Cuando la niña no podía respirar por la nariz, su boca comenzó a relajarse un poco. Soren movió las manos en un instante y abrió las mandíbulas para liberar su brazo. Originalmente, planeó romperle la mandíbula a la chica, pero considerando que ella podría haber estado un poco confundida, mostró un poco de misericordia.

Aren pensó que esta chica no tenía experiencia en peleas.

Porque nadie mordería el brazo del enemigo en defensa. ¡La mejor opción sería la garganta!

¿Eres un cachorro?

La niña se sorprendió por los movimientos de Aren. Estaba a punto de correr de nuevo y parecía un gato que iba a hinchar su pelaje desesperadamente, pero de repente vio algo. Miró la espada curva de Aren. Luego dijo en un tono de incredulidad: "¡Tú! ¡Eres tu! ¿Me salvaste? ¿Me recuerdas? ¡Te desmayaste en la nieve ese día! ¡Te traje de vuelta a la ciudad!..."

Las palabras de la chica eran incoherentes y sus expresiones y gestos eran un poco graciosos.

Pero Aren aún entendió el significado y se sorprendió