La vencidaLa reunión terminó con Cristian pronunciando en forma de un discurso escueto todo el odio y el desprecio que siempre había sentido por la rubia grosera que se encontraba sentada frente a nosotros. Para ese momento los abogados se habían retirado de la sala y la conversación se había convertido en algo más personal y del alma que cualquier otra cosa. No era como si esperase mucho de esa reunión, pero ahora que se daba la oportunidad de esclarecer varias cuestiones, Cristian aprovechó para dejar en claro que no estaba dispuesto a dejar que las cosas quedasen impunes como si nada.―No pienses que podrán salvarse de sus faltas, así como si nada.―Cristian por favor.―No Rebeca, no me vengas con tus quejumbrosas excusas… lo que tú hiciste no tiene nombre, no tienes manera de excusarte por lo que nos hiciste.―Escúchame por favor ―volvió a suplicarle la rubia con el rostro desfigurado por una mueca de dolor y notoriamente alterada e incluso a punto de romper a llorar cuando la e
Las verdades de un planLa cara de Rebeca se terminó de caer cuando escuchó como yo le coloqué en claro mucho de aquello que ella buscó manipular con su enrevesado palabrerío. Ella buscaba congraciarse de cierta manera sin prestar mayor atención al mal que había ocasionado, como si los efectos y la consecuencia de su maldad no tuviesen un daño realmente perdurable en el tiempo. Como si una disculpa hipócrita y falsaria pudiese bastar para recomponer todo el daño que ella en complicidad con aquel abogado había tramado para hacer un destrozo en la vida de Cristian y mía.Ella no tuvo más opción que retirarse junto a sus abogados, negando con vehemencia el hecho de mantener cualquier relación con Martins cuando Cristian le interrogó sobre el paradero de su cómplice, afirmando que entre ellos se había roto esa relación de amenazas con las que supuestamente él la mantenía sometida a ella. Por un segundo me sentí verdaderamente tentada a prestar oído a esas excusas de parte de ella. Consi
Por otro carrilA regañadientes, Cristian terminó aceptando que Arthur le acompañase al igual que Raúl, quien había estado ocupado en la mañana para la reunión con Rebeca, pero que para la reunión con Martins había hecho hasta lo imposible para poder estar presente.Para no quedarse con la preocupación, Cristian designó a uno de los chicos de seguridad que Arthur consideraba como su sucesor, para que me acompañase a la casa de Ana a buscar a David.Mi hermano llevaba ya un par de días en la casa de mi amiga huyendo a los vericuetos de esa vida enrevesada que se estaba viviendo en la mansión los últimos días a causa de las cuestiones judiciales que buscaban dar punto final al asunto con aquellos sujetos. David aún tenían en sí mismo la situación de aquellas acusaciones de parte de Owen, a quien Raúl como un buen defensor le haya aplicado una contrademanda después de que mi hermano me confesase la verdad de los hechos. Con el poderío que ahora teníamos iniciaríamos una ofensiva para da
Una despedida―Cálmate, por favor ―Por arte de magia, mis palabras terminaron siendo desoídas como si el viento las desapareciere delante de la locura desatada de esa mujer. No parecía existir manera de que ella prestase atención a nada de lo que yo pudiese decirle. Definitivamente, estábamos en un impasse en todo el sentido de la expresión. Ella concentrada por completo en sus planes, mientras que yo solo podía pensar en una sola cuestión―: ¿Dime donde están todos?Rebeca no prestó atención a mi pregunta, sino que se quedó inspeccionando el estado de Job, quien aún languidecía sobre el suelo tumbado boca abajo luego de que la parte posterior de su cabeza fuese golpeada por el metal de aquella pistola que ella sostenía con nervioso gesto. Ante su falta de respuesta y aunque temía remover su violenta disponibilidad, volví a plantearle la pregunta:― ¿Dónde están?Esta vez la pregunta la pronuncié en un tono de voz mucho más alto para que se pudiese escuchar en todas las demás habitaci
