Una despedida―Cálmate, por favor ―Por arte de magia, mis palabras terminaron siendo desoídas como si el viento las desapareciere delante de la locura desatada de esa mujer. No parecía existir manera de que ella prestase atención a nada de lo que yo pudiese decirle. Definitivamente, estábamos en un impasse en todo el sentido de la expresión. Ella concentrada por completo en sus planes, mientras que yo solo podía pensar en una sola cuestión―: ¿Dime donde están todos?Rebeca no prestó atención a mi pregunta, sino que se quedó inspeccionando el estado de Job, quien aún languidecía sobre el suelo tumbado boca abajo luego de que la parte posterior de su cabeza fuese golpeada por el metal de aquella pistola que ella sostenía con nervioso gesto. Ante su falta de respuesta y aunque temía remover su violenta disponibilidad, volví a plantearle la pregunta:― ¿Dónde están?Esta vez la pregunta la pronuncié en un tono de voz mucho más alto para que se pudiese escuchar en todas las demás habitaci
Fuera de planesAna se quedó muda, congelada y sin poder decir nada más. Ella estaba completamente desconcertada por el asunto y no parecía segura de nada. No era para menos, pues la pobre acababa de sufrir lo que debía ser una inhumana jornada de acoso psicológico por una verdadera psicópata que se movía simplemente por el deseo inhumano que ella confundía con amor. Rebeca tenía esa sensación en la que se le entremezclaban el odio, la rabia y la ambición dándole ese combustible que le había empujado a ese cambio tan radical para dejar de ser una chica de oficina bien arreglada y con ademanes de mucho estilo, pero terminar convirtiéndose en una vil homicida capaz de empuñar una pistola en su mano.― ¿Tú crees de verdad que después de hacer todo esto podrás estar cerca de Cristian? ―le dije sin prestarle mucha atención al arma que me apuntaba. De cierta manera sentía la convicción de que aún no me iba a disparar―… si antes de todo esto, Cristian no quería ni siquiera verte, ¿Cómo pien
Un héroe inesperadoEthan se acercó a donde yo estaba. Yo lloraba para ese punto y solo pude mover mi cabeza de forma afirmativa cuando él me preguntó si estaba bien. Ethan entonces sonrió y miró a los lados antes de llevarse la mano a la parte derecha de su abdomen, donde su camisa oscura se había comenzado a manchar. Apenas tuve tiempo de darme cuenta de lo que estaba pasando cuando Ethan se desplomó justo al lado de Rebeca.Luego de que los vecinos del lugar llamasen a la policía, desesperados, por la cantidad de disparos que se escucharon en el interior de aquel lugar, después de que se esclarecieran las causas y las responsabilidades y de que todos, incluida Rebeca, terminásemos en el hospital para recibir atención, me tocó explicarle a Cristian lo acontecido mientras este me miraba con cara de no comprender nada, como si le estuviese hablando en un idioma que para él era completamente desconocido.― ¡¿Pero qué demonios paso con Job?! ―se molestaba Cristian indagando mientras me
¿Niño o niña?La tensión del tiempo que siguió luego de aquella mala pasada del destino estuvo toda afincada en esperar la recuperación de Ethan, que por suerte y gracias a la buena fortuna que había decidió sonreírnos, la bala no había dañado nada grave. En cuestión de un par de días ya estaba completamente recuperado y listo para sonreír con ese gesto tímido que le caracterizaba cuando todos juntos nos presentamos en su habitación para darle las gracias por su heroica gesta. Incluso Cristian tuvo la presteza de acompañarme en ese momento y tenderle la mano amiga a Ethan agradecido de manera sincera por haberme salvado. Ana y también Erick, se desparramaron en elogios para mí. Ambos reafirmaron su sorpresa ante lo que había sido mi valentía para hacerle frente a Rebeca a pesar de su locura y gracias a lo cual se había logrado dilatar el momento hasta que Ethan llegase para devolver a David, quien permaneció fuera del departamento durante todo el enfrentamiento quedándose así a res
