Me despierto y miro la habitación, los recuerdos de la noche anterior vuelven a mi pensamiento. Miro a mi lado y ahí está ella, durmiendo como un bebé, plácidamente. Su camiseta subida por encima de su estómago, me deja ver la goma de su ropa interior.Solo con mirarla, mi amiga ya se puso firme. Suavemente, mis dedos la acarician la barriga, veo una leve sonrisa, lo que me dice que ya está despierta, o por lo menos intentando despertar.Le beso el ombligo, lo que ella aprovecha, para poner sus manos en mi cabeza y jugar con mi pelo. Le subo la camiseta, dejando sus pechos libres, para mi gozo.Ella misma, se deshace de la ropa de dormir, yo me encargo de que sus bragas, desaparezcan a su vez. Sus manos caminan por mi cintura, y con sonrisa de niña buena, me los quita, dejando a su amiguita libre para jugar.Beso su cuerpo, voy subiendo hasta llegar a su boca, mis labios se colocan sobre los de ella, los abre ligeramente, como si fuera tímida. Mi lengua busca la suya, entrando en su b
Ha pasado un mes, desde que Mónica ha vuelto a mi vida, no ha querido ir a vivir al ático que compré para los dos, se empeña en quedarse en su apartamento. No le llevo la contraria, es inútil discutir con ella, no me lo pensé, cogí lo esencial y me he venido con ella.Mi bufete abrió sus puertas con energía, tenemos bastante trabajo y más desde que Fernando se unió como socio. La amiga de Noemí al final, con todo el lío de Mónica, la perdí como secretaria y ahora me tengo que conformar con la que tenía Fer en la otra oficina.Gracias a dios, que al subir el volumen de trabajo, no se las arregla sola, aunque tampoco es que fuera una lince. Mientras encuentro la adecuada, mi morena me va a echar una mano. Para mantenerla ocupada, la pedí que me sea nuestra asesora, se encargue de nuestros papeles, aceptó encantada. Sin decirle nada, quedaba libre una de las oficinas y se lo decoré para ella.Echa de menos trabajar con Marta, la cual le ofreció volver, pero ella declinó la oferta. El pro
No me puedo creer que sea libre, dos semanas hace que soy viuda. Quince días, sin ataduras. Feliz.Miro el reloj de mi oficina, en un minuto viene mi siguiente cita. Según me dijo Lorena, la nueva secretaria, para ser sinceros, es de Juanjo y mía, Fernando sigue con la suya, dice que le da pena, que no sabe hacer nada en la vida y que es lo único que podrá conseguir.Le dije que podíamos aprovechar la coyuntura de la chica nueva, para imponer normas en el vestir, masticar chicle, hablar como una choni y podríamos impartirles algún curso, dado que últimamente, por la noche tengo que arreglar el desastre de las citas de los tres.Mis nuevos socios aceptaron, en el momento de ir a hablar con las dos chicas, los dos abogados de pacotilla, salieron por la puerta corriendo, dejándome a mí sola con el marrón.Las pedí que entraran en mi oficina, aprovechando que había poco trabajo. Empecé con el sermón, de que el bufete iba muy bien, teníamos más trabajo y que ellas dos, eran las primeras pe
Sabía por el ruso, que Mónica le había pedido el gran favor, de dejarla viuda, pero preferí que fuera ella, quien me lo contara, cuando estuviera preparada.Ha heredado todos los bienes y dinero de ese cabrón, no lo quiere, por eso ha puesto las dos viviendas pequeñas a la venta. Según Marta, eran magníficas y se venderían pronto, dado que tampoco las puso muy caras.No se equivocó, en menos de un mes estaban vendidas y el dinero transferido a una cuenta que mi chica abrió, exclusivamente para juntar todo el efectivo que obtiene de su difunto marido.Estoy intrigado, la casa grande, donde estuvo conviviendo con él, no la puso a la venta, si no que algo está planeando, pero lo tiene en absoluto secreto de sumario.Nos ha pedido a todos que vallamos a la hora de comer, quiere vernos para contarnos algo.Le pregunté a Marta, pero no tiene ni idea. Los padres de ella, tampoco. Viniendo de ella, miedo nos da de sus locuras.Todos la vemos llegar en un taxi, cargada de carpetas y una sonris
