Madison se miraba al espejo intentando no reírse, recordando la generosa invitación a un gran baile de Jason, se reía para si misma.
- ¿Un baile? - pregunto Madison mientras ponía una sabrosa albóndiga de pulpo en su boca.
Jacob la veía con alguna vena ocasional saltada, no era posible que su esposa tuviera tan pésimos modales...aun así adoraba ver sus mejillas hincharse por la comida.
- Si, será la presentación de un importante líder - respondió Jacob.
- No tengo un gran vestido, y no sé qué tipo de ropa llevan a esos eventos pomposos...- respondió la azabache.
- No debes preocuparte por el atuendo, yo te enviaré algo - dijo el apuesto castaño decidiendo probar aquello que comía su esposa con tantas ganas.
- Supongo que iré contigo, tú me salvaste de Kyle, que sea mi manera de darte las gracias - respondió la azabache.
¿En qué lío se había metido? El vestido era ridículo y
Muchas gracias por leerme, espero tus comentarios
El canto de las aves anunciaba el comienzo de un nuevo día, la fría mañana daba paso a las múltiples obligaciones por realizar, Madison recogía sus libros y cuadernos, para, metódicamente colocarlos dentro de su mochila, su mirada parecía fija, pero estaba perdida en la nada, Eimy la observaba, estaba perdida entre sus muchos pensamientos, ¿Y cómo no estarlo? Habían pasado ya demasiadas cosas en muy poco tiempo, y lo peor, es que estaba segura de que ese solo era el comienzo. Habían transcurrido solo dos días desde aquel baile al que acompaño a Jason, había intentado hablar con su abuelo sobre su inmenso parecido con el heredero Chadburn, pero este solo le había dicho que no sabía nada al respecto, Beatrice y Carson habían prometido conseguir algo de información sobre el misterioso jovencito que compartía tantas similitudes con ella, pero no habían descubierto gran cosa, tan solo pudo saber que el chico era hijo de un hombre llamado Jerome Chadburn, un sujeto que había sido
El sonido de la puerta abriéndose lo fastidio aún más de lo que ya se sentía, el enorme rascacielos de los Singh, solemne, alzado sobre las nubes y que le regalaba aquella vista que solo hacía pensar en Madison una y otra vez...pero, era momento de ver de nuevo a su padre, volteando su mirada hacia la presencia que acababa de entrar no se inmuto, cabello castaño sujetado en una cola alta, fiera mirada de oro, piel ligeramente morena, rasgos apuestos pero marcados, una presencia temible y poderosa, un tanto mal alto que el...este era Jericho Singh, patriarca de su familia...su padre. - Veo que has acudido rápido a mi llamado Jacob, cuéntame, ¿Como esta tu linda esposa? - pregunto con tono amigable pero firme el viejo patriarca. - Deja tus tonterías y dime de una vez para que me has llamado - exigió Jacob. Un suspiro de resignación se escapó de los labios del viejo y apuesto castaño. - Cualquiera podría pensar que la linda Madison podría qui
Recuerdo, que sus ojos son celestes, como el color del cielo...iguales a los tuyos...su cabello es negro como la noche...igual al tuyo...su rostro es hermoso, como lo es el tuyo...y un día ella volverá a nosotros.El golpeteo constante y molesto que hacían las gotas de lluvia que chocaban en su ventana comenzaba a sacarlo de quicio, el rugir de los fuertes vientos azotaba con ferocidad los viejos ventanales de sus aposentos, formas abstractas, indefinidas, se dibujaban en los cristales con el agresivo resbalar del agua constante sobre ellos...el fuego en la chimenea danzaba violentamente estallando en mil colores de tonalidades rojizas que destellaban en cada dirección de su habitación demasiado intensas y hermosas...era una fría madrugada, el viento de la tormenta clamaba su ira y asolaba con furia las copas de los árboles, una furia tan temible que obligaba a los majestuosos y orgullosos ébanos de sus jardines
