Han pasado algunos meses he sido muy feliz desde que Aarón por fin se me declaro, lo único que me ha puesto triste es no ver a mi mamá al parecer le ha gustado tanto Japón que hasta ahora no ha regresado.

—Maddie —menciona Aarón mientras abre la puerta de mi recamara y entra.

—¿Qué pasa señor misterio? —pregunto.

—¿Por qué me dices así?

—Pues aún sigo esperando esa sorpresa que me dijiste que me ibas a dar aquel día cuando mi padre vino ¿Lo recuerdas ojitos míos? Bueno… si es que son míos.

Aarón sonríe nervioso y solo me mira con preocupación.

—Pasando a otras cosas más importantes ¿A dónde vas cada que tu turno termina Aarón? ¿Crees que no me doy cuenta? Aarón has estado raro ¿Qué pasa? —lo miro molesta mientras lo suelto de los brazos

—Maddie no pienses mal—muerde sus labios.

—Ok, no seré mal pensada pero… en fin —alzo las cejas,

—Mira para recompensarte, mañana te llevare a ese lugar de la sorpresa —me to