Emily.
—¿Crees que haya sido alguien? —pregunto asustada—. ¿Alguien está siguiéndonos Alex?
Su ceño se profundiza mientras este abre la puerta de forma precipitada para mirar a las afueras de la casa y vuelve a entrar enseguida.
—Creo que ha sido impresión… No sé…
—¡Es imposible! Los dos sentimos como si luces estuvieran en nuestra dirección ¡Algo debió pasar! —mi respiración se agita y solo puedo pensar en Dafne—. ¡Llama a Dafne! Puede ser que ella…
—Estás imaginando cosas —me corta él —. Ella no me seguiría, no de esta manera, ella no es así.
Mi rostro se contrae ante la ira que se va apoderando de mí, su manera de hablar de ella y de defenderla, literalmente me ha sacado el quicio.
Achico mis oj
Emily.Luego de un tiempo, me encuentro en las piernas de Bruno mientras la ira de Andrés ha menguado. Mis padres están impactados, pues mi hermano está relatándole todo el suceso.—Menos mal había salido a caminar con Bruno —dice este mientras pasea de lado a lado por la sala—. Vimos estacionar a Emily, y quisimos hacerle una broma, ya que tenía tiempo sin ver a Bruno.Las manos de Bruno pasan lentamente por mi cabello.—Nos detuvimos cuando vimos al imbécil, su perfil nos alertó y fue cuando golpeó a Emi… —termina por relatar Bruno.—¡No volverá a entrar a esta casa!El enfado de Papá aumenta mientras que mamá niega varias veces sin poder creerlo. Así como yo estoy conmocionada, porque a pesar de que yo actúe muy mal, él jam&
Emily.—P-por… ¿Por qué hiciste eso? —pregunto sabiendo que no puede haber una explicación para ello.Entendiendo que solo tu peor enemigo podría hacer una cosa como esa, pensando que estaría menos conmocionada si se tratase de otra persona, y diciéndome a mí misma: ¡Está bien! A veces merezco cosas, inclusive Sara me reclamó por mi egoísmo. ¡Sí! Merezco indiferencias de parte de ella. Lo acepto.¿Pero esto? Que alguien me explique ¿cómo tu propia hermana, tu propia sangre puede hacerte algo como esto? Por más que razono no logro entender.Luego de que ella dejara de llorar y secar su rostro, vuelve hacia a mí sin acercarse mucho, entonces toma aire y decide continuar hablando.—Por qué amo a Alex, siempre lo he amado y estoy perdidam
Alex.Luego de conversar largamente con mi hermana, y al parecer haber quedado satisfecha con mi explicación, pudimos comer en paz. Traté de sacar conversación con respecto a la universidad, pero literalmente la sensación de intriga me estaba matando.Por otro lado, Emily no me había escrito, ni tampoco me había llamado y eso me estaba preocupando mucho.Sin dudar, luego de terminar con Aroa, me disculpo para ir a descansar a mi habitación, no podré trabajar ni muchos menos relajarme hasta que no pueda hablar concretamente con ella.Los tonos suenan hasta caer la contestadora, por más de que he intentado más de cinco veces, Emi no toma la llamada. Así que decido por hacer una llamada a Sara quien ya no vive con ellos para no parecer tan intenso.No ha pasado dos tonos cuando contesta.—Alex… —responde algo a
Emily.Un largo desayuno se gestaba en mi casa, era muy temprano, había despertado con anticipación porque necesitaba llegar lo más pronto posible a la oficina, por lo tanto, aquí estaba sentada en la mesa, con mamá y papá, observándome, y queriéndome llenar de preguntas.Se les notaba la incomodidad, ahora mismo no estaba Andrés presente y quizás para ellos era el momento adecuado para obtener información de lo que había pasado.—Cariño —pronuncia mi madre dejando su taza de café en la mesa tratando de acoplarse conmigo.Pero decido acortar la situación y esperar otro momento para esto.—Mamá… prometo que sabrán todo en detalles. Ahora mismo debo irme, necesito llegar a la oficina con anticipación, ustedes saben que mi ausencia y mi encierro este
Emily.Al cabo de una hora estaba lista para salir, Mad estaba compungida por mi salida, pero ella no podía hacer nada para ayudarme en este momento. Entonces luego de que recogimos las cajas llegamos al ascensor.—Cuando salga de la oficina iré a tu casa… necesitamos hablar —dice Mad, entregando algunas cajas al hombre que me ayudará a llevar las cosas al auto.—Está bien…—¿Emi?Alzo mi rostro para encararla y ella me asoma una media sonrisa entristecida.—Hay cosas que no entendemos en el momento, pero te aseguro que no durará mucho…—Eso espero, Mad.Las puertas del ascensor se cierran, mientras que voy despidiéndome de todo el lugar en mi mente. Las lágrimas caen de forma deliberada por mi rostro, y unos sollozos salen sin poder reprimirlos.Me siento tan derrotada&
Emily.No me doy cuenta de la presencia de Bruno hasta que siento que sus brazos me envuelven para ser consolada. Pero yo no merezco eso, ¿no es verdad?—Ven, ¿debes ir al trabajo no es así? —dice este, tratando de controlar mi llanto secando las lágrimas con sus pulgares, teniendo cuidado con mi mejilla.—Iré a casa —es lo único que logro articular. No quiero decirle nada, no quiero la lástima de nadie y menos quiero hablar del asunto de mi trabajo.—Te llevaré entonces.Vuelvo a negar lentamente.—Debes ir con tu hermano Bruno, él te necesita, está muy enojado. ¡Por favor! Yo iré despacio, te enviaré un mensaje en cuanto llegue, te lo prometo.Él asiente y sin decir una palabra más, me acompaña al auto cerrando la puerta del copiloto luego
“No es necesario mostrar bellezas a los ciegos, ni decir verdades a los sordos… Basta con no mentir al que te escucha, ni decepcionar al que confío en ti. Las palabras conquistan temporalmente, pero los hechos… esos si nos ganan o nos pierden para siempre” anónimo.Emily.He ido a tantos lugares, que ya no recuerdo exactamente cuántas hojas de vida he entregado. Por primera vez en mucho tiempo he caminado sin ningún rumbo, y en cierta parte, se siente… Extraño.Así que finalmente decido por tirar las carpetas que me quedan en el asiento del copiloto y darme por vencida en el día de hoy.Mad imprimió veinte currículos para mí, y sí, es muy exagerado.Aún no me lo puedo creer.Cuando entré ya en última estancia a varios sitios de periodismo, solo
Emily.Salgo del lugar con los sollozos en pleno apogeo, Olivia hace un ademán para que me detenga, pero ahora mismo debo salir de aquí.Justo cuando voy en la puerta choco duramente con alguien y unas bolsas se esparcen por el suelo haciéndome trastabillar. Mi mirada, aunque nublada, puede reconocer a Bruno y Aroa frente a mí con la quijada abierta.—¡Emi! —Chilla Aroa yendo rápidamente a mi lugar—. ¿Qué ocurre? ¿Por qué estás así?Niego varias veces, no puedo quedarme aquí, no con ellos.Abro un espacio entre los dos y salgo en definitiva de la casa. Abro el auto rápidamente y así como llegué arrancó sonando las llantas de una manera escandalosa.Lloro todo lo que puedo, lloro todo lo que necesito, porque estoy convencida de que de ahora en adelante no quiero hacerlo