Me crucé de brazos, intentando controlar el temblor de mis manos. La rabia y la frustración se mezclaban en mi interior, creando un cóctel explosivo. Sentía la mirada de Yu-jin clavada en mí, pero me negaba a bajar la vista.—Eso no es cierto —replicó Yu-jin, con un tono de voz que intentaba ser condescendiente, pero que solo lograba irritarme más—. Ella se dejó llevar por la fantasía. Por la idea de estar con una estrella de K-Pop.—¡No la conoces! —exclamé, dando un paso adelante. Estaba a punto de perder el control—. Ella es mucho más que eso. Es… es… —Busqué las palabras correctas, pero la emoción me embargaba—. Es la persona más increíble que he conocido en mi vida.—Y por eso mismo tienes que dejarla ir —dijo Yu-jin, con un suspiro cansado—. Por su propio bien. Y por el bien de Chromatic.—¿Por qué no entiendes que no puedo? —murmuré, con la voz quebrada. Sentí las lágrimas picando en mis ojos, pero me negué a dejarlas caer. No iba a mostrarle debilidad a Yu-jin—. No la quiero d
—Yo decidí que se fuera —dijo finalmente, con la voz baja y grave—. Yo tomé esa decisión. Y también voy a encontrar la forma de deshacer ese contrato… Yo encontraré la forma de protegerlos a ambos, a ti, a ella y a Chromatic, pero necesito que me dejes encargarme de esto. No empeores las cosas, Ethan. Confía en mí… una vez más.«¿Confiar en él?», pensé, con amargura. La idea me resultaba casi absurda después de todo lo que había pasado. Pero al mismo tiempo, una pequeña voz dentro de mí, una voz desesperada por aferrarse a cualquier esperanza, me decía que no tenía otra opción.—Si me mientes… —dije, con la voz temblando de rabia contenida, pero con una firmeza que me sorprendió a mí mismo—. Si le haces daño a Ariana… te juro que te arrepentirás.Yu-jin suspiró profundamente, cerrando los ojos por un instante. Cuando los volvió a abrir, su mirada ya no era fría ni distante, sino una mezcla de cansancio y una profunda preocupación.—Ya me estoy arrepintiendo —dijo, con la voz ronca, ca
Una vez que todos los demás miembros de Chromatic se dispersaron hacia sus respectivas habitaciones, el silencio en el pasillo resonó con un eco hueco. La tensión que se había acumulado durante la premiación y la tensa conversación con Yu-jin parecía haberse disipado en el aire, dejando tras de sí una atmósfera pesada y cargada de incertidumbre. Jae-hyun y yo compartíamos habitación, así que entramos juntos, sin dirigirnos la palabra. El silencio entre nosotros era diferente al del pasillo; este era un silencio de comprensión tácita, de respeto por el dolor que ambos sabíamos que estaba sintiendo.Encendí la tenue luz de la lámpara de noche, evitando la luz principal que iluminaría toda la habitación. Jae-hyun cerró la puerta tras nosotros y se giró para mirarme. Su rostro reflejaba preocupación y una profunda tristeza. Sin decir nada, palmeó la orilla de su cama, invitándome a sentarme a su lado. El gesto, simple y silencioso, me conmovió más que cualquier palabra. Me senté junto a é
(PARK ETHAN)Dejar Tokio fue una tortura, sintiendo como si me arrancaran una parte de mí. Los recuerdos de Ariana —su sonrisa, sus ojos, su tacto, su risa— me asediaban. El viaje a Corea fue borroso, marcado por la angustia y la necesidad de contactarla, solo para encontrar silencio. De vuelta a la rutina, me movía como un autómata, atrapado en esos recuerdos, mientras intentaba mantener la compostura. Los esfuerzos de Jae-hyun por animarme eran inútiles, y las burlas de Ha-neul solo exacerbaban mi dolor. Yu-jin me evitaba, juzgándome con la mirada. Los días se convirtieron en semanas, luego en meses, y aunque el recuerdo de Ariana persistía, comenzó a desvanecerse, transformando el dolor agudo en una melancolía constante. Dejarla fue lo más difícil que he hecho, sintiendo una pérdida irreparable. Sin embargo, debía seguir adelante por mí, por Chromatic y por quienes dependían de mí, aferrándome a una tenue esperanza.Ahora, el vuelo a Tailandia desde Tokio se sintió como una extensi
