Andrea Rowe.Llego al bufete con los ánimos altos. Estoy ansiosa por ver a Christian.Anoche fue especial. Estar con él, con su familia, recordar lo que éramos, lo bonito de todo, me hizo demasiado bien.Y sí, él tenía razón. Necesito estar lista para avanzar más.Estoy en la etapa en la que recepcionas todo, sabes que quieres más, pero disfrutas ese proceso de conocimiento, de aprendizaje, de nervios por las primeras veces. Y aunque nosotros ya pasamos esta etapa una vez, es reconfortante saber que todo se siente como si nunca lo hubierámos experimentado.Salgo del ascensor con las ansias disparadas, la sonrisa no se me quita de la cara aunque debería al menos contenerme. Saludo a todos con entusiasmo y puede que sea evidente que hoy me siento demasiado feliz.Porque ayer, después de haber tenido algunas dudas, llegué a una conclusión.Yo quería que él me besara, quería decirle que se lo permitía, que ya lo merece. Y a pesar de que entiendo su postura, decidí que el viaje a New York
Christian Anderson.Me quedo congelado solo una fracción de segundo. El agua que sentía fría por la alta temperatura de mi cuerpo, cae sobre los dos y ahora se siente como si pudiera evaporarse.Pienso que podría estar alucinando, pero sus labios suaves impactan contra los míos y lo que había estado deseando desde que nos volvimos a encontrar, sucede. Su forma de abordarme no es ruda, pero sí segura. Y yo, en medio de mi estupor, de igual forma soy capaz de comprender que sí está pasando y abro mi boca para recibir la de ella.Las manos de Andie se apoyan en mis hombros, las mías viajan directo a sus caderas. Mis labios se funden con los suyos, con ansias, con un hambre voraz acumulada por demasiado tiempo. La presión atrae su gemido. Suspira contra mi boca cuando meto mi lengua para buscar la suya.Chupo sus labios, muerdo su lengua. Me como toda su boca como si no hubiera comido en años y estuviera a punto de la inanición. Su ropa está completamente mojada y su pecho se pega al mío,
Christian Anderson.Andie sale del baño y yo cierro los ojos, recuesto mi frente a la húmeda baldosa y sonrío como idiota. Apoyo mis dos manos en la pared, para poder sostener la flojera que me cae de repente.Soy consciente de que el malestar que cargo sigue latente, pero hay prioridades y Andrea Rowe, ante mí, es la primera de ellas.Poco me interesa la fiebre, el dolor de cabeza o la debilidad de mi cuerpo. Después de tanto tiempo sin sentirla, tenerla en mis brazos, tener la oportunidad de volver a tocarla, probarla y besarla como añoraba, se siente como un sueño cumplido que todavía no se cree del todo.Abro otra vez el chorro de la regadera y dejo que el agua caiga sobre mí. La poca energía que tenía se siente revitalizada y sé que es por ella, por tenerla aquí hoy, por lo que me entregó después de mucho tiempo pensando que ya no existiría en la vida, otro beso nuestro.Salgo del baño poco después con una toalla envuelta en mi cintura. Me quedo un poco húmedo por si acaso, todav
Capítulo 120. Hacer el amor (parte 1)Andrea Rowe.¿Es real tanta felicidad? ¿No estoy viviendo el sueño que me quedó pendiente, solo en mi cabeza?Miro a Christian frente a mí, dormido al fin después de no sé cuántas horas de viaje. En cuanto el avión despegó, que pudimos quitarnos el cinturón, mi cabeza se inclinó a un lado y me quedé dormida. Ahora que abro los ojos lo veo a él también descansando y el monitor a una corta distancia de nuestra posición, muestra que estamos por llegar a New York.Pienso en lo que estos días anteriores fueron. Christian enfermo, sí, pero comienzo a pensar que solo fue un problema de rápida solución que provocó nuestra cercanía. Porque luego de todo lo que pasó en esa ducha y de disfrutar juntos viendo películas, su estado comenzó a mejorar mucho.Esta mañana todavía sentía un poco cortado el cuerpo, pero no hubo forma de convencerlo de que debía quedarse. No es que yo se lo dijera en serio cuando lo insinué, pero igual me gané su mala mirada.De su mis
