El ambiente que rodeaba a ambos, era más hostil que hace unas cuantas horas, no podían olvidar el asunto que invadía sus mentes, hablando la razón del corazón.

—Aléjate de ella —dijo Tony en tono serio—. Es mi chica, no tienes derecho a robármela.

—Creí que habías dicho que dejarías las cosas por la paz, lo aceptaste frente a ella —Bastian se encontraba recostado en su cama, viendo su celular.

—¿Eres mi amigo y no te diste cuenta? —Tony levantó la voz—. Lo dije para no hacerla enojar más.

—¿Qué quieres decir con eso? —Bastian enarcó una ceja