De vuelta a la realidadEra la segunda vez que con Ethan tenía que regresar de un hospital luego de un episodio de desmayo. El señor Cavill se había encargado de solicitar para mí los mejores servicios disponibles, por lo cual en el hospital me dieron una inmensa cantidad de recomendaciones, guías y consejos para que no se volviese a repetir algo así. Era la segunda vez que terminaba perdiendo la consciencia desde que me enteré del embarazo. Según uno de los médicos, era a causa de no tener un reposo adecuado a mi situación, aunado a eso me afectaba también la alimentación poco balanceada, pero sobre todo, y en esto hizo bastante hincapié el doctor, aseguraba que se debía a la angustia en la que me encontraba sumida, pues de manera inevitable tuve que confesarle que mi vida había estado sometida a una presión agobiante los últimos tiempos y que no tenía forma para encontrar descanso en mi diario. Entonces me recomendaron reposo absoluto durante una semana para que me recuperase por co
Excusas baratasAna todavía tenía que cubrir con excusas baratas los que eran mis motivos para hacer aquello que ella solo podía considerar como una locura sin remedio. Ella sabía que yo había estado locamente enamorada del señor Cavill y por ello se había encontrado terriblemente confrontada cuando le tocó enterarse de que lo mío con él había llegado a su final, pero ahora que además de eso tenía que decirle lo de ese embarazo y como el Señor Cavill había quedado completamente engañado por la mentira esgrimida por Ethan, Ana no pudo contener su reproche para hacerme sentir todo el peso de su decepción.Su rostro exhibía un malestar sin igual, mientras que escuchaba el resumen de cómo había acontecido todo ese derroche de locura en el que se había convertido mi vida durante los últimos tiempos. Ella movía la cabeza de vez en cuando y cada tanto tiempo suspiraba o hacía mover sus ojos de un lado a otro para aguantarse las ganas de gritarme y llamarme a reflexión, después de todo ella n
Unas últimas conversaciones antes de dormirEthan pasó por la cocina para despedirse antes de retirarse. Su rostro era un poema de confusión y disfrute, era una mezcla de contrariedad absoluta que solo servía para describir la emoción de un hombre que estaba metido en un empeño de cumplir un propósito de conquista. Yo le había dejado bastante en claro que entre los dos las esperanzas eran bastante poco prometedoras; sin embargo, para él parecía estar sintiendo un renuevo de esperanzas después de haber conseguido ahuyentar al señor Cavill con aquella cuestión de mi embarazo del cual él se atribuyó la paternidad. Su corazón era puro, de eso no me quedaban dudas, pero no podía entender aún el nivel de enamoramiento que debía estar sintiendo para aceptar todo aquello que estaba ocurriendo entre nosotros. Yo no le debía ninguna explicación ni ningún respeto, sin embargo, me sentía bastante mal al saber que él sentía algo por mí cuando yo no sentía nada por él y ni hablar del asunto con la
Visita matutinaLa noche discurrió en medio de episodios de insomnio alternados con episodios de sueño profundo. Lo que más quería era poder llegar al amanecer sana y salva y que mi cabeza no explotase por culpa de los pensamientos abrazadores que me hacían sucumbir a todo tipo de preocupaciones y angustias a la que cada día se le sumaban nuevos asuntos por lo que debía preocuparme.Ya no tendría la distracción de saber que al amanecer iniciaría un nuevo día con responsabilidades y ocupaciones en las que poder abocar mi atención para estar, aunque fuese de manera temporal, dedicada a otras ocupaciones y tareas capaces de alejarme de los pensamientos recalcitrantes y tortuosos con el potencial de hacer mi día una miseria en todo el sentido de la expresión. Estaba obligada a estar de reposo después de que el médico que me había tratado en mi visita al hospital recomendase que lo mejor era poder revitalizar mi cuerpo con mucho reposo y descanso y una buena alimentación. Ana se tomó todo
