La mente no deja de darme vueltas sobre lo mismo, era mi culpa, solo mía, de nadie más, no podía creer que todo hubiera ocurrido tan rápido. Solo estaba segura de que me sentía fatal.
El blanco reluciente de la sala de espera del hospital, hacía que me doliera la cabeza, mi madre estaba dormida en el sillón frente a mí, Bastian estaba a mi lado tomando mi mano con fuerza, mientras que Milan estaba del otro lado, recargado en una de las paredes, observándonos.
—Es mi culpa —susurro.
—No lo es Crys, nosotros no sabíamos lo que iba a ocurrir —me dice Bastian en tono bajo.
—Yo si lo sabía, quiero decir que mi primo me había di
Lo que más odiaba en el mundo eran los funerales, no me gustaban, la mayoría de las personas solo se dedicaban a dar pésames falsos, era gente morbosa, me coloco los aretes en forma de espiral que me regaló Milan para un cumpleaños. Mi vestido negro estaba bien planchado, abajo estaba todos mis amigos esperándome, mi madre y Christopher me habían comentado que después del funeral, y cuando esto terminara, llevaríamos las cenizas del abuelo a Alemania, en donde estaba viviendo los últimos años.Yo me negaba, pero mi primo me dijo que era la última voluntad de él, y que mi presencia era importante, ya que enseguida leerían el testamento. Suelto un enorme suspiro cuando escucho que alguien entra a mi habitación, se trata de Milan, quien cierra la puerta detrás de él.
Sentir los labios de otra persona que no fuera Bastian seguía siendo un tanto extraño, cuando reacciono a los pocos segundos, le doy un ligero empujón a aquel chico y lo observo con asombro.— ¡Crystalle, ha sido un placer conocerte! —me grita con entusiasmo.No entendía nada, pero me alegraba saber que Bastian no hubiera visto nada de lo que acababa de pasar.— ¿Quién eres tú? —frunzo el ceño.—Soy tú… —aquel chico que seguramente era un año o dos, menor que yo, comienza a hacer cuentas de una manera un tanto extraña— ¡lo tengo! Soy tú tío.
El salón en donde se llevaba a cabo la cena era enorme, y más lujoso que las habitaciones, todo estaba adornado con el color dorado y el plateado, el rojo predominaba más, noté que mi madre se sentaba con cierta familiaridad al lado de la mesa principal, se le veía incómoda, al parecer delante de cada mesa había una tarjeta con nuestro nombre, ese era el asiento que nos pertenecía.Bastian no me soltó de la mano, pero entonces vi que su tarjeta estaba hasta al final de todos, realmente su asiento estaba alejado de mí, Bastian frunció el ceño al ver como todos ya estaban sentados, y solo faltaba un lugar por ocupar, el principal, mi primo estaba al lado del asiento de Bastian, y con una mirada se comunicó con él, me dio un ligero apretón de manos y me soltó para tomar asiento.
Milan estaba parado frente a mí con cara de pocos amigos, lo conocía perfectamente y sabía que algo no andaba nada bien.—Buenos días —dice sin apartar la mirada de mí.—¿Qué haces aquí? —pregunto poniéndome de pie.—Señorita Crystalle, esos no son modales —comienza a decir el ama de llaves.—¡Exacto prima! —grita con diversión Ramiro— no es manera de hablarle a tu futuro esposo.Aquellas palabras me volvieron muda, ¿lo había escuchado bien? Eso era imposible, volteo a ver a mi madre y ella baja la mirada rápidamente, al tiempo
—¿Qué pasará cuando seamos grandes y no estés a mi lado? —le pregunto a Milan mientras observamos las nubes tumbados en el pasto del parque mientras muestras madres hablan y nos vigilan.—No digas tonterías, siempre voy a estar a tu lado.—Pero en algún momento nos vamos a separar, y seremos como mamá y papá —levanto mi pequeña mano e intento atrapar una nube.—Nunca me separaré de ti, porque me voy a casar contigo —Milan me responde soltando una risita.—¿Lo prometes? —pregunto dudosa.—Lo prometo, juntos por siempre —me afirma con mucha segu
El agua caliente recorría mi cuerpo desnudo mientras mi cabeza no dejaba de dar vueltas al mismo asunto, en tres horas mi mejor amigo fingiría pedirme matrimonio frente a un montón de desconocidos, y conocidos por mi madre, era increíble como mi vida cambiaba cada vez más rápido, cuando salgo de la ducha, Bastian está sentado en la cama viendo el anillo que me había dado cuando él me pidió matrimonio.—Sabes, aún no puedo creer que estés de acuerdo con esta locura —digo sentándome a su lado.—Sé que es una locura, pero no quiero que sufras por las consecuencias de rechazar todo esto —su voz suena serena, pero sé que en el fondo está dudando.—A&u
Cierro los ojos y aún puedo recordar claramente lo que sucedió aquella noche, después de haber aceptado ser la esposa falsa de Milan.Él me puso el anillo y pude ver que Bastian intentaba acercarse a nosotros, demasiado tarde, porque el mayordomo al darse cuenta de la situación, le echó una mirada cómplice a mi madre y rápidamente nos arrebató el micrófono, mientras aquellas personas desconocidas nos felicitaban, cuando por fin la fiesta había acabado, todos nos reunimos en uno de los salones principales.—Bien, ya que terminaron su show, me retiro —les informo con molestia.—Me alegra que recapacitaras Crys —el ama de llaves parecía emocionada— en cuanto firmes unos docume
La tensión que rodeaba aquella habitación, era muy hostil, Bastian había pedido hablar con Milan antes de regresar a sus vidas normales, cuando Bastian entró, él estaba sentado viendo algo en su celular.—¿Qué es lo que pasa? —pregunta Milan con el ceño fruncido.—Solo quería recordarte que Crys es mía —¿Bastian se acerca hasta él y toma asiento frente a una mesilla de descanso.—Eso ya lo sé —responde Milan aunque en el fondo una breve esperanza crecía en su interior.—No quisiera que te ilusionaras con algo que nunca va a poder ser —Bastian sostiene la mirada sin apartarla de él.