La moral de los kobolds finalmente se vino abajo. Todos los plebeyos arrojaron sus piedras y armas y huyeron al bosque. Incluso los guerreros kobolds mostraban signos de miedo; el enemigo parecía haberse vuelto más fuerte de repente.

Aren continuó atacando sin piedad, cortando extremidades y cabezas cada vez que cortaba. Uno tras otro, los guerreros kobold fueron asesinados. Aren pasó a masacrar a los kobolds que intentaban escapar, pero alrededor de diez de ellos lograron escapar. Se arrastraron a través de los arbustos y corrieron hacia el bosque y pronto se perdieron de vista. Rastrearlos fue problemático, por lo que Aren no se molestó en hacerlo.

_¡Mierdaaaa!_

Aren envainó su espada y dejó escapar un suspiro, luego comenzó a vendar sus heridas.

Las flechas no causaron demasiado daño, ya que fueron detenidas por su armadura de cuero, pero las raspaduras y cortes en sus piernas fueron diferentes. Tenían que ser vendados, o de lo contrario empeorarían con el tiempo.

Aparecieron filas