“Lo imposible dejó de ser a simple vista aquello que no puedes creer, para convertirse en un quizá”
Esto debía ser una broma, una maldita broma, me importa una m****a que ella se haya quitado la vida, lo que no logro entender es por qué siento esta culpa eminente dentro de mí. Yo no fui el único culpable, y no debería afectarme ya he matado a personas inocentes antes, sin embargo ella era más que inocente, era pura.
No sé exactamente cuánto tiempo llevo golpeando el saco de boxeo, mis pulmones arden y una punzada en los nudillos crece con cada respiro.
Veo su rostro en mi mente, esos ojos claros tan bellos, esas pestañas grandes y rizadas al igual que su cabello de un color rubio natural.
— M****a. Eres una tonta. ¡¿Por qué?!
Un grito sale de lo más profundo de mi garganta. Tengo los músculos tensos.
—No quiero saber que te puso de esa forma, pero debes dejar de golpear al pobre saco, solo te lastimas y con ello el material.
— Rig no estoy para tus regaños— me separo un poco y le doy la cara, respiró con pesar, éste me tiende una gran botella de agua que yo no desperdicio y bebo.
—¿Qué te tiene así Eidrian?—. Pregunta, obviamente sabe que algo sucede Pasó mis manos por mi cabeza sentándome en una de las barras. No quiero ni voy a sentirme culpable en lo más mínimo.
—Dela Macrow la chica que molestábamos por ser becada, se suicidó ayer por la noche.
Mis palabras salen con un atisbo de culpa y niego de inmediato a que ese sentimiento crezca en, no lo a hecho en todos estos años, a pesar de las vidas inocentes que he quitado, mucho menos lo hará con la idiotez de una chiquilla.
—Vaya, y te sientes como la m****a por haber ayudado a que eso pasara ¿verdad? —. Tiene razón pero no dejaré que la vea, soy Eidrian Hall, yo no siento culpa o temor.
—Sabes que, no me importa, esa niña cometió una estupidez y fue lo mejor que pudo hacer, yo no tengo que ver en eso.
No permito que hable, tomo mi mochila y salgo del local, necesito distraerme y relajarme, mañana será la tonta ceremonia y no dejaré por nada del mundo que me afecte.
Acelero para llegar rápido a casa, iré a un bar y tomaré sin importar que sea inicio de semana. Llego después de unos minutos y dejo las llaves sobre la mesa, me despojo de mi ropa para darme una ducha caliente.
Me siento mejor, dispuesto a olvidar el rostro de esa chica. Me colocó un traje negro, esta noche saldré en uno de mis autos y conseguiré alguna chica para pasar la noche. Ya listo, revisó mi celular solo para darme cuenta de la infinidad de mensajes dedicados a Dela en las redes sociales, todos ellos son unos hipócritas, apago el teléfono saliendo.
En el camino escucho mi canción favorita, me tranquiliza y por esos momentos no recuerdo lo que pasó hoy.
Let It Go, de James Bay, nunca pasa de moda. Me paso un par de semáforos y llego al bar Dance red.
Hay una enorme fila en la cual no tengo que incluirme ya que el dueño del lugar es mi socio en varios negocios, quién diría que un chico de diecinueve años fuera la misma sombra que su padre, me siento orgulloso.
La música esta bastante alta, voy directo a la barra y pido un trago de whisky varias chicas ya me tienen en la mira y estoy más que dispuesto a bailar con ellas.
Después de varias copas y besos estoy listo para llamar a Nancy, una tia que me dio su número, será mi acompañante esta noche. Saco mi celular y mientras enciende le doy una mirada a mi alrededor, quedo estático cuando mis ojos se topan con unos color azul, esos en los que tanto dolor provoque.
Me aproximó a ella y la hago encararme. No es ella, es otra chica rubia. No puedo creer que la confundí con esa nerd .
—Lo siento me equivoqué.
Salgo del bar y mi respiración es muy rápida, una capa de sudor frío me cubre la frente. Todos los recuerdos de ella vienen a mi mente, las humillaciones, gritos, los golpes de Mónica hacia esa pobre chica.
Corro hacia mi auto y entro, golpeó el volante con los puños y siento algo caliente bajar por mis ojos.
¿Estoy llorando?
«No, no, no, maldita sea, ¿por qué m****a no se fue, por qué?»
Regresó a casa y sin quitarme ninguna prenda me tiro a la cama, son las 2:00am y el hecho que no he comido nada en todo el día me parece menos importante.
Cierro mis ojos enterrando esta sensación. Me dejo caer en el cansancio.
El sonido de mi alarma me hace despertar, tengo un fuerte dolor de cabeza, ya el sol entra por la gran ventana de mi habitación. Me levanto con pesar hacía el baño.