¿La última conversación?Apenas podía recalar en aquella que había sido la conversación que quedó en el aire cuando me desvanecí en los brazos de él. El señor Cavill había estado a punto de contarme toda la verdad sobre esa locura de matrimonio que había concertado con la rubia melindrosa que ni él ni yo soportábamos. Esa duda de saber que podía ser tan importante como para que él se atreviese a consumar una locura como esa, me quemaba con una punzada de curiosidad como ninguna. Todo había sido todo tan descarriado desde entonces, con la mentira de Ethan y la pequeña advertencia de Martins, que en lo que menos había tenido tiempo de pensar en todo ese tiempo era precisamente en esa información. Era una pregunta más que se quedaba sin respuesta. Una pregunta que me atosigaba y que me saltaba desde las entrañas para abordar al señor Cavill apenas le vi parado frente a mí, pero sabía que debía mantener la cordura. No podía arriesgarme a volver a correr el riesgo de propiciar un ambiente
En sus ojos En sus ojos pude descubrir todas las verdades que no había podido saber en ese trance de locura y traición que solo me había convertido en un autómata de las mentiras, buscando encubrir mi cobardía con falsedad. En sus ojos de amor y sinceridad pude ver esa mirada que me decía que el destino estaba en mi poder y que si no estaba siendo feliz era porque simplemente le había dado cabida al miedo y a las amenazas para no dejarme llegar a descubrir la felicidad que me merecía y que me pertenecía. Era algo inexplicable que descubrí en ese instante de lucidez que experimenté al tenerlo a él abriendo su corazón ante mí. Un momento de sinceridad indomable que se sobreponía a toda circunstancia y trascendía a las verdades más profundas y elementales del ser. Mi mundo recibió un sacudón al dejarme la vida, poder volver a tener la oportunidad de descubrir el motivo por el cual me había enamorado de ese hombre de esa manera tan intensa e inexorable. Y es que el brillo de vida y pasi
El destino impedidoEl recuerdo de ese relato de peligro que había estado tan cerca de Ana y de David solo servía para que mi mente me recordase el peso que reposaba sobre mis hombros para con ellos. El solo pensar que, con una mínima señal, el abogado pudiese acabar con la vida de dos de mis seres más amados, no me dejaba existir. Yo estaba predestinada, al parecer, a no solo sufrir como una condenada, sino que ahora sabia también, que mi papel en esa historia comenzaba a ser el de la villana despiadada que hunde el dedo en la llaga del hombre enamorado. El señor Cavill pasó de manera sorprendente por un cambio de emociones de manera inevitable. De la curiosidad a la felicidad en un instante y también en un instante de la felicidad al dolor. Su corazón acababa de llegar al cielo para bajar al infierno en cuestión de segundos. Ahora podía saber que iba a ser papa, pero que también descubría que no había nada que hacer para revivir un amor que estaba vivo, pero que se empeñaba con mor
Recuerdos y meditaciónLa puerta se cerró como abriendo la herida de manera indescriptible. Era algo contradictorio, pero al dejarme ellos en la soledad que les solicite solo conseguí encontrarme sumida en el dolor que me asfixiaba de manera sórdida y atroz. No podía respirar, pero no era algo corporal, era el alma que me sumía en incontenibles embates que recriminaban mi torpeza y falta de determinación. De repente me había convertido en la protagonista tonta de las telenovelas que veía mi mamá; una de esas mujeres que solo servían para sufrir y ser las víctimas de quienes le hacían la vida imposible solo para conseguir sus objetivos y propósitos en planes de maldad infinita. Yo, quien había enfrentado la vida como una guerrera dispuesta a derrotar cuánto gigante se me pusiese enfrente, de repente me estaba encontrando como una mansa paloma obedeciendo ciegamente los designios de un demonio que me hacía ser una pieza más de su juego de ajedrez. Él era la mano maestra y yo un simple