LinaMi madre no se me separó en toda la noche. Todos tenían asuntos para resolver y yo solo debía reponerme cuando acepté el bendito suero.Mi cuñada se sentó con ese hermoso vestido de maternidad que la hacía ver adorable. Debía descansar también, pero no se detenía ni porque tuviera a los doble impacto que estaban a pocas semanas de nacer. Mi abuela nos acercó un vaso de leche a cada una, con un plato con galletas que casi devoré. Había comido un poco cuando el efecto del gel se había pasado, pero se me dificultó y cuando lo estaba logrando…Un inoportuno haciendo de las suyas. El olor a frutas en la crema relajante que Génesis me regaló me encantó, verlas a todas pendientes de mí me hizo sentir fuerte de alguna forma. Avery siendo la encargada de darme un masaje, acabó con el malestar llegada la madrugada. El brazo aún dolía debido a la aguja que tuve que aceptar que me clavaran en ese lugar. El tiempo era contado. No teníamos la facilidad de hacerlo de otra manera, pero el bene
La audiencia preliminar de la fiscalía y la defensa frente al juez se había logrado, luego de tomar medidas y hacer uso de las influencias de la parte defensora, ya que estaba solo a su cargo. Los Crown aceptaron ese designio y no pensaban incumplir con el deseo de Lina por dejarles solo la parte no legal. Uno tenía un extenso historial con casos ganados y el otro, aunque más joven, era conocido por su tenacidad y habilidades investigativas excepcionales. La combinación de ambos en este caso prometía ser una batalla legal intensa. Mientras tanto Lina tomó la decisión de que dormir era la mejor opción. No iba a saber nada hasta que el abogado regresara y no se quedaría a ver la pared o los barrotes todas esa horas. Confiaba en que el sujeto de cabello de póster de shampoo masculino, tenía lo suficiente para lograr sacarla antes de tiempo. —Señor juez, las pruebas en contra de la acusada son contundentes. —remitió la fiscal Montenegro. —Tenemos el arma homicida con sus huellas dact
Lina se debatía entre sus pensamientos y sus emociones. Tenía que tener control en ambos casos, pero era imposible cuando ambos se dirigían al mismo tema. Las molestias físicas estaban aminorando, pero las mentales no parecían estar dispuestas a ceder. Estar encerrada no le ayudaba en nada, pues estaba a solas con su mente que había adoptado el papel de torturador, trayendo consigo recuerdos que no quería necesitar, pero que de algún modo, tenían ese alivio que la anclaban a la realidad. No era la única con ese problema. Aún estando sedado, el Mayor tenía frente a él esa sensación de un vacío enorme y un frío extraño, que le achacó a dolor por las heridas. Un susurro con una risa suave lo hizo abrir los ojos, manteniéndose en la misma posición en la cama, donde la pared fría era un recordatorio de lo que hacía falta en ese lugar. Soltó el aire, pegando la palma a la pared, recibiendo esa ola helada por todo su cuerpo. Lina por su parte alejó la mano de la pared al darse cuenta de
Kael. La idea de llamar de nuevo me rondaba mucho más fuerte cada vez, pero me repetí que se encontraba bien para no joderme la existencia yo solo. Había escuchado su voz. Estaba bien. De seguro en casa de sus padres o con la cabra loca que tenía como prima. No debía importarme tanto.Sacudí el cabello para quitar el exceso, mientras buscaba algo para secar alrededor de la herida antes de cubrirla. De seguro me buscaban por todos lados, por lo que tuve que hacer todo desde casa.Deslicé el paño húmedo por la zona que aún ardía al tocarla. La piel tenía un color rojo que cubrí con las vendas luego de cubrirla con gel. No me quedaría en la cama más tiempo como lo insinuó la mujer que me sacó las balas. Tenía que ponerme al corriente de lo que sucedía, encontrar a Cameron, poner en un lugar seguro a Asli y Moira, buscar a Ferguson, padre e hijos, cortarle la lengua a Warren y arrancar la cabeza de Bora. Pasé la remera oscura por mi cabeza, asegurándome que no quedara a la vista el v
Kael.Toda la noche me la pasé ubicando a los Ferguson para iniciar por ellos. Para la mañana el cansancio me estaba venciendo por lo que tuve que dormir unas cuantas horas, estando de pie a medio día nuevamente para enfocarme en lo mismo. Llamé al número de nuevo, aunque me indicó que estaba apagado. Tenía que dejar de pensar en ella. Aunque me era algo difícil cuando hasta en los sueños se me colaba la infeliz. Necesitaba tocarla. Follarla y quitarme esa idea de arrancarle cada suspiro para tenerlos para mí. No era normal que la pensara tanto. No era algo muy de mi parte que quisiera tenerla sobre mí, peleando por todo y haciéndome esas caras inocentes que solo me hacían sucumbir ante el deseo de comerle la boquita tan deliciosa que tenía. Quité las fotografías que saltaron al abrir uno de mis archivos, verla solo me reiteraba que tenía poder sobre mí. Qué quería más solo besar esa alma libre que me brindaba algo que nada más lo hacía. Lina siempre tuvo algo que me descolocaba.
