Tras bambalinasPara mi total sorpresa, Arthur me llevó más allá de los límites de ese salón que era el escenario para el evento de alcurnia que se iba a celebrar. Llegamos a lo que podía ser el área de bastidores, donde se podía ver las costuras de la puesta en escena, con un centenar de empleados trabajando a toda máquina para tener al tope el servicio en el lugar. Meseros entraban y salían atravesando unas enromes puertas de cristal, mientras otros varios terminaban de organizar detalles específicos sobre la organización. Me sorprendí al descubrirme en ese lugar sin saber qué propósito entre manos podía traerse aquel chofer. Pasamos de largo y llegamos a lo que se había adaptado como una especie de camerinos donde algunas personas con participación especial en la boda podían refrescarse y retocarse antes de que todo iniciara. Pasamos un par de puertas y llegamos entonces ante una que era más grande que las demás, con una marca sobre el marco que indicaba la importancia y el presti
Después de una traición.Aquello que había sentido recién después de verlo y quedarme congelada en el centro del salón se multiplicó de manera exponencial al tenerlo a solo un par de metros de distancia y estando a solas con él en la habitación. Mis piernas eran de roca y mi pulso ni siquiera se podía calcular. Pensamientos en blanco y miedos a tope era lo único que ocupaba mi cabeza sin dejarme espacio para pensar de manera racional en medio de ese microcosmos de agonía y dolor.Como persona yo había cambiado bastante después de la catástrofe. A había cambiado como amiga y como hermana, pero también había cambiado como mujer. Tenía dificultades para conciliar las felicidades de esa nueva vida que me seguían pareciendo inmerecidas cuando pensaba que para lograrlas había sido necesario dañar de esa manera a un hombre al que se suponía que había amado con todo mi corazón.La vergüenza era algo nuevo en ese momento, pero era porque después de la traición no había tenido la oportunidad de
Un corazón supurante―Solo quiero que sepas que aprendí mucho de tu traición.―Señor Cavill yo…Hice silencio, en realidad ¿Qué le podía decir?Todo lo que él me decía estaba respaldado por el argumento inequívoco de la verdad. Había un mundo de evidencias comprobadas implicadas en sus reproches y yo solo podía contentarme con el asentir como quien confirma con el silencio la consecución de un crimen. Era la mala de la película y el señor Cavill no estaba en planes de dejarlo de mencionar.― ¿Qué dirás? ¿Qué no era tu intención o que no sabías lo que hacías? No me hagas reír mujer.―Lo siento mucho ―fue lo único que le supe decir. Mi corazón estaba supurando por la herida y no encontraba nada más que decir. ¿Qué podía hacer? ¿Acaso estaba dispuesta a confesarle todo y arriesgarme a poner en riesgo la vida de David y la de Ana al atreverme a llevarle la contraria a esos malditos? La respuesta a esa pregunta era no, por eso no podía hacer más que quedarme en silencio.El dolor de un alm
Triste decepciónMi alma quedó abatida al escuchar a ese hombre que, sobreponiéndose a su orgullo y altives, se estaba atreviendo a contravenir cualquier preconcepto para dejar hablar a su corazón. Era casi increíble pensar que el señor Cavill se atreviese a decir algo así. Era ridículo pensar si quieren esa posibilidad. Aquel hombre que me había tratado casi como a un objeto al principio del camino ahora se estaba sincerando sin miedo a expresar lo que había en el fondo de su corazón.El rumor de mi traición aún podía sentirse en el aire y sin duda alguna aún debía dolerle a él tanto como me dolía a mí, pero aun así el señor Cavill se mostraba dispuesto a dejar todo de lado para empezar de cero conmigo. Era absurdo, sencillamente absurdo, pensar que un hombre que tenía para sí a un millón de mujeres dispuestas entregarse por entero a sus deseos y fantasías, se estaba derritiendo ante mí.Por obvias razones mi alma entera se consumió de ternura ante esa expresión de amor que él estaba
