-Donde están? Donde carajo está mi marido y tu maldita mujer, Carlos? Un mes desaparecidos, como puede ser -le grito mientras doy vueltas por la habitación de este hotel de mala muerte.-No sé Marge, mis hombres no los encuentran y yo, no puedo ir a preguntar a nadie, estoy en busca y captura, joder -me contesta pegando un golpe a la pared, dejando una pequeña marca -seguro que Petrov los tiene escondidos.Miro a Carlos, sus celos nos tienen así, que habrá pasado para que se enfadara tanto y estampara su coche contra el de Mónica. Él adora a esa mujer, me lo repitió miles de veces, que no la tocara.Le veo coger una copa de whisky y sentarse en el sofá. Me acerco y me siento a su lado, me apoyo en el respaldo y con mi mano le acaricio una mejilla, lo bueno de todo, es que se deja hacer.-Puedo saber, que pasó para que actuaras de esa manera contra ella? -le pregunto cuando le noto más calmado, bebe de un trago el licor, aprieta la mandíbula, le conozco bien, para saber que el sexo es
Quejarme no estaría bien. Estoy disfrutando de mi chico, del buen tiempo y empleados que trabajan por mi. Aunque os parezca mentira, echo de menos el ajetreo del trabajo, tener la agenda llena de visitas, reuniones con clientes...Juanjo está desesperado, no me dice nada, pero se le nota. Hace dos horas, que está colgado al teléfono, gritando a quien le escuche.Cierra el móvil dejándolo en la mesa de la terraza, se me acerca, me da un beso y se sienta en la hamaca de al lado. Tengo la impresión que quiere decirme algo.-Venga dilo de una buena vez -le digo sonriendo -si te lo guardas para ti, te envenenas.-Vamos a volver a casa, pero… -me siento y sigo sonriendo como una idiota -hay que seguir unas normas de seguridad, sin saltárselas -ni le escucho, le doy un beso -me estás escuchando, eres peor que una niña pequeña.-Sí, si. Prometo portarme bien, nada de locuras, nada de planear nada por mí misma…Juanjo, ya aprendí la lección -le digo acariciando sus suaves mejillas.No habla, no
Volver a la ciudad me pone nervioso, no saber donde está ese imbécil y que se pueda aparecer en cualquier momento, es un sin vivir.Durante el camino a casa desde el aeropuerto, le cuento a Mónica las novedades que me callé.-Compre un dúplex en un edificio del centro -levanta las cejas en modo interrogación -puedes estar tranquila, me lo vendió tu agencia -sonríe -os habéis llevado una buena comisión.-Mi cuenta corriente te lo agradece -me dice sonriendo -va a ser tu bufete o tu vivienda.-Nuestra vivienda -le digo señalándome a mí y a ella -tuya y mía, preciosa -le cojo la mano y se la beso -tiene bastante seguridad y Petrov se encargó del resto.-Puedo saber a quien le preguntaste, lo de ir a vivir juntos? -pregunta con un tono enfadada -quiero tener voz y voto en las decisiones, nada de pisarme y hacerme de menos.-Lo he decidido yo, junto a tus padres -la mirada de enfado va en aumento -no te enfades, deja de comportarte como una niña pequeña y hacer berrinches por nada.Se sien
Llevo una semana metida en la oficina, tengo trabajo atrasado. Eso le beneficia a los nervios de Juanjo, porque sabe que de casa vengo a la agencia y viceversa. Sigue agobiado con mi seguridad, aunque yo le quito importancia.Según mi amado secuestrador, por ser buena chica y portarme bien, me lleva todas las noches a cenar y luego a unos de sus locales a tomar una copa.Marta ejerce de mami las veinticuatro horas del día, pero si tiene oportunidad, deja a mini Mónica con los y viene de visita.Este próximo domingo es el bautizo de la pequeña. La fiesta será en casa de los orgullosos papás. Que le regalas a un bebé que lo tiene todo? Buena pregunta, ahora falta la respuesta.Ante este acontecimiento, he tenido una charla con Nico. Son tonterías, pero no he vuelto a coger en brazos a mi princesa. Miedo? Tristeza? No sé, de verdad. Soy la madrina, tengo que cogerla en el momento de bautizo, pero…y si no puedo porque me entra el pánico?Mi amigo y médico, me dice que mis miedos, debo de