Me doy una ducha rápida y visto para el instituto, desayuno algo y también tomo algunas pastillas para la molestia de mi cabeza.
Voy camino y veo el reloj, faltan 5 minutos para que las clases comiencen. Cuando por fin llego al estacionamiento me sorprende el que no haya nadie.
Escucho la voz de una persona hablar por un micrófono y la sigo hasta el jardín trasero del campus.
La ceremonia.
Todos los estudiantes están sentados, hay flores por doquier y una gran fotografía de Dela al frente. La mujer que habla parece ser su madre. Me llama la atención ver que la mayoría está con una cara de tristeza enorme, sigo la vista y abro los ojos, Mónica está llorando, la misma chica fría y que ha intentado meterse en mi cama durante años esta derramando lágrimas por alguien insignificante.
Me acerco hasta donde están todos, no pretendo escuchar a la mujer, cambió de opinión y doy la vuelta para irme, pero en ese preciso momento siento que el alma me abandona el cuerpo, la sangre quema en mi interior y no puedo respirar.
Frente a mis ojos esta Dela, usa un vestido blanco y detrás de ella hay dos alas brillando. Esto es una locura. El alcohol aún debe estar en mi sistema. Ella está muerta, ella está muerta.
—No puede ser tú estás muerta.
"Eres parte de mi vida desde hoy en adelante, pero yo nunca dije que aceptaba serlo"No tenía la mínima idea de que era esto exactamente, estaba en el jardín que está por el campus. Conforme observaba a mi alrededor me sorprendía más, todo estaba lleno de flores, eran muy bellas, la mayoría de mis compañeros estaban vestidos de negro y sentados uno al lado del otro. Me di la vuelta y recibí la vista de una gran fotografía mía, la recordaba perfectamente, ese día Mónica me empujó por las escaleras y me rompí un brazo, fue haces meses.Mi madre y mi padre, podía verlos desde aquí, sus ojos estaban rojos y sus miradas perdidas.«¿Por qué todos están así?» Esa era la pregunta que realmente me hacía, ya había muerto, ya no estaba más la chica becada, tampoco la mala hermana ni hija.
Lo único que deseaba en estos momentos era alejarme de esa chica, estaba muerta.¿Cómo era capaz de ser mi Ángel?Simplemente era absurdo.Divisé mi vista hacía atrás y ella venía volando, perdí el equilibrio por un momento pero está me empujó para que pudiese seguir con el control.No sabía que pensar, en esos momentos lo único que quería era terminar con la amenaza de Pantom, el muy hijo de puta cree que puede vencerme con malas jugadas, ya lo veremos.Aceleró y me estacionó entre calles, veo de reojo a Dela y está tiene una cara de confusión. No le presto la mínima atención y me dirijo hacia la entrada del local. Uno de los hombres de Pantom me obstruye el paso.—Sal de mi camino.Le gruño pero éste solo ríe hace una seña y tres hombres más se acercan hasta donde estamos.—¿Qué es lo que buscas sólo Eidrian? Lo miro con rabia, sabe que puedo noquear fácilmente a sus matones.—¿Tu jefe cree que puede jugar con
“Es complicado curar nuestras heridas pero siempre habrá alguien dispuesto a sanarlas por nosotros”¿Él me estaba pidiendo disculpas?No comprendía a donde quería llegar, no entendía cual era su objetivo.—¿Qué fue lo que dijiste? —No pienso repetirlo Dela.Sonreí, lo hice porque me sentía mucho mejor interiormente.Me acerqué a Eidrian y por alguna razón una capa de paz me envolvióMe junté aún más quedando a unos centímetros.Estaba nervioso, el ambiente era tenso e inabordable .Una enorme necesidad por tocarlo me evadió por completo, lo roce con las manos y él la aparto drásticamente.—¿Qué fue eso?— me había preguntado lo mismo yo. Repetí la acción durando un poco más.Recuperé un poco de mi fuerza, miré mis manos y estás brillaban más.Fijé la vista en Eidrian el también estaba tan impresionado como yo.—Vuelve hacerlo.Tomé firmemente su mano, brillo, era lo que emanaba