Lujos, era todo cuanto lo rodeaba en aquella esplendorosa habitación, sábanas de la más fina seda se deslizaban acariciando su cuerpo regalándole sensaciones placenteras...tan suaves....como recordaba era la cremosa piel de porcelana de Madison...la oscuridad, acentuaba más la soledad que sentía invadir una vez más su alma, aún con el ardiente cuerpo que dormía a su lado por esa noche, estaba solo...los relámpagos brillaban iluminando en ocasiones los oscuros rincones de su alcoba, tanta opulencia, tanto esplendor...todo aquello era suyo, incluyendo a la bella durmiente que sabía, estaba allí por la misma razón que cada mujer de ocasión. Levantándose de la comodidad que ofrecía su cama, Kyle camino hasta el balcón de sus aposentos, abriendo el ventanal para sentir la helada lluvia caer sobre su cuerpo. Tantos años habían pasado desde entonces, tantos fracasos experimentados hasta ahora...pero el triunfo había valido cada uno de ellos, el sabor del poder era adictivo,
La luz que se colaba por su ventana anunciaba el sol del mediodía, las pocas nubes que había en el cielo, adornaban el celeste que reinaba sobre todo y todos, el frio que se dejaba sentir, le recordaba la tormentosa noche anterior...y con ello los recuerdos de aquel apasionado beso que se atrevió a darle a Jason Singh logrando sonrojarla de vuelta...apenas si había alcanzado a dormir unas horas desde que Jason se había marchado poco después del amanecer, sentía un profundo dolor de cabeza y un apetito voraz atacaba su estómago vacío, el olor a tocino y huevos revueltos inundaba sus fosas nasales haciéndola caminar de prisa hacia la cocina de donde provenía el delicioso aroma, Maddox se encontraba jugando en su tablet, absorto en los muchos colores del curioso juego que parecía disfrutar mucho. - Buenas tardes bella durmiente - dijo Eimy entre risitas, entregando los platos a Stefany para que los acomodara en el modesto comedorcito frente a ellas. - ¿Eimy? ¿Stefany? ¿
El ambiente en el apartamento de Madison, se habia tornado insoportablemente pesado. - Vamos Madi ¡Es muy pronto para llorar!, mira el otro documento - dijo con emoción Michael. Madison casi logra impactarse con el suelo de no ser por Eimy y Manuel que habían logrado sostenerla a tiempo, en sus manos estaba la prueba de que todo lo que su gemelo decía era verdad, la "justicia" le había otorgado la custodia legal de Maddox, las lágrimas resbalaban por sus hermosos ojos...era cierto, todo lo que Jason le dijo era verdad, su hermano tenía el poder para comprar y ajustar la justicia a su propia conveniencia...eso era todo. - No llores hermanita...te prometo que cuidare bien de nuestro pequeño hermanito...no le hará falta nada, podre pagar los mejores médicos para su "problema especial" - decía con un deje de burla Michael. - Eres un monstruo - dijo Eimy directo a la cara del líder Chadburn. - No es así querida...solo hago esto porqu
El sonido del claxon que sonaba con insistencia comenzaba a desesperarlo, el barullo inconfundible de la ciudad mezclado con sirenas y uno que otro insulto casual entre conductores que de alguna manera parecían creer fervientemente que sonar su bocina u ofender a otros les ganaría alas a sus vehículos para salir del molesto tráfico era algo que definitivamente no había extrañado para nada, las luces de los faroles y los grandes anuncios comerciales saturaban y cansaban su vista, ya no tenía paciencia para estar en la urbe de concreto, por eso es que hacía años se había retirado a vivir de manera pacífica en Golden Hill, Inglaterra, aun cuando a su ya casi ex mujer, Briana, no le había caído muy en gracia el gran cambio, el por otra parte se había descubierto adorando la serenidad y silencio del pintoresco pueblito y ansiaba poder regresar lo antes posible hacia él, los ojos dorad
Dolor, era todo lo que a ella regresaba con aquellas memorias contra las que aun luchaba en sus pesadillas, aquello dicho por el patriarca Singh, la habia devuelto con violencia a aquella horrida noche.Madison se estremeció con violencia al escuchar esto último de los labios del gran señor, ¿Como es posible que lo supiera? nadie salvo ella misma y el infame de Kyle lo sabían...a menos que el maldito lo divulgara...y si era así, entonces Michael lo sabía y no le importaba, ¿Aun así planeaba casarla con el hombre que arruino su vida? abrazándose a sí misma peleaba por no permitir que aquellos atroces recuerdos volvieran a ella...no de nuevo.- ¿Cómo es que usted lo sabe...acaso él? - cuestiono la chica intentando contener sin éxito las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos.- No, O´Brien nunca menciono nada en sus cí