Kael.—¿Se puede saber qué fue eso? —abrí el acceso de Brease en la agencia, pues si lo hacía con el mío o el de Terry era dar mi ubicación, en cambio a él no lo buscaban.La voz de Darek me dejó de interesar cuando vi su expediente ser uno de los últimos enviados a agentes de campo para averiguar sobre el asesinato de…Una de las amantes de Nixon.¡Que ridiculez! Mi… Brillitos no tenía motivo para matar las mujeres que Nixon se cogía. Con las veces que me la follé, andar de celosa era lo último que podía estar del marido. El marido…Tener tantas fracturas al parecer no le bastaron. Darek seguía peleando solo, maldiciéndome como si me fuera a interesar, mientras tecleaba accediendo al sistema de Warren. Mis dedos volaban sobre el teclado, ejecutando comandos que había memorizado hace años. La amenaza no le bastó al imbécil.—Te lo advertí, Warren, —murmuré en mi idioma, mientras accedía al sistema bancario. La interfaz de seguridad era robusta, pero no lo suficiente para alguien con m
Kael.—No, por favor. ¡Por favor! —suplicó la madre de la cosa inútil. —Kael, no hagas esto. —Cincuenta segundos. Naenia no se atrevió a hablar. Aún no procesaba nada como siempre. —Te lo pido de rodillas. Te daré lo que quieras. Solo dime…—¡¿Dónde diablos está Warren?! —¡No lo sé!—Treinta segundos. —miré mi cronómetro mostrándolo, mientras Nixon lloraba el muy cobarde. Podría ser muy amigo de Barrett, pero quien tenía información era su madre. De ambos. Y yo la iba a obtener. —¿Qué demonios te ocurre? No te he hecho nada. No me he metido contigo. —Nixon tiritaba de rabia y el dolor de ver sus huesos de esa forma. —Diez segundos. —Salma se puso sobre su hijo, protegiendo la escoria que salió de las entrañas. —No lo hagas. Te lo pido como madre. —¿Se te olvida que te conozco? Te quitas o empiezo contigo en lugar de continuar con él. —me acerqué y negó. —No te atreverías. —¿Probamos? —su confianza en sus palabras desapareció en cuestión de segundos. —¿Él o tú? Tres segundos.
Lina—Cuando mi primo sea gobernador, le propondré que les ponga una cama cómoda y frazadas a los prisioneros. —dije frotando mis brazos. En verdad debía haberse abierto el pecho de algún ser sin sentimientos para que hiciera tanto frío. —De paso dile que contrate supermodelos como el que te vino a ver. Así sería un gusto ser arrestada y no esta tortura. —añadió Merary, la mujer a mi lado. Si yo que tenía un jersey de cuello alto y una chaqueta tenía frío, ella con su falda y blusa diminuta, y solo un suéter delgado definitivamente se estaba congelando. —Tu novio sí que te quiere.—En realidad me odia. —el tipo de al lado frotaba sus manos para agarrar calor. Cuando vi a la chica de servicios sexuales, sentí su interrogante. —Es que cuando lo conocí lo atropellé. —Por accidente. —Merary creía en su deducción.—Con intención. —recalqué y la mujer arrugó las cejas. —Creo que me perdí. Se odian, pero se besan de esa forma tan…—¿Has escuchado de los que dicen eso de que no todos tiene