La marca registradaCon su imponencia única y su porte sublime, Cristian se acercó al centro de la terraza, colocándose a mi lado con una actitud altanera como de costumbre, dando a demostrar que cada vez se le hacía mucho más fácil equilibrar las dos caras de esa moneda que él ahora era: podía ser el hombre cariñoso y tierno en el que ahora se había convertido, pero sin abandonar la capacidad de imponer su autoridad a voluntad. No era un gesto que yo desdeñase en lo absoluto, al contrario, en esa condiciones que sabía que lo único que él buscaba era demostrar cuanto yo le importaba, me encantaba cuando le veía hacer algo como lo que hizo en aquel momento, cuando miró a los ojos a Ethan sin que esto significase una afrenta de algún tipo. Era solo una forma de dejar en claro la posición que estaba a punto de expresar en palabras:―Ha sido un gusto Ethan ―le dijo el señor Cavill estirando su mano derecha a hacia Ethan, apenas estando un paso por delante de mí, por lo que su espalda anc
Egoísmo necesarioHabía librado el asunto con Ethan, era bastante poco lo que me pudiese arruinar la felicidad después de eso. Solo estaba aquella última opinión adversa y contraria que sabía que tarde o temprano me iba a tocar hacerle frente aun con todo el dolor de mi alma y para ese punto de mi presente, estaba definitivamente decidida a que fuese en el ahora antes de que tarde.Volvimos a la sala donde estaban todos los demás reunidos. Ana esperaba ansiosa, como temiendo lo que pudo a haber sido aquella charla que se acaba de suscitar en la terraza. Al vernos llegar con calma y sosiego su semblante cambio, aunque aún se le notaba un poco temerosa, seguramente temía que la costumbre de Cristian de romper tabiques podía haberse reeditado en aquella ocasión, por lo que de inmediato volteó a mirar a nuestras espaldas para saber si Ethan venía detrás de nosotros.― ¿Dónde está Ethan? ―me preguntó sin disimulo.―Creo que está procesando algunas cosas, pero está muy bien… solo necesita t
Venganza cruelDavid se estremeció pro el peso de saberse increpado por una pregunta así de frontal. Para él no debía ser nada fácil encontrarse de pronto en una situación donde las cosas se salían de la comodidad de verse alejado al fin de aquel terreno y de pronto ver como de golpe todo le volvía a estallar en la cara. Yo no quería llevarlo de nuevo a ese dolor ni mucho menos. Sabía que para él debía ser tan difícil como para mí el simple hecho de tener que recordar algo de ese desastroso pasado, pero al mismo tiempo sabía también por experiencia propia que la única manera de superar esas heridas y dejar que la cicatrización ocurriese al fin, era hacerle frente para permitir que la propia disposición de superación hiciere su trabajo.Yo ya le había contado a David lo que había ocurrido con aquel desastroso pasado vivido en la cabaña del tío. Le había contado como es que había descubierto el verdadero legado de nuestra familia y del cómo había logrado sobreponerme a todas las advers
SanidadNo podía asimilar como aquella revelación que David me acaba de confesar, podía hacerme sentir esa dualidad de emociones. Al mismo tiempo sentía un alivio incomprensible de solo saber que mi hermano había sido capaz de comportarse a la altura, logrando imponer su moralidad aún por encima de la presión de aquel desgraciado que le imponía una prueba tan cruel como aquella, pero al mismo tiempo me sentía destrozada de solo pensar en las repercusiones que esto podía haber llegado a tener para lo que fueron sus días posteriores en aquel lugar.―Eso fue lo que me dijiste ese día que te fui a visitar.―Si ―respondió David haciendo una esfuerzo sobre humano para controlar el llanto que le ahogaba―, el jefe me había dicho que tenía algo grande preparado para mí, pero jamás me hubiese imaginado que fuese algo como aquello.Asentí con dolor de solo ver a mi hermano en esa situación tan compleja donde sus emociones estaban a flor de piel y su capacidad de autocontrol parecía estar a punt