—Ya basta, los dos —dijo, con un tono de voz cansado, pero con una firmeza que nos obligó a callar—. Tengo algo importante que decirles.Nos miró a todos con una expresión seria, su mirada recorriendo cada uno de nuestros rostros.—Voy a lanzar el comunicado oficial —anunció, con la voz grave y un tono que no admitía réplica—. La relación entre Ethan y Ariana ha terminado por mutuo acuerdo.Sentí un vacío helado en el estómago. El aire se me hizo denso, difícil de respirar. La imagen de Ariana, con su rostro triste y sus ojos llenos de lágrimas, volvió a mi mente, torturándome. «¿Por mutuo acuerdo?», pensé con amargura. «¿De verdad así lo van a presentar?».Justo en ese momento, el teléfono de Yu-jin sonó. Lo sacó del bolsillo con un movimiento brusco y contestó la llamada con el ceño fruncido.—¿Qué pasa? —preguntó, con un tono de voz impaciente. Escuchó durante unos segundos, con la expresión cada vez más tensa. De repente, su rostro se puso rojo de furia—. ¡¿Qué?! —exclamó, con la
Se pasó las manos por el pelo con frustración, caminando de un lado a otro de la sala de ensayo. El sudor frío le perlaba la frente y su respiración era agitada. El ambiente en la sala era denso, cargado de tensión y miedo. «¿Qué vamos a hacer ahora?», me pregunté, sintiendo un nudo en la garganta. El futuro de Chromatic pendía de un hilo, y la culpa me consumía.—Hyung, creo… —comenzó Min-ho, con la voz temblorosa, pero Yu-jin lo interrumpió antes de que pudiera terminar.—Min-ho, esto es grave —dijo Yu-jin, con la voz temblando. «Esto es un desastre», pensó, sintiendo un sudor frío recorrer su espalda—. El director Kim no sabe que yo controlé las fotos que tomaron las fans de Ethan y Ariana. Tampoco sabe de los videos… esos videos escandalosos de Ariana en Nueva York. Ni mucho menos del enamoramiento de Ethan. ¡Esto nunca debió pasar! Carajo, construimos Chromatic con tanto cuidado, con tanto amor… para que ahora se ponga en juego toda nuestra carrera, todo nuestro esfuerzo… ¡Maldit
—¡Obedece, maldito Park Ji-hoon! —escupió Ha-neul, con la cara roja de furia. Levantó la mano, con la clara intención de golpearme. Su cuerpo estaba tenso, listo para descargar su ira. El olor a sudor y frustración se intensificó en la sala, haciéndome sentir aún más pequeño e indefenso. Su respiración era agitada y sus ojos resplandecían furia. Su gesto era amenazante, lleno de rencor. Añadió, con la voz llena de veneno—: Quédate quieto, no busques a la modelo y obedece.—¡Ha-neul! ¡Deja de provocarlo! —gritó Jae-hyun, interponiéndose rápidamente entre nosotros. Lo empujó suavemente, alejándolo de mí. Su rostro reflejaba una mezcla de preocupación y exasperación.—Debe aprender a controlarse —replicó Ha-neul, con la mirada fija en mí, llena de desprecio—. Siempre lo proteges, por eso nos engañaste a todos, hyung. Por tu culpa, por protegerlo, nos vimos involucrados en esto.El comentario de Ha-neul resonó en la sala como un trueno. El silencio que siguió fue aún más pesado que antes.
(ARIANA JÁUREGUI)Estaba sentada frente al tocador, con la mirada perdida en mi reflejo. Mis ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. El silencio en mi habitación era abrumador, solo roto por el tic tac del reloj en la pared. Me sentía vacía, como si me hubieran arrancado una parte de mí. La imagen de Ethan, con su sonrisa dulce y sus ojos llenos de amor, me atormentaba. «¿Cómo pudimos llegar a esto?», me preguntaba una y otra vez, con un nudo en la garganta. Deslicé mis dedos por la pantalla del móvil, abriendo una de las tantas cuentas de fans dedicadas a Ethan. Necesitaba verlo, aunque fuera a través de una pantalla. Vi fotos de él en Tailandia, durante los ensayos y los conciertos. En algunas fotos sonreía a la cámara, rodeado de los otros miembros de Chromatic. Intentaba aparentar normalidad, pero algo en su mirada… algo no encajaba. Sus ojos, antes tan llenos de vida, parecían ahora apagados, con un brillo triste que intentaba ocultar tras una sonrisa forzada. «Está fingi