“¿Burlarme de la muerte?, No, no necesito hacerlo, es mi mejor amiga y cuando yo quiero me hace favores”Eidrian Hall.El agua caía por todo mi cuerpo, me sentí relajado de inmediato, simplemente era más que difícil aceptar que en tu habitación te estuviese esperando tu Ángel guardián, y sobre todo ese misterioso individuo fuese la chica que se quitó la vida gracias a ti.Por primera vez en muchísimo tiempo sentí un poco de dolor, no era físico si no emocional. Quería que ella me tuviese rencor, odio, pero al contrario se mostraba serena, como si nada de lo que pasó le haya afectado.Cerré la la llave y salí envuelto en una toalla por la cintura, la busqué con la mirada, estaba viendo mi espejo fijamente. Pero ella no tenía ningún reflejo, en cambio éste me reflejaba mi cuerpo solamente, se di la vuelta y agachó la mirada, no entendí por qué, hasta que recordé como me encontraba, me vestí rápidamente ni siquiera supe la razón por la cual no quería incomod
“Empezamos juntos, terminaremos juntos”Eran miles de sensaciones, emociones y recuerdos juntos, sentí dolor, era un dolor inmenso, un dolor emocional y no físico.Tenía el impulso de ver su pasado, de entenderlo mejor, sobre todo saber por qué era tan agresivo, y se había convertido en ese chico peligroso y desafiante. Todos tenemos una historia un por qué en nuestra vida.No lo pensé dos veces, me aproximé hasta dónde se encontraba y lentamente coloqué mi mano extendida sobre su pecho, sentí su corazón latir, lo miré directamente a los ojos.Escena tras otra, recuerdo tras otro, todo en un mismo nivel, todo al mismo tiempo. Fue como si hubiese leído un libro de física con quinientas páginas en menos de un minuto. Era una sensación horrible. De repente un recuerdo duró más tiempo que los otros, éste era más grande, con más sentimiento y una energía triste. Era un niño frente a una mujer recostada en una cama, alrededor de éste solo percibía arrep
“Maldecí mil veces a la vida pero hubo un momento en el que le agradecí por ponerte en mi camino”Eres un imbécil Eidrian.Tiré todo lo que había a mi alrededor, le había contado algo personal a la persona que menos espere hacerlo. Y lo arruinas, fui testigo del dolor de sus ojos, del odio que emprendía de sus labios en cada palabra.No quiero pensar en ella, por dios está muerta, no tiene porque importarme, mi ángel o no, no dejaré que vuelva a doblegarme. Tomo mis cosas y salgo de casa. Mi celular empieza a vibrar y no hago más que contestar.—¿Qué quieres Mónica?— Preguntó de mala forma.—¿Estás bien?, no, no asististe clases— Suena hipócritamente preocupada.Esa chica empieza a desesperarme.—Iré cuando se me de la gana ¿algo más?— Balbuceo.— ¿Qué tal si me doy una escapada y nos vemos en el cine en 20?Tomé el puente de mi nariz, necesitaba distraerme y Mónica era perfecta para eso.— Nos vemos en 20— .C
“Seguiré caminando y si al final del camino estás esperándome, seré plenamente feliz de tenerte”Cada situación que viví a lo largo de mi vida nunca fue tan extraña cómo ahora, había muerto y convertido en el Ángel Guardián de un ser oscuro, de una persona sin sentimientos, pero que un día llegó a iluminar rincones fríos y sin luz. Estaba de nuevo aquí, salvándole la vida, dándole una oportunidad que él se negó a darme.Sin embargo no me arrepiento, cuándo lo vi correr por su vida entendí que había algo que realmente fue mío, mi vida, era mía y nadie podía quitármela a excepción de mi misma, él tenía eso y más, luchaba por obtenerlo, era mi deber protegerlo aunque nadie me protegió antes. No sabía hasta dónde podía llegar mi poder, hasta que nivel se decía ser un Ángel guardián, pero ahora lo controlaba, o al menos gran parte de ello. Me concentré, usé una especie de capa astral, las llamas, objetos y sobre todo la explosión fue contraída gracias a ella. No dañaría a Eid
“El tiempo cura cualquier herida pero nunca es capaz de olvidar los recuerdos más amados”40 años atrás.Querido Ángel no sé si esté mensaje llegará a tu destino, sin embargo deseo decirte que he cumplido con tu orden, hice todo lo que me dijiste para poder salir de aquí. Ayer por la tarde me dieron de alta en el hospital psiquiátrico . No sabes cuanto me dolió el fingir que ya no estabas a mi lado, de cierta u otra manera tu presencia ya no era visible para mí. N no obstante jamás dejé de sentirte cerca. Lamento que por mi culpa, que por lo prohibido recibieras tal castigo, jamás olvides que te amo, y mis días en este mundo serán opacos sin tu sonrisa, no tendré propósito, mucho menos un amor ya que el corazón te lo has llevado. Deberás saber que está es la última orden que cumplo. Eres y siempre serás todo lo imaginario y ordinario que podré tener en la vida.Con todo mi amor y alma, tu estrella. &nbs