Despierto abrazado a mi amor, se mueve y queda dándome la espalda. Lentamente acerco mi dedo índice a su cuello y despacio, la voy acariciando hacia abajo. Sus cicatrices se ven, pero las ignoro, no quiero que se sienta mal.Gira la cabeza y veo que está sonriendo. Le doy un beso en su espalda.-Estaría la noche entera admirándote -se gira y su cara queda enfrente de la mía -eres preciosa y me tienes locamente enamorado.-Por cierto, no te dije nada, pero gracias por el ramo de rosas -la miro sin saber de que habla -es precioso, lo tengo en mi escritorio.-De que ramo hablas, no te envié nada, solamente la invitación por mensajero -se sienta de golpe en la cama.-Juanjo después de contestarte y hablar por mensaje, me llegó tu ramo, deja de hacerte el tonto -dice sonriendo.-Nena, hablo en serio, no te envié rosas -cuando me mira, sus ojos trasmiten miedo -traía alguna nota -asiente.-Sí, por eso pensaba que eran tuyas -queda callada -ponía…eres lo mejor que me ha pasado en la vida.La
-Señores, en estos eventos, me gusta que los padrinos sean partícipes en todo momento -dice el reverendo, situado al lado de pila bautismal que pusieron especialmente para este día. Juanjo se levanta y viene hacia mí, me ofrece su mano y con una sonrisa acepto -pónganse los dos, es esta parte -nos dice -Marta y Marcos, los habéis elegido como padrinos, para vuestra hija?Los dos asienten, mi amiga se acerca a mí, ofreciéndome coger en brazos a la pequeña, lo cual acepto encantada. Cuando la tengo en mi regazo, le cojo la manita y se la beso, Juanjo a su vez, se agacha y le besa la frente.Ese gesto, hace que su perfume me penetre hasta el alma. Mi corazón va a mil por hora, las mariposas de mi estómago revolotean como una quinceañera.El padre, sigue explicando lo que es ser padrinos, de vez en cuando asentimos, pero ninguno lo escuchamos.Hace cuatro días que dejé la ciudad, tampoco me he ido muy lejos, pero eso ellos no lo saben. Miro a la pequeña que tengo en brazos, escucho decir,
Dos meses después-Ya estoy en casa, querido -grito al entrar en mi casa -como has pasado el día?No oigo ruido, pensé que no iba a salir. Me doy una ducha rápida, me pongo ropa cómoda. En la nevera hay una nota “tu cena está en el horno, voy a tardar un poco en llegar”.Abro la puerta y me encuentro una exquisita lasaña de pescado, me encanta. Adoro a este hombre, lo bien que me cuida.Ceno en la isleta de la cocina, ordenador delante, para poder trabajar un poco y una copa de vino blanco, para aclarar mis ideas. Estoy terminando de fregar los platos, cuando oigo la puerta de la calle, al cerrarse se escuchan los cerrojos y cadena de seguridad, a parte tres vueltas con la llave.Neurótica? Puede que sí, pero necesito saber que estoy en un sitio a salvo.-Como está la asesora más guapa de la ciudad? -le miro riéndome -de la que venía, compré helado -abro los ojos de par en par -sí, el tuyo de straccitella.-Ahora te quiero, un poquito más -se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.