-Me niego -grito en su cara -no quiero seguridad, soy libre, esa loca no me da miedo, ahora ya no tiene cómplice.Juanjo pasea por su oficina de un lado para otro, maldiciendo de todas las maneras posibles.-Escúchame por favor -me dice -llevas un mes recibiendo amenazas de Marge, creo que me las tomaría enserio -niego -no seas cabezona.-No, te digo mil veces no -si ya me hubiera querido hacer algo, tuvo tiempo. Crees que si va a atentar contra mí, mandaría cartas todos los días.-Joder ruso!! Dile algo, hazla entrar en razón -se encara a su amigo, allí presente, que ni mueve un dedo.Abro el bolso, para guardar mis cosas, me pongo la chaqueta y me dispongo a salir.-Donde coño vas -me grita Juanjo, viniendo hacia mí, que estaba al lado de la puerta -no acabé de hablar -me agarra fuerte del brazo, le miro con ojos de asesina y me suelta al momento -lo siento, yo…no…-Me voy a la casa de acogida, terminaron ayer las obras y quiero ver como han quedado. Juanjo, voy a estar bien -le aca
-Fernando, necesito hablar contigo en mi oficina -me pide cinco minutos y le tengo a mi disposición -sin problema. Mónica se fue a encontrar con uno de sus clientes, algo me dijo que problemas en su empresa y que le van a hacer una auditoria. Se despidió de mí y no le quité ojo a ese cuerpo echo para el pecado. La noche anterior, seguimos hablando de sus miedos, aunque yo omití muchas cosas que debe de saber y me da miedo que se escape de mi lado, cuando se entere. Veo entrar a mi socio, le digo que cierre la puerta y que se siente, hace lo que le pido, se me queda mirando serio, intentando descifrar lo que me ocurre. -Problemas, Juanjo? -niego con la cabeza y me recuesto en mi silla del escritorio -tu cara me dice lo contrario, te conozco tio. -Anoche hablamos, Mónica tiene dudas sobre mí, me refiero a que ella cree que no la llevo al club, porque no es suficiente para mí -me paso las manos por la cabeza, apoyand
-Si no dejas de llorar, no te entiendo Mónica -me dice Marta riendo -eres peor que tu ahijada.Vuelvo a explicarle lo ocurrido, lo que me dijo Juanjo, pero debe de ser que hablo en idioma que no entiende.-Nena, él no quiere hacerte daño, te quiere demasiado -me coge las manos, yo niego con la cabeza -debiste de entender las cosas de otra manera.-Que no coño, que entendí bien -me levanto del sofá de la casita de la piscina de su casa, camino de un lado a otro -me dijo que era lo que le gustaba.Mi amiga se pone seria, delante de mí, cruzándose de brazos.-Escúchame bien lo que te digo, te voy a decir una vez las cosas y no las repito, joder Mónica que eres una puta cabezona -me grita -sé los gustos de Juanjo, al igual que sé los de todos. Él no le va hacer daño, no es eso.La veo andar con el móvil, algo escribe y espera respuesta, porque no para de mirar la pantalla. Le llega un mensaje y se guarda el teléfono.-Tengo permiso para hablar -levanto las cejas y la miro raro -a él le gu
Desde la sala de reuniones de nuestro pequeño bufete, tengo una vista perfecta de mi morena. Le gusta trabajar con la puerta abierta, se pone sus auriculares, su música y empieza a darle a las teclas del ordenador. No entiendo, como puede mezclar música con la contabilidad.Me quedo ensimismado viendo como tararea una canción, mientras se pelea con el ordenador.-Tienes cara de imbécil, mirando a nuestra socia -me dice Fernando, le sonrío y me encojo de hombros -según tengo entendido, desde hace dos semanas, sois muy asíduos al club -le miro levantando las cejas -es normal que hablen de ti, vas con otra que no es tu esposa.-Todos saben que estoy separado, además ella ha estado yendo estos años, con diferentes tipos -le digo dando un sorbo a mi café y volviendo mi mirada hacia Mónica -no es comparable a esa arpía -digo señalando hacia su oficina.-Cierto, es muy cierto. Por eso, el cotilleo no es que lleves a tu “amante”, si no lo guapa, simpática y “apetecible” de tu nueva conquista