Despierto abrazado a mi amor, se mueve y queda dándome la espalda. Lentamente acerco mi dedo índice a su cuello y despacio, la voy acariciando hacia abajo. Sus cicatrices se ven, pero las ignoro, no quiero que se sienta mal.Gira la cabeza y veo que está sonriendo. Le doy un beso en su espalda.-Estaría la noche entera admirándote -se gira y su cara queda enfrente de la mía -eres preciosa y me tienes locamente enamorado.-Por cierto, no te dije nada, pero gracias por el ramo de rosas -la miro sin saber de que habla -es precioso, lo tengo en mi escritorio.-De que ramo hablas, no te envié nada, solamente la invitación por mensajero -se sienta de golpe en la cama.-Juanjo después de contestarte y hablar por mensaje, me llegó tu ramo, deja de hacerte el tonto -dice sonriendo.-Nena, hablo en serio, no te envié rosas -cuando me mira, sus ojos trasmiten miedo -traía alguna nota -asiente.-Sí, por eso pensaba que eran tuyas -queda callada -ponía…eres lo mejor que me ha pasado en la vida.La
-Señores, en estos eventos, me gusta que los padrinos sean partícipes en todo momento -dice el reverendo, situado al lado de pila bautismal que pusieron especialmente para este día. Juanjo se levanta y viene hacia mí, me ofrece su mano y con una sonrisa acepto -pónganse los dos, es esta parte -nos dice -Marta y Marcos, los habéis elegido como padrinos, para vuestra hija?Los dos asienten, mi amiga se acerca a mí, ofreciéndome coger en brazos a la pequeña, lo cual acepto encantada. Cuando la tengo en mi regazo, le cojo la manita y se la beso, Juanjo a su vez, se agacha y le besa la frente.Ese gesto, hace que su perfume me penetre hasta el alma. Mi corazón va a mil por hora, las mariposas de mi estómago revolotean como una quinceañera.El padre, sigue explicando lo que es ser padrinos, de vez en cuando asentimos, pero ninguno lo escuchamos.Hace cuatro días que dejé la ciudad, tampoco me he ido muy lejos, pero eso ellos no lo saben. Miro a la pequeña que tengo en brazos, escucho decir,
Dos meses después-Ya estoy en casa, querido -grito al entrar en mi casa -como has pasado el día?No oigo ruido, pensé que no iba a salir. Me doy una ducha rápida, me pongo ropa cómoda. En la nevera hay una nota “tu cena está en el horno, voy a tardar un poco en llegar”.Abro la puerta y me encuentro una exquisita lasaña de pescado, me encanta. Adoro a este hombre, lo bien que me cuida.Ceno en la isleta de la cocina, ordenador delante, para poder trabajar un poco y una copa de vino blanco, para aclarar mis ideas. Estoy terminando de fregar los platos, cuando oigo la puerta de la calle, al cerrarse se escuchan los cerrojos y cadena de seguridad, a parte tres vueltas con la llave.Neurótica? Puede que sí, pero necesito saber que estoy en un sitio a salvo.-Como está la asesora más guapa de la ciudad? -le miro riéndome -de la que venía, compré helado -abro los ojos de par en par -sí, el tuyo de straccitella.-Ahora te quiero, un poquito más -se acerca a mí y me da un beso en la mejilla.
-No te atrevas a irte ruso -tengo tanta rabia dentro de mí, que me apetece partirle la cara -me debes una puta explicación.-Tengo algo que hacer y vuelvo -no es capaz de mirarme a la cara, le veo sacar su teléfono, está impaciente.-No dejéis que vallan en su coche, llevarla vosotros en el blindado, es prioridad -me mira de reojo -creemos que va a ir a por ella.Que coño dice, le miro pero me rehúye. Cuelga el teléfono, va hacia la mini barra, echa dos copas, me ofrece una y se va a la puerta, la cual cierra con pestillo, va a la ventana y se cerciora de que esté cerrada.-Juanjo, necesito que me escuches atentamente -asiento -es muy jodido lo que vas a escuchar, y de ante mano, te pido perdón -doy un sorbo a mi copa, mientras le miro con cara de pocos amigos.Me invita a sentarme en el sofá, actúa como si estuviéramos en su casa, acepto, creo que sentarme, va a ser una buena idea.Carraspea, bebe de su copa y empieza a contarme. Antes de llegar a la noche en que Mónica nos dejó a to