-No te atrevas a irte ruso -tengo tanta rabia dentro de mí, que me apetece partirle la cara -me debes una puta explicación.-Tengo algo que hacer y vuelvo -no es capaz de mirarme a la cara, le veo sacar su teléfono, está impaciente.-No dejéis que vallan en su coche, llevarla vosotros en el blindado, es prioridad -me mira de reojo -creemos que va a ir a por ella.Que coño dice, le miro pero me rehúye. Cuelga el teléfono, va hacia la mini barra, echa dos copas, me ofrece una y se va a la puerta, la cual cierra con pestillo, va a la ventana y se cerciora de que esté cerrada.-Juanjo, necesito que me escuches atentamente -asiento -es muy jodido lo que vas a escuchar, y de ante mano, te pido perdón -doy un sorbo a mi copa, mientras le miro con cara de pocos amigos.Me invita a sentarme en el sofá, actúa como si estuviéramos en su casa, acepto, creo que sentarme, va a ser una buena idea.Carraspea, bebe de su copa y empieza a contarme. Antes de llegar a la noche en que Mónica nos dejó a to
El mensaje que me envió Carlos, auguraba una noche de tormenta. Esas palabras eran tanjantes, fulminantes. Avisé a Petrov, él sabía que si yo le mandaba un mensaje, era porque estaba en peligro y así es como me siento.Los de seguridad nos piden ponernos los cinturones, el chófer me mira a través del espejo retrovisor, cuando estoy asegurada, asiente.-Nos vienen siguiendo -marca un teléfono en el móvil, tiene el bluetooth, escuchamos al interlocutor, les da órdenes -sí señor.-Señorita Mónica -le escucho atentamente, me han preparado para esta noche -lista? -asiento -lo hemos hecho muchas veces, son décimas de segundo.Miro a Jaime, que me coge una mano y me pide tranquilidad.-Tómalo como un ejercicio de entrenamiento, no pienses en ningún momento que es la hora de la verdad -me dice mi primo.Seguridad habla por el pinganillo con el resto de compañeros, no son novatos, saben lo que hacen. Veo que el coche entra en la calle donde está mi edificio, el plan es sencillo. Cuando entremo
El día que regresé con mi gente, lo pasé en casa de Marta, disfrutando de la compañía de todos y cada uno. Deseaba estar a solas con Juanjo, pero también quería estar sola conmigo misma. No entraba en razón, al igual que mis padres.-Es por ese tío -me dice cuando iba a abrir la puerta de la calle -es eso, verdad?Miraba a mi chico incrédula, sabía que estaba celoso de mi primo, Petrov no quiso decirle quien era Jaime, para mortificarle y ahora estoy pagando las consecuencias.-Crees eso Juanjo? -me giro para ver su reacción -donde quedó la confianza que nos teníamos.-Entonces explícame, porque quieres estar sola -me escupe a la cara -no lo entiendo.-Llevo casi dos meses, con gente a mi alrededor, en ningún momento estuve sola, tenía seguridad las veinticuatro horas, del maldito día -le digo despacio -quiero ir a mi piso, saborear la soledad. Necesito saber que soy libre y no necesito de gente que me cuide.-Y eso, no puedes saborearlo en nuestro ático?-SOLA, Juanjo S O L A, lo nec
Me despierto y miro la habitación, los recuerdos de la noche anterior vuelven a mi pensamiento. Miro a mi lado y ahí está ella, durmiendo como un bebé, plácidamente. Su camiseta subida por encima de su estómago, me deja ver la goma de su ropa interior.Solo con mirarla, mi amiga ya se puso firme. Suavemente, mis dedos la acarician la barriga, veo una leve sonrisa, lo que me dice que ya está despierta, o por lo menos intentando despertar.Le beso el ombligo, lo que ella aprovecha, para poner sus manos en mi cabeza y jugar con mi pelo. Le subo la camiseta, dejando sus pechos libres, para mi gozo.Ella misma, se deshace de la ropa de dormir, yo me encargo de que sus bragas, desaparezcan a su vez. Sus manos caminan por mi cintura, y con sonrisa de niña buena, me los quita, dejando a su amiguita libre para jugar.Beso su cuerpo, voy subiendo hasta llegar a su boca, mis labios se colocan sobre los de ella, los abre ligeramente, como si fuera tímida. Mi lengua busca la suya, entrando en su b
Ha pasado un mes, desde que Mónica ha vuelto a mi vida, no ha querido ir a vivir al ático que compré para los dos, se empeña en quedarse en su apartamento. No le llevo la contraria, es inútil discutir con ella, no me lo pensé, cogí lo esencial y me he venido con ella.Mi bufete abrió sus puertas con energía, tenemos bastante trabajo y más desde que Fernando se unió como socio. La amiga de Noemí al final, con todo el lío de Mónica, la perdí como secretaria y ahora me tengo que conformar con la que tenía Fer en la otra oficina.Gracias a dios, que al subir el volumen de trabajo, no se las arregla sola, aunque tampoco es que fuera una lince. Mientras encuentro la adecuada, mi morena me va a echar una mano. Para mantenerla ocupada, la pedí que me sea nuestra asesora, se encargue de nuestros papeles, aceptó encantada. Sin decirle nada, quedaba libre una de las oficinas y se lo decoré para ella.Echa de menos trabajar con Marta, la cual le ofreció volver, pero ella declinó la oferta. El pro