Causa y efectoMartins me había salvado del apremiante asedio en el que me encontraba acorralad cuando esa puerta se abrió. La disposición activa y dispuesta al avance que el señor Cavill había exhibido hasta entonces desapareció de plano y dio cabida a una actitud netamente centrada en una molestia incontenible que sé vía reflejada en sus puños apretados y el fuego que destilaba por sus fosas nasales. Solo en el centro de la habitación, como si no fuese consciente de lo que acababa de desencadenar, el abogado sonreía sin dejar de mirarme como esperando alguna reacción de mi parte. Las cosas no estaban nada bien, cada uno por su parte estaba dispuesto a llevar hasta la última consecuencia la situación, pero fue el señor Cavill quien sin ser capaz de controlarse a pesar de la presencia de su abogado, me increpó con una pregunta que parecía tener atrabancada en el alma desde que escuchó a su amigo decir aquello último.― ¿Tienes novio entonces? ―la pregunta iba dirigida a mí, de eso no
Choque y aparición.El camino parecía haber sido milagrosamente allanado para que el señor Cavill no encontrase ningún obstáculo de por medio para llegar a su meta con facilidad. En mi cabeza mantenía la falsa esperanza de que alguna persona impertinente le saludara o llamara su atención, pero todo mundo en aquel salón parecía estar sumido en su propio mundo, como percatarse que el novio caminaba con paso raudo y furioso sin mirar atrás.Yo caminaba un poco más rezagada detrás de ellos dos. Lo ideal hubiese sido ir delante para advertir a Ethan de alguna manera, pero el ímpetu contenido en la manera en como el señor Cavill se movía me dejó en claro su intención de ir a la delantera. Solo podía rogar que aquello no terminase en una masacre, no podía ni siquiera asimilar la idea de que había sido mi imprudencia la que había metido al pobre de Ethan en esa hecatombe que ahora estaba a punto de salirse de control.Mientras caminaba escuché en las conversaciones el murmullo de la gente que
Propuesta para no rechazarRebeca había sido consciente de que estaba haciendo un bochorno de proporciones estratosféricas al llegar en esos términos y con esas ínfulas de confrontación. Por genialidades de la vida, el señor Cavill no reaccionó como yo esperaba que lo hiciese y por segunda vez, en cuestión de menos de cinco segundos, reaccionó de una manera que me dejó con la boca abierta. Era como si él se estuviese esforzando en demostrarme que realmente había cambiado, como si me estuviese diciendo “Mira de lo que te vas a perder”Él miró a Rebeca con mucha paciencia y le dijo:―Dame solo un segundo, por supuesto que si nos vamos a casar.Rebeca quedó sorprendida por la reacción de quien estaba a punto de desposarla en el altar y no tuvo otra opción más que quedarse mirando, mientras que el señor Cavill volvía el rostro para mirar nuevamente en la dirección en la que nos encontrábamos Ethan y yo delante de él.― ¿En qué estábamos? ¡Ah sí! Creo que tengo que felicitarlo, señor, ha s
Nada que hacerYa no había nada que hacer. Las cosas que podían salir mal habían salido mal y al final todo había determinado en una situación mucho más compleja que la de antes. No había forma de asumir aquello como algo provechoso o por lo menos aceptable, todo se me estaba viniendo encima cuando quise darme cuenta de mi situación y eso que el tema del embarazo ni siquiera se llegó a mencionar.Rebeca, antes de irse, llevando de la mano al señor Cavill, me dedicó una medida de desprecio como lo había hecho aquel día cuando yo tome su lugar firmando el dichoso contrato. Ahora, a diferencia de la mirada de aquella vez, su deprecio era el de alguien que triunfa y mira por encima del hombro al vencido, en este caso ella había ganado solo porque yo había tenido que retirarme de la partida, pero ella no sabía eso ¿O sí? La forma en cómo reaccionó Martins al ver que por fin se iba a consumar aquella boda me dio mucho que pensar, pues la emoción regresó a su rostro y en sus labios se dibujó