Un triunfo de la vidaEl sueño se me estaba cumpliendo sin darme cuenta. Estaba en la cima de la felicidad y de ahí no quería moverme. Estaba con las personas que amaba y con quienes estaba dispuesta a vivir el resto de mi vida. El descubrir que tendría una niña fue un regalo adicional para añadir felicidad a la felicidad ya existente. El descubrir aquella satisfacción en el rostro de Cristian fue absolutamente increíble, me llenó de dicha. Yo igual hubiese estado completamente extasiada de felicidad si en lugar de una niña hubiese tenido la noticia de un príncipe, pero ya sabía que tendría una princesa y eso fue más que suficiente para estallar de felicidad junto a mi familia.Ana estaba eufórica, mientras que David había tardado un poco en asimilarlo, pero al final terminó incluso más animado por la idea de tener una sobrina en la casa para tener a quien consentir. Era una noticia que ponía en relieve el ánimo positivo y resplandeciente de todos luego de que Ethan al fin fuese da
En la ribera de un lagoCristian me hizo el amor como solo él lo sabía hacer. Sus besos y sus caricias eran un bálsamo para mis heridas que no podían parar de sanar cada vez que él me hacía suya y que me regalaba el presente de su esencia. Él era el combustible que me hacía seguir adelante con igual furia cada vez que me miraba al espejo y me veía como una mujer fuerte y con dificultades; cada vez que aquella silla intentaba privarme, Cristian me levantaba con su aliento y me hacía volar más allá de mis limitaciones. No existía manera alguna de que yo dejase de sentir aquel fuego insuflando mi alma, pues lo tenía a él a mi lado; cuando las barreras se levantaban, más alto me levantaba el amor de Cristian.De los retos más difíciles para mí en todo ese tiempo fue el tener que mantener esa imagen de ser la heredera y cabeza de todo ese emporio internacional de la familia Cavill. Cristian se rehusó fervientemente a tomar el lugar de máxima autoridad, arguyendo que para ambos era una o
Un contratiempoLa planificación de la boda estaba basada en una ceremonia sencilla y bastante privada, donde solo estaba pautada la asistencia de las personas más allegadas a nosotros y donde solo estábamos planificando algo más simbólico que cualquier otra cosa, por lo cual no había sido algo del otro mundo organizar todos los detalles que se encontrarían en conjunción en esa tarde en la que yo era el centro de atención. Ana se destacó, como siempre, con su impulsividad crónica y su esquizofrénica manera de llevar a cabo las cosas. Ella estaba mentalizada en hacer de aquella boda una especie de ceremonia que celebrase la felicidad plena a la que todos aspirábamos de manera indistinta. Sin importar que costo tuviese que pagar para hacerlo realidad, Ana se había dedicado a pleno sin ningún tipo de freno. Ella fue dedicada a cada detalle que entre Cristian y Yo comenzamos a imaginar, visualizando lo que era una boda de ensueños a la orilla del lago. Aquella realidad que existía en m
Un cambio de planesLa voz me ordenó estrellar mi teléfono contra la pared de manera que las evidencias quedasen claras frente a la cámara, entonces nos dio indicaciones precisas de hacia dónde debíamos dirigirnos sin interrumpir la comunicación en ningún momento.―Si llegan a cortar la llamada dispararé al azar a uno de ellos dos ―nos amenazó la voz―, si llegan a avisar a alguien, entonces el azar se elimina y ambos morirán por igual… Obedezcan lo que les pido y nadie saldrá herido.Nos había indicado aquel misterioso interlocutor que se comunicaba sin dar la cara y hablando en todo momento por medio de esa voz robotizada que hacía que la comunicación fuese tan espeluznante. Recibimos la dirección a donde nos estaban obligando a dirigirnos a solas y sin tener la oportunidad de notificar a nadie. Ana sostenía el teléfono delante de ambas por orden del sujeto, haciendo que fuese imposible hacer algún tipo de jugada. Aquella cámara nos amenazaba y si por algún movimiento fortuito la c