Andrea Rowe.New York es hermoso, pero cuando se vive en compañía de la persona más importante de tu mundo, se siente completamente diferente. Christian es mi guía, es mi amor y es mi mejor compañero, ¿qué más le puedo pedir?Lo que hace solo tres días atrás se sentía como un inicio frustrante, en el que yo sabía que quería algo, pero no me aventuraba a experimentarlo del todo, ahora ha cambiado por completo de perspectiva.El amor está en el aire. Todos los sentimientos que estaban escondidos, salen a flote y a la par de estas sesiones que hemos tenido, donde darnos placer es prioridad, siento que con cada nueva experiencia, volvemos a ese lugar donde comenzamos a sentir. Donde surgió todo.Y no puedo estar más feliz.Caminar de su mano, lo convirtió todo en la mejor experiencia. Que nuestros dedos se entrelazaran al caminar por Central Park, que sus brazos me rodearan mientras veíamos el atardecer en el Puente de Brooklyn, que a nuestro regreso hayamos hecho sonrojar al taxista porq
Christian Anderson.Hacerle el amor como debe ser. Lento, romántico y que sea el inicio más especial de todos. Los ojos de Andie brillan. Me mira con un amor tan grande, uno que ya no está oculto, que dejamos fluir. Vuelvo a besarla, suave y lento, con mis manos rodeando su rostro y mis dedos acariciándola, tocándola siempre porque no puedo dejar de hacerlo. Minutos después, vamos saliendo del salón tomados de la mano, con nuestros dedos entrelazados. No dejo de sonreír y un vistazo a Andie, me confirma que ella tampoco puede. En cuanto ponemos un pie en el ascensor, vuelvo a rodearla y besarla con ansias. Le digo que es para ocupar su mente, pero la realidad es que las ansias me comen. Cuando vuelven a abrirse, la tomo por sorpresa y la levanto, para llevarla cargad hasta la hacitación. Andie deja salir un chillido de sorpresa y luego ríe a carcajadas por unos pasos, hasta que vuelvo a callarla con un beso más fogoso. Me detengo delante de la puerta, termino el beso más largo y l
Andrea Rowe.El regreso de New York me asustaba. Estar de vuelta en el lugar que es nuestra verdadera realidad, me hizo sentir insegura por más que traté de evitar esos pensamientos.Pero la ventaja de habernos recuperado, de que sea Chris quien esté a mi lado una vez más, es que me conoce. Que es capaz de ver a través de mis ojos y sonreírme para calmar mis ansias, mis miedos y mi angustia. Que es capaz de tomar mi mano, rodearme con sus brazos y hacer que apoye mi mejilla sobre su hombro, para darme esa paz que necesito. Junto con la seguridad de que esta vez, estamos bien.Ha pasado una semana desde que regresamos y en este tiempo, todo se ha sentido tranquilo, como si los años no hubiesen pasado y siguiéramos en un punto en el que sonreírnos era el inicio de todo.Sí estamos juntos y pasamos casi todo el día en la compañía del otro, pero decidimos seguir viviendo por separado, para no sentir que vamos demasiado rápido. Por más que extrañe su duro pecho para dormir todas las noches
Christian Anderson.Salgo del salón y escucho un revuelo. Me despido de los clientes sintiendo en el ambiente que algo sucedió. Pretendo investigar qué está pasando, cuando presiento que acabo de encontrarme de frente con el problema mayor.Tracy se acerca con expresión endemoniada, indignada y colérica. Su maquillaje está corrido, como si hubiera estado llorando de la frustración.—Ella no tiene derecho a hacerme esto, ella no es nadie en este bufete. Y aquí, delante de todos, te exijo que la pongas en su lugar. Yo soy una empleada que se desvive por su trabajo y no es justo que una puta que solo se abre de piernas para ti me trate como una cualquiera y me humille de esta forma delante de todos.Su forma de hablar me enerva, la manera en que se dirige a Andrea, mucho más. Porque aunque no haya dicho su nombre, sé que es de ella de quien habla.Controlo mi temperamento por unos segundos, porque frente a todos y por esta mujer del diablo, no puedo perder los papeles y menos, dañar mi i