Fuera de planesAna se quedó muda, congelada y sin poder decir nada más. Ella estaba completamente desconcertada por el asunto y no parecía segura de nada. No era para menos, pues la pobre acababa de sufrir lo que debía ser una inhumana jornada de acoso psicológico por una verdadera psicópata que se movía simplemente por el deseo inhumano que ella confundía con amor. Rebeca tenía esa sensación en la que se le entremezclaban el odio, la rabia y la ambición dándole ese combustible que le había empujado a ese cambio tan radical para dejar de ser una chica de oficina bien arreglada y con ademanes de mucho estilo, pero terminar convirtiéndose en una vil homicida capaz de empuñar una pistola en su mano.― ¿Tú crees de verdad que después de hacer todo esto podrás estar cerca de Cristian? ―le dije sin prestarle mucha atención al arma que me apuntaba. De cierta manera sentía la convicción de que aún no me iba a disparar―… si antes de todo esto, Cristian no quería ni siquiera verte, ¿Cómo pien
Un héroe inesperadoEthan se acercó a donde yo estaba. Yo lloraba para ese punto y solo pude mover mi cabeza de forma afirmativa cuando él me preguntó si estaba bien. Ethan entonces sonrió y miró a los lados antes de llevarse la mano a la parte derecha de su abdomen, donde su camisa oscura se había comenzado a manchar. Apenas tuve tiempo de darme cuenta de lo que estaba pasando cuando Ethan se desplomó justo al lado de Rebeca.Luego de que los vecinos del lugar llamasen a la policía, desesperados, por la cantidad de disparos que se escucharon en el interior de aquel lugar, después de que se esclarecieran las causas y las responsabilidades y de que todos, incluida Rebeca, terminásemos en el hospital para recibir atención, me tocó explicarle a Cristian lo acontecido mientras este me miraba con cara de no comprender nada, como si le estuviese hablando en un idioma que para él era completamente desconocido.― ¡¿Pero qué demonios paso con Job?! ―se molestaba Cristian indagando mientras me
¿Niño o niña?La tensión del tiempo que siguió luego de aquella mala pasada del destino estuvo toda afincada en esperar la recuperación de Ethan, que por suerte y gracias a la buena fortuna que había decidió sonreírnos, la bala no había dañado nada grave. En cuestión de un par de días ya estaba completamente recuperado y listo para sonreír con ese gesto tímido que le caracterizaba cuando todos juntos nos presentamos en su habitación para darle las gracias por su heroica gesta. Incluso Cristian tuvo la presteza de acompañarme en ese momento y tenderle la mano amiga a Ethan agradecido de manera sincera por haberme salvado. Ana y también Erick, se desparramaron en elogios para mí. Ambos reafirmaron su sorpresa ante lo que había sido mi valentía para hacerle frente a Rebeca a pesar de su locura y gracias a lo cual se había logrado dilatar el momento hasta que Ethan llegase para devolver a David, quien permaneció fuera del departamento durante todo el enfrentamiento quedándose así a res
Un triunfo de la vidaEl sueño se me estaba cumpliendo sin darme cuenta. Estaba en la cima de la felicidad y de ahí no quería moverme. Estaba con las personas que amaba y con quienes estaba dispuesta a vivir el resto de mi vida. El descubrir que tendría una niña fue un regalo adicional para añadir felicidad a la felicidad ya existente. El descubrir aquella satisfacción en el rostro de Cristian fue absolutamente increíble, me llenó de dicha. Yo igual hubiese estado completamente extasiada de felicidad si en lugar de una niña hubiese tenido la noticia de un príncipe, pero ya sabía que tendría una princesa y eso fue más que suficiente para estallar de felicidad junto a mi familia.Ana estaba eufórica, mientras que David había tardado un poco en asimilarlo, pero al final terminó incluso más animado por la idea de tener una sobrina en la casa para tener a quien consentir. Era una noticia que ponía en relieve el ánimo positivo y resplandeciente de todos luego de que Ethan al fin fuese da