No sabía a dónde ir, tomé la carretera que había agarrado Bastian cuando me llevó al bosque cerca de un arroyo, pero me seguí, necesitaba escapar de todos, mi plan era sencillo, conducir hasta que se acabara la gasolina, era algo que Milan y yo veíamos en las películas y que siempre tuvimos en mente, pero esta vez yo lo estaba llevando a cabo. Me dolió el corazón cuando escuché gritar a Bastian, pero no me detuve, no estaba preparada, ¿acaso no entendían que quería estar sola y lejos de todos?. Incluida mi madre y no porque la odiara, simplemente era porque no tenía las agallas para ponerle un maldito alto a mi padre, estaba harta, quería respirar para mí, vivir por mí, preocuparme solo por mí, era egoísta pensar de aquella manera pero eso deseaba.
Apreté el volante con más fuerza dEn efecto, se trataba de una cabaña, tal vez debió haber sido de un guardabosques ya que no había ninguna luz encendida, se veía algo abandonada, la lluvia había cesado por completo, hacía frío, nos acercamos y Bastian me bajó con cuidado, no había señal de vida humana, él se asomó por las ventanas pero no logró divisar nada.—Al parecer esta vacía —confirmó Bastian.—¿Y ahora qué haremos?.—Pues entrar, cuando amanezca ya pensáremos en algo.—Bien —asentí.Bastian intentó abrir la puerta a punta de empujones p
Bastian me ayudó a subir las escaleras, me apoyé en él mientras dando un salto con el pie sano iba subiendo, al llegar hasta arriba me di cuenta de que en una de las habitaciones había mucha luz, cuando nos dirigimos me sorprendió ver todo cálido y cómodo, no había chimenea pero alrededor se encontraban nueve velas exactamente.—Las encontré en una caja que estaba debajo de la cama —respondió a mi pensamiento.—¿Por eso tardaste mucho?.—Si, quería que estuvieras lo más cómoda posible, encontré sábanas y algunas cobijas limpias, y las coloqué encima de la cama, no quité el plástico de ella por si acaso, en el baño hay agua c
Siempre imaginé que mi primera vez llegaría cuando estuviera casada, en mi luna de miel, pero ahora todo había cambiado, no sé si esto funcione pero estaba completamente segura de que nunca me arrepentiría de haber vivido esta experiencia.Bastian me desató la toalla con destreza dejándome completamente desnuda.—Eres muy hermosa Crys —dijo con voz ronca.Se colocó a un lado de mi y comenzó a besarme con mucha intensidad, mis hormonas hablaban por mí, lo deseaba, yo lo necesitaba, podía sentir como sus manos recorrían mi espalda trazando círculos hasta llegar a mis glúteos, apretándolos con deseo, enseguida se subió encima de mí, besando mi cuello y después cada uno de mis senos, como lo hab&iacu
Haberle hecho el amor aCryshabía sido una experiencia meramente placentera paraBastian, verla desnuda debajo de él, tan vulnerable, abriendo las piernassolopara recibirlo, le excitaba bastante, tanto, que tuvo que cerrar los ojos por unos instantes para no venirse antes de tiempo. Amó escuchar sus quejidos de placer y de dolor cuando la desgarró por dentro, cuando la embestía más rápido y más profundo, lo llenó de placer cuando observó que ella cerraba los ojos y se mordía el labio inferior, él le estaba ofreciendo su primer orgasmo, ella gritaba y exigía más, le encantaba estar dentro de ella. Cuando todo terminó, y durmieron, lo supo,Crysera su verdadero amor, él había estado con algunas chicas, pero sus experiencias sexuales con ellas no tenían comparación alguna
CuandoMilanse acercó amíabriendo la puerta del carro rápidamente, una lluvia de recuerdos cayó sobre mi memoria, su rostro reflejaba claramente preocupación, era mi mejor amigo, me vio y al notar mi sonrisa se relajó un poco pero después cambió su expresión a una de enfado.—¿Estás bien? —me pregunta con voz ronca.—Si —respondo— solo me he lastimado mi pie, y unos cuantos raspones.—¿Pero por qué? —Milanfrunció el ceño— ¿qué te ha pasado, dónde has estado y por qué te fuiste?.—Pues yo...
—¿Quieres quéte acompañe,Crys? —me preguntóMilancuando recibíelrecado de la dirección por haberme saltado algunas clases, lo observé detenidamente, y aunque intentaba disimular, la sonrisa tensa en su rostro lo traicionaba, él siempre quería dar la cara pormí.—Mmm...no, tranquilo —repuse— estaré bien, seguro no es nada el castigo o la regañina que me darán.Milanme escudriño unos segundos antes de colocarme un mechón suelto de mi cabello detrás de la oreja.—Muy bien, si me necesitas estaré esperándote en nuestra sala de juntas —sonrió.
No supe que decir, estaba acostumbrada a las malas noticias, pero allí estaba yo, una chica no tan recién llegada al pueblo, enamorada de un chico que acababa de conocer, engañada por su ex y su antigua amiga, odiada por la novia o mejor dicho ex novia deMilan, quien a su vez se encontraba enamorado de mí.Tenía que relajarme, llegué a la conclusión de que los dramas de mi vida eran como de película, una chica como yo no debería sufrir tanto de cosas del corazón, me recosté en mi cama cuando escuché que alguien tocaba mi puerta.—Adelante.Mi madre entró y no dudó ni un segundo en acostarse a mi lado.—¿Te encuentras bien?.
Ha pasado una semana desde queBastianrecibió aquella llamada que nunca contestó, y que me dejó con la gran duda, al parecer era todo un misterio, y por más que le rogué muchas veces que me dijera de quien o de que se trataba, nunca me quiso decir.Bastianreanudó su vida escolar, ahora solo lo veo por las tardes, aún no me decido acerca de inscribirme en la universidad del pueblo, pero lo he considerado, por otra parteMilany yo por lo general pasamos el rato juntos en las mañanas, viendo series enNetflixo escuchando música, y en cuanto llegaBastian, él se va a tratar de arreglar las cosas con Serena, pero siempre regresa a casa después de un buen rato, de mal humor, yo me he mantenido al margen de la situación por que él me lo ha pedido, pero si por mí fuera iría a hablar con Serena.<