las manos y él la aparto drásticamente.—¿Qué fue eso?— me había preguntado lo mismo yo. Repetí la acción durando un poco más.Recuperé un poco de mi fuerza, miré mis manos y estás brillaban más.Fijé la vista en Eidrian el también estaba tan impresionado como yo.—Vuelve hacerlo.Tomé firmemente su mano, brillo, era lo que emanaba
“¿Burlarme de la muerte?, No, no necesito hacerlo, es mi mejor amiga y cuando yo quiero me hace favores”Eidrian Hall.El agua caía por todo mi cuerpo, me sentí relajado de inmediato, simplemente era más que difícil aceptar que en tu habitación te estuviese esperando tu Ángel guardián, y sobre todo ese misterioso individuo fuese la chica que se quitó la vida gracias a ti.Por primera vez en muchísimo tiempo sentí un poco de dolor, no era físico si no emocional. Quería que ella me tuviese rencor, odio, pero al contrario se mostraba serena, como si nada de lo que pasó le haya afectado.Cerré la la llave y salí envuelto en una toalla por la cintura, la busqué con la mirada, estaba viendo mi espejo fijamente. Pero ella no tenía ningún reflejo, en cambio éste me reflejaba mi cuerpo solamente, se di la vuelta y agachó la mirada, no entendí por qué, hasta que recordé como me encontraba, me vestí rápidamente ni siquiera supe la razón por la cual no quería incomod
“Empezamos juntos, terminaremos juntos”Eran miles de sensaciones, emociones y recuerdos juntos, sentí dolor, era un dolor inmenso, un dolor emocional y no físico.Tenía el impulso de ver su pasado, de entenderlo mejor, sobre todo saber por qué era tan agresivo, y se había convertido en ese chico peligroso y desafiante. Todos tenemos una historia un por qué en nuestra vida.No lo pensé dos veces, me aproximé hasta dónde se encontraba y lentamente coloqué mi mano extendida sobre su pecho, sentí su corazón latir, lo miré directamente a los ojos.Escena tras otra, recuerdo tras otro, todo en un mismo nivel, todo al mismo tiempo. Fue como si hubiese leído un libro de física con quinientas páginas en menos de un minuto. Era una sensación horrible. De repente un recuerdo duró más tiempo que los otros, éste era más grande, con más sentimiento y una energía triste. Era un niño frente a una mujer recostada en una cama, alrededor de éste solo percibía arrep
“Maldecí mil veces a la vida pero hubo un momento en el que le agradecí por ponerte en mi camino”Eres un imbécil Eidrian.Tiré todo lo que había a mi alrededor, le había contado algo personal a la persona que menos espere hacerlo. Y lo arruinas, fui testigo del dolor de sus ojos, del odio que emprendía de sus labios en cada palabra.No quiero pensar en ella, por dios está muerta, no tiene porque importarme, mi ángel o no, no dejaré que vuelva a doblegarme. Tomo mis cosas y salgo de casa. Mi celular empieza a vibrar y no hago más que contestar.—¿Qué quieres Mónica?— Preguntó de mala forma.—¿Estás bien?, no, no asististe clases— Suena hipócritamente preocupada.Esa chica empieza a desesperarme.—Iré cuando se me de la gana ¿algo más?— Balbuceo.— ¿Qué tal si me doy una escapada y nos vemos en el cine en 20?Tomé el puente de mi nariz, necesitaba distraerme y Mónica era perfecta para eso.— Nos vemos en 20— .C
“Seguiré caminando y si al final del camino estás esperándome, seré plenamente feliz de tenerte”Cada situación que viví a lo largo de mi vida nunca fue tan extraña cómo ahora, había muerto y convertido en el Ángel Guardián de un ser oscuro, de una persona sin sentimientos, pero que un día llegó a iluminar rincones fríos y sin luz. Estaba de nuevo aquí, salvándole la vida, dándole una oportunidad que él se negó a darme.Sin embargo no me arrepiento, cuándo lo vi correr por su vida entendí que había algo que realmente fue mío, mi vida, era mía y nadie podía quitármela a excepción de mi misma, él tenía eso y más, luchaba por obtenerlo, era mi deber protegerlo aunque nadie me protegió antes. No sabía hasta dónde podía llegar mi poder, hasta que nivel se decía ser un Ángel guardián, pero ahora lo controlaba, o al menos gran parte de ello. Me concentré, usé una especie de capa astral, las llamas, objetos y sobre todo la explosión fue contraída gracias a ella. No dañaría a Eid