Panorama favorableCon David las cosas quedaron bastante esclarecidas luego de que de manera amena pudiésemos llegar a un punto de acuerdo. No es que a él de la noche a la mañana Cristian le iba a comenzar a caer bien, pero tampoco tendría motivos para seguir con la idea de que podía hacer algo para mantenerme atada a Ethan, pues con prontitud le hice saber a mi hermano que con Ethan ya todo estaba aclarado y que no había manera de seguir en ninguna confusión.Las cosas de mi parte estaban lo suficientemente claras como para no querer confusiones de ningún otro tipo y a David se lo hice saber con claridad.― ¿Puedo contar con tu apoyo? ―le pregunté ya con intenciones de dar por terminada aquella conversación que me había llevado por una montaña rusa de emociones e impresiones cada una más impactante que la anterior, pero que al final de la jornada por lo menos podía quedarme tranquila sabiendo que de alguna manera algo bueno había quedado de todo aquello.―Yo he contado con tu apoyo
Una noche para recordarEl viaje de camino a la casa fue un poco tortuoso, puesto que David aún no se adaptaba a la vuelta de rosca que nos tocaba afrontar de golpe. Para cualquier otro joven de doce años de edad debía ser un verdadero sueño enterarse de golpe que dejaría atrás la vida de angustias y falencias para pasar a ser heredero de una inmensa fortuna, pero para David, quien venía de ni si quería tener una noción clara del valor del dinero, no era más motivación aquella noticia que lo triste que era saber que por lo pronto no volvería a ver a su amigo Ethan.No se charló mucho, pero yo tampoco quería seguir pensando en algo que el tiempo podía resolver con su paso inexorable, así que simplemente me tomé el silencio par agradecer por aquella familia caótica que la vida me había regalado: a mi lado derecho tenía al hombre al que amaba con todas las fuerzas de mi ser, a mi lado izquierdo tenía a mi hermano por el cual estaba dispuesta a todo y dentro de mí tenía a mi pequeño que
La vida soñadaA David le costó adaptarse a esa nueva vida mucho más de lo que yo hubiese podido querer. Para él era un choque radical y bastante chocante por el hecho de encontrarse de pronto con una vida que era muy distinta a todo lo que había vivido hasta entonces.Era una situación que bien que podía ser agradable para cualquiera, pero para David había cierta incomodidad en todo aquello, pues, se sentía que de alguna manera no le pertenecía nada de eso. Obviamente, las pruebas estaban ahí para demostrarle que todo era cierto, que nuestro padre era el hijo de ese anciano que fue quien crio a Cristian, pero David se obstinó en hacerme las cosas difíciles haciendo que la verdad innegable saliera a la luz.―Si nuestro padre hubiese querido todo esto no se hubiese ido ―me dijo David una tarde cuando estábamos tratando de hacerle entender que no había motivo para sentirse culpable de nada.La argumentación de David era bastante acertada. Era una cuestión que incluso yo misma había te
La vencidaLa reunión terminó con Cristian pronunciando en forma de un discurso escueto todo el odio y el desprecio que siempre había sentido por la rubia grosera que se encontraba sentada frente a nosotros. Para ese momento los abogados se habían retirado de la sala y la conversación se había convertido en algo más personal y del alma que cualquier otra cosa. No era como si esperase mucho de esa reunión, pero ahora que se daba la oportunidad de esclarecer varias cuestiones, Cristian aprovechó para dejar en claro que no estaba dispuesto a dejar que las cosas quedasen impunes como si nada.―No pienses que podrán salvarse de sus faltas, así como si nada.―Cristian por favor.―No Rebeca, no me vengas con tus quejumbrosas excusas… lo que tú hiciste no tiene nombre, no tienes manera de excusarte por lo que nos hiciste.―Escúchame por favor ―volvió a suplicarle la rubia con el rostro desfigurado por una mueca de dolor y notoriamente alterada e incluso a punto de romper a llorar cuando la e