Capítulo 5

Estaba celosa sin ningún motivo, ¿Por qué quería hablar con él? Lo que le pasó si fue preocupante y era hermana de Angie, pero…

—Dile a esa acosadora que no moleste —le digo al tiempo que cuelgo.

—Se trataba de Annethe, ¿cierto? —Bastian me mira fijamente mientras se sienta en mi cama.

—Sí, Tony dijo que quería verte con urgencia y no veo porque —encojo los hombros.

—Tienes razón, mejor durmamos —dice cambiando de tema rápidamente.

—Pensé que estábamos a punto de…

—Otro día Crys, te lo recompensaré, ten eso por seguro —me sonríe coquetamente.

—Vale —respondo de mala gana.

Esa noche Bastian y yo dormimos abrazados en nuestro pequeño mundo, aunque en mi corazón había algo que me preocupaba. A la mañana siguiente cuando desperté me encontré con la sorpresa de que Bastian no estaba a mi lado, en su lugar estaba una nota que decía que no me quería despertar y que nos veríamos en la escuela, aquello en el fondo me molestó un poco pero decidí dejarlo por la paz. Al levantarme y terminar de arreglarme bajé a desayunar, mis amigos estaban platicando de algo y en cuanto yo llegué guardaron silencio, preferí no decir nada y cambiaron de tema, Saskia ya no asistiría a la escuela, solo estaría unas semanas más ya que Erick estaba preocupado por ella y el bebé.

Tony no estaba, por lo que pensé que seguiría en el hospital, anoche me comporté algo grosera con él, así que saqué mi celular y le marqué, al segundo tono contestó.

—Buenos días Crys —me saluda alegremente.

—Hola, perdón por lo de anoche, no estaba de buen humor —me disculpé.

—No te preocupes, ya voy en camino, Bastian se quedó con Annethe, al parecer querían hablar de algo y me corrieron prácticamente.

Me sentí extraña que no me contara nada y que esa hubiera sido la razón por la cual Bastian se fue sin despedirse de mí en la mañana, pero tal vez estaba exagerando por lo que me habían contado Milan y Charlotte.

—Ya veo.

—Tengo que colgar, pero en unos minutos nos vemos —se despide y colgamos los dos.

Milan y Saskia me veían con curiosidad.

—Parece que te preocupa algo Crys —habla Saskia untándole mermelada de fresa a un pan tostado.

—Bastian se fue temprano sin despedirse para ir al hospital a hablar con Annethe —confieso.

— ¿Y no te avisó? —Milan frunce el ceño.

—Al parecer no —resoplo.

— ¿Y qué estás esperando? —Saskia me mira y se pone de pie— tienes que ir al hospital, todavía es temprano y puedes llegar a la segunda hora.

—Pero… —estaba dudosa.

—Ella tiene razón, yo te acompañaré —Milan termina su jugo de naranja y se pone de pie— vamos Crys, es tu novio, sabes que yo no confío en ella.

—Le diré a Erick que pase por mí, así que despreocúpate —Saskia me guiña un ojo— defiende lo que es tuyo.

—Gracias —les sonrío a mis amigos.

Milan y yo salimos de mi casa y nos dirigimos al hospital, estaba nerviosa y pensaba mal pero no lo podía evitar. Cuando por fin llegamos Milan prefirió quedarse adentro del carro esperándome, yo respeté su decisión, al entrar le pregunté a una doctora que le quería dar una sorpresa a Annethe para que no me anunciara y me permitiera pasar, cosa que logré.

Cuando estaba a punto de tocar la puerta me di cuenta de que estaba un poco abierta, al parecer habían olvidado cerrarla, me asomé para ver qué era lo que pasaba, y ahí estaba Annethe, vestida con el uniforme de la Universidad, sentada en una de las orillas de la cama, di un paso adelante para poder entrar pero me detuve al ver que Bastian se sentaba a su lado, se veía afligido por algo, me detuve y escuché lo que decían.

—Es por esa razón que me sorprendió verte —dice cabizbajo.

—Entiendo —contesta ella con aire de tristeza— supongo que no sabemos con seguridad si eres culpable o no, ahora entiendo el comportamiento de Chuck y de los demás hacia mí.

—Me disculpo por ellos, solo están asustados, en el fondo estoy seguro de que ellos pensaron lo mismo que yo cuando te vimos ayer por primera vez.

—Yo… no quería causar más problemas, es que… —Annethe rompe en llanto— sin Angie me siento perdida, sola, ella era mi mejor amiga, mi confidente, de hecho ha sido la única amiga que he tenido, nunca encajo en ningún lugar, y mis padres… ellos siempre me evitan porque les duele verme y recordarles a Angie todo el tiempo, esa es la verdadera razón por la que salieron de viaje en cuanto les dije que vendría.

Bastian en ese momento la abraza y ella suelta más el llanto.

—Me siento culpable por tu sufrimiento —anuncia él.

