Emily.
—Emily… —escuché muy en el fondo de mi cabeza. Y quería reaccionar, quería parecer que esto no era nada para mí, pero el cuerpo me temblaba. Estaba… furiosa, nerviosa hasta la mierda y con una invasión de celos que me estaba comiendo el alma.
Intenté desviar la mirada, y hacer caso a la voz que estaba llamándome por mi nombre. Pero mi cabeza no se movía. Yo solo podía ver como las manos de Sara, paseaban por el cuerpo de Alex cada vez que quería, se tomaban de la mano, ella reía y él correspondía a todo. A todo…
—¡Señorita Baker! —ese fue el recurso que Jeremy utilizó finalmente para llamar mi atención. Giré de golpe y él estaba entre molesto y confundido.
—L-lo… lo siento mucho Señor William &mdas
Emily.“La recompensa por la conformidad es que le gustes a todo el mundo, excepto a ti mismo.” — Rita Mae Brown.Tomé un suspiro fuerte, y me giré de golpe para enfrentarlo—Estoy trabajando —dije como por decir cualquier cosa.—¡Me importa una mierda!Mi rostro se transformó e iba a gritarle de todo en la cara, cuando tomo mis brazos me giró y me frenó en seco hacia la pared arrinconándome con su cuerpo.—¿A qué estás jugando? —preguntó muy molesto, estrellando su aliento en mí a la vez que el pecho subía y bajaba.—No sé de qué hablas, pero por supuesto nada de lo que hago, para ti es importante…Su sonrisa salió cínica.—Tú no sabes nada, cara,
Emily.—¿Todo va bien? Te vi un poco ida al final… —preguntó por fin mi feje cautelosamente, después de un largo rato silencioso.—Lo siento, es cansancio —dije girando hacia su rostro con duda—. Pero todo está aquí. Debes darme algunos días para poder presentarte algo bien hecho.—No te preocupes por eso —respondió deteniendo el auto frente a mi casa—. Lo digo más por ti, creo que tú animas cambio.Asentí.—Hay algunas personas importantes para mí, que han estado haciendo cosas que me hieren…No sé por qué dije la frase, pero, sino que decía una palabra iba a estallar. Creo que hubiese preferido otra cachetada.—Lo siento mucho Emily, pero déjame decirte algo, mientras el hombre sea hombre, siempre fallará. No h
Narrador…Alberth, Adele, Emily y su amiga Mad entraron a recepción muy agitados, dando el nombre de Sara Baker para saber en dónde la podían encontrar.—Solo pueden entrar familiares, esta es la hora de visita así que pueden pasar todos juntos, si son familiares —acentuó la enfermera otra vez al finalizar.—Todos somos familia —respondió Emily adelantándose a cualquier comentario tomando la mano de Mad.La enfermera asintió y le indicó el pasillo por el que debían ir.Todos caminaban apresurados y cuando llegaron a la puerta indicada, Adele no dudó en abrirla de inmediato.Sara estaba en la camilla con las manos de Alex sobre ella. Aunque el corazón de Emi saltó en seguida, trató por todos los medios de tragarse todo lo que se arremolinó en su pecho.—&iq
Emily.El fin de semana pasó como un rayo, volví a mi rutina de trabajo dando gracias al cielo por ocuparme de las cosas que realmente debía gastarle energía.Mi cabeza no cesaba de pensar todo el tiempo, cada hora y cada minuto sobre la supuesta dolencia de Sara. Ella había sido dada de alta el domingo por la tarde. Mis padres y Andrés fueron a verla al hospital, y cuando llegaron a casa, sus caras estaban lo bastante largas como para querer hacerles todo tipo de preguntas.Básicamente Alex nunca quiso despegarse de ella, y Sara tampoco permitió que mis padres fueran a su apartamento a ver si necesitaba ayuda allá. Estaba convencida de que esta era otra de las cosas que Sara estaba haciendo para conquistar a Alex, y de cierta forma la aplaudía, porque en comparación a mí, yo estaba aquí, sentada, hecha una mierda, esperando que
Emily.Mi cabeza estaba gacha como si tuviese que esconderla, veía la situación como si estuviera por fuera de la mesa. Todos actuaban con normalidad, aunque cada uno sabía que había una tensión apremiante; cuentos, recuerdos y palabrera junto con las risas de todos se impregnaban en mis oídos.Nunca en mi vida deseé no ser parte de esto, parecía que estaban cómodos y felices, pero yo no me sentía para nada feliz. Suspiré mientras miraba el plato, no me apetecía para nada comer, y aunque la comida realmente si se veía deliciosa como se lo escuché a Alex hace unos minutos, lo único que quería era dormir hasta olvidar todo esto.—Creo que Andrés será el último en darme nietos, y Emi está muy enfrascada aun en su trabajo, así que pongo la esperanza por ahora en Sara —di
Narrador.El clima era frío, la sensación de liviandad y alegría se esparcía en las calles, y las personas que entraban a los restaurantes en las horas del mediodía, no hablaban otra cosa, que, de compras, cena de Navidad y reunión familiar.Alex estaba tomando su segunda copa de vino desde un lugar privilegiado de su restaurante de Notting Hill, mientras escuchaba como Sara le daba su informe semanal y las cuentas que había hecho para New York.Parecía que todo iba bien, incluso mejor que nunca, solo que a medida que pasaban los días su ánimo caía hasta el precipicio. Odiaba estar en ese estado, se sentía fastidiado a toda hora y con el genio insoportable. No sabía si debía atinar todo esto a la temporada que le hacía recordar a sus padres, o simplemente sería sincero, estaba pensando en un solo nombre que había v
Emily.¿Todo lo que había escuchado era real? Debía ser un sueño, o, mejor dicho, una pesadilla. Sí, eso debía ser. Porque por más que razonaba, por más que le buscaba un punto de inflexión a todo esto, no lograba tener una respuesta para la estupidez que estaba cometiendo Alex.Estaba respirando hondo, tratando de pensar que hacer para sacar a Jeremy de esta situación de la que no tenía nada que ver. Pero no quería hacer un escándalo. Alex y yo estábamos cubiertos de espinas, heridas y muchas cosas sin resolver, que hacían del momento algo impenetrable.No sabía qué estaba pasando con él, ni qué tenía en su cabeza, o si simplemente todo esto era consecuencia de lo que Sara estaba inyectándole diariamente, pero de lo que si estaba segura es que él estaba furioso como nunc
Emily.Todos estábamos saliendo de la casa, cerrando puertas, conexiones de agua y todo aquello que debía quedar apagado para salir sin preocupaciones.Mamá como siempre estaba estresada, cada vez que salíamos en familia ella se ponía histérica y le buscaba un problema a todo, así que a este punto de la mañana nadie estaba prestándole la atención que ella requería.Estaba el auto de papá, que parecía una lancha, su maletero era como un cuarto y aunque yo estaba exagerando, mi hermano también llevaba su auto para que pudiéramos colocar todo lo necesario, pues estaríamos más de dos días en esa cabaña. Después de guardar mi equipaje, en el auto de papá, coloqué unos almohadones en el asiento copiloto de mi hermano, porque yo me iría con él.Me asegur&eac