—No digas eso, no tienes la culpa, pero debemos averiguar qué fue lo que pasó —Annethe le pone una mano sobre la de él— hagámoslo juntos, ¿quieres?

Una punzada de celos recorrió mi cuerpo y por alguna extraña razón no podía moverme de ahí, estaba petrificada esperando a que él la rechazara.

—Bien, me parece que es lo correcto, creo que empezamos con el pie izquierdo —suelta una risa nerviosa.

—Sabes, no soy tonta, sé que tú y todos piensan que aventé a Crys a propósito al lago y que me gustas pero te puede asegurar que no fue así —Annethe se pone de pie— fue un accidente, ella me cae bien, es muy linda y me aceptó enseguida, no me gustas, eso te lo puedo asegurar y creo que haces bonita pareja con ella.

—Eso es bueno saberlo, porque para mí solo existe Crys, ella es mi todo —Bastian habla con un brillo en los ojos que me relajó de inmediato.

—Parece ser que estás muy enamorado de ella —las palabras dulces que soltó Annethe me parecieron llenas de filosas navajas pero decidí seguir escuchando.

—Por supuesto que sí, la amo con toda mi alma, soy capaz de dar la vida por ella y matar a quien intente dañarla —dice con seguridad.

—Que hermoso que defiendas así a la chica de tu sueños.

—Gracias.

—Ahora entiendo porque le gustabas a mi hermana.

—Ya.

— ¿Amigos? —le estira la mano para estrecharla con él.

—Claro, siempre y cuando lo seas de Crys también —Bastian sonríe.

—Yo encantada.

Quise escuchar más pero preferí salir corriendo de ese lugar, mi corazón estaba lleno de distintas emociones, celos, confusión, rabia, felicidad, preocupación, era increíble como una chica pudiera causar tanto en mí, indirectamente. Cuando salí corrí y me metí al carro de Milan, quien me vio con extrañeza.

— ¿Qué sucede Crys? —Milan echa un vistazo atrás de mí— ¿y Bastian?

—Se quedó con Annethe, arranca, no quiero que se dé cuenta de que vine.

Milan sin decir nada más hizo lo que le pedí y nos dirigimos a la escuela, en el camino le conté todo lo que dijeron esos dos y él me escuchaba con atención, cuando llegamos estacionó el carro y guardó silencio unos segundos.

— ¿Recuerdas el cuento que leíamos cuando éramos niños en el invernadero de tu madre?, el cuento del lobo que se disfrazaba de oveja para poder llegar a las demás y así comérselas, se empezó a ganar la confianza de todas hasta que llegó a la oveja reina poniendo a todos en su contra, desterrándola y él haciéndose el líder para después comerse todo el rebaño.

—Creo que sí.

—Crys, hace años prometí cuidarte de todo y de todos, somos mejores amigos y veo cosas más allá de lo que tú no te das cuenta porque eres demasiado buena y siempre piensas en el dolor de los demás antes del tuyo.

—No sé si eso es un insulto o un halago —suelto una pequeña risa.

—Digamos que creo que tú eres la oveja reina y Annethe es el lobo disfrazado, no sé, tal vez esté equivocado pero hay algo de esa chica que no me cuadra y que no da buena espina.

—Yo siento lo mismo pero…

—Pero le quieres dar el beneficio de la duda, ¿cierto? —pone los ojos en blanco.

—Me conoces bien.

—Solo ten cuidado y camina con pies de plomo cuando estés cerca de ella, lo que pasó en el lago no creo que fuera un accidente, tienes dos enemigas, una rubia, y la nueva que ha aparecido.

—Por un momento me había olvidado de eso —suelto con desagrado.

—Lo importante es que Bastian le dejó claro que solo te ama a ti, eso quiere decir que él no tiene otro interés en ella, y no creo que lo tenga nunca, conociéndolo y sabiendo todo lo que ha pasado para tenerte a su lado, no lo creo tan idiota de arruinarlo esta vez —Milan me da un ligero pellizco en la mejilla— tranquila, no te preocupes más, tienes a unos amigos que son capaces de dar la vida por ti, deja que yo me preocupe por ti.

—Te quiero Milan, sin ti estaría perdida —lo miro y me siento feliz al ver como se sonroja ligeramente.

—Tonta, si tú mueres yo muero, recuérdalo —me dice y baja del auto mientras yo hago lo mismo.

Estábamos saliendo del estacionamiento cuando llegó Bastian en su carro, lo estacionó y bajó para abrirle la puerta a Annethe, cosa que me molestó, y es en ese justo momento cuando ella baja y se resbala cayendo en sus brazos, entonces todos los que estaban alrededor comienzan a sacar sus celulares y a tomar fotos y videos de lo ocurrido. Yo estaba viendo todo cuando nuestras miradas se cruzaron pero un grito hizo que todos guardaran silencio.

— ¡Woodwryn!

Al ver de quien se trataba mi corazón se asustó y no entendió al momento de que se trataba, ojalá me hubiera percatado que desde ese momento Bastian y yo habíamos firmado un contrato con el diablo.

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