Una chiquillo que nació con problemas en las cuerdas bucales encuentra su peor pesadilla al iniciar su último año en la secundaria. Pensaba que todo sería diferente, al menos al principio lo fue. Tenía uno que otro amigo, algunas veces se burlaban de él porque solo podía oír y no hablar.
Su director es la única persona que sabe el porqué de un momento a otro perdió cualquier brillo en sus ojos que alguna vez tuvo. Todo en su vida se basaba en señas y la escritura y que gracias a la falta de la voz se había concentrado en dibujar.
Un día como cualquier otro sólo pudo guardar silencio, no porque no supiera hablar sino porque no podía hacer o decir nada.
Estaba en su último año de secundaria por lo que sus padres decidieron inscribirlo otra vez en ese lugar. Había tomado clases en casa para no tener que enfrentarse a los niños mal educados que antes le habían hecho la vida imposible. Ahora se encontraba sentado en la sala de espera de la dirección esperando a que el director de ese lugar decidiera atenderlo. Según sus padres, la escuela Gallagher High School era la mejor de todas porque los estudiantes salía preparados de ese lugar y porque también. Era de generación en generación que debían de pasar por ese lugar. Una señora de mediana edad entró al lugar anunciándoles que podían entrar. Con un suspiro tembloroso que salió de sus labios, tomó la mano de su padre y acomodó el flequillo hacia la izquierda para dar una mejor presentación.
Mirando varias veces la salida de la escuela se dijo a sí mismo que podía salir corriendo hacia el parque más cercano para matar el tiempo, ¿Pero qué haría nueve horas en un parque sin hacer nada? Por lo que decidió subir los peldaños que le faltaban y dirigirse hacia la dirección a buscar su horario. No pasó desapercibido el nuevo chico que entraba a clases para la mayoría de los presentes. En cambio otros, estaban allí mirándolo de arriba hacia abajo. Sabían que era el niño que no sabía hablar y que por su culpa habían expulsado a varios de la escuela. Mientras caminaba mordía su labio con algo de fuerza tratando de que sus nervios se fueran, ellos no podían hacerle nada porque toda la escuela estaba vigilada por cámaras desde el incidente. Se paró en frente de la
Suspiró cansado subiendo los peldaños de la casa con su padre siguiendo sus pasos, era de esperarse que su vida se volviera un caos. Era como si estuviera viviendo un déjà vù. Al menos ese día había hecho un amigo después de tanto tiempo de estar solo. Había tomado clases con su abuelo Liam, porque este había sido profesor anteriormente. Dejó la puerta abierta sabiendo que su padre Jedward estaba detrás de él, apunto de preguntar qué le pasaba y la verdad es que no estaba de humor para responder nada que le preguntaran. Fue hacia la cocina para tomar una banana del tazón de frutas que había sobre la mesada. — ¿Sucede algo, cariño? —preguntó al final su padre, y él negó. —No es nada, papá. Sólo estoy cansado de ir a la escuel
Algunas palabras u oraciones no estarán completas, debido a que Nedward apenas está aprendiendo a comunicarse.Despegándose del cuerpo debajo suyo cayó de culo en la silla que estaba detrás de él, sin saber o procesar lo que habías escuchado hace apenas unos segundos. Si era verdad o un invento de su mente. El niño que tenía en frente había hablado, no podía creerlo. No podía ser cierto haber escuchado eso.—No, no...— ¿Estás hablando? ¿Cómo es posible? —preguntó asombrado y sin poder creerlo aún.Nedward cerró la boca al comprender lo que había hecho, no se ha
Una semana completa había pasado, desde lo sucedido con su director. Las marcas en sus piernas eran signo de que había tenido varios encuentros sexuales con Jeremy hace unas horas, una vez más. Estaba nervioso, era la primera vez que tenía varios orgasmos por día, desde que tenía el uso de la razón.Ahora estaba más que seguro de que su vida ya no sería igual que antes, ahora que había recuperado la voz no podía decirle a nadie sobre eso. Todo estaba fuera de sus manos, no podía hacer absolutamente nada.Se puso un short negro con una franela del mismo color, tenía calor y la mejor forma de bajar la temperatura era salir a la piscina. Tomó sus útiles de dibujos dejando algunas cosas sin importancia y bajó hacia el patio trasero de la casa donde estaba
Sentía como su cuerpo comenzaba a reaccionar con las pastillas que había mandado a comprar en la farmacia con una señora a la cual le tuvo que pagar una buena cantidad de dinero para eso.Ahora estaba de camino a su salón de clases con las hormonas por donde sea. No podía decirle a nadie lo que su padre le había dicho hace unos días. Estaba más que claro de que tenía que solucionar sus problemas él mismo sin ayuda de nadie.Ese día, tenía planeado salir con Matt a la casa de su hermano, él le había dicho que tenía algo que decirle y que era de suma importancia presentarle a alguien.No había necesidad para levantar la mirada y darse cuenta de que las cámaras estaban dirigidas hacia él. Se hab
Nedward tenía los ojos como platos salidos de órbitas con lo que estaba viendo, era imposible que otro hombre pudiera tener hijos.Se acercó a ellos con pasos lentos hasta que observó al pequeño en brazos de su tío.—Es mi hijo, también soy igual que tú —dijo Matt, acariciando la cabeza de su hijo de apenas tres años más o menos. Eso fue lo que calculó Nedward.—No lo puedo creer, esto es increíble. Yo, hmm, pensaba que era el único además de mi padre y mi abuelo —aun no despegaba su mirada del niño hasta que reaccionó —Hola, tí
Miraba con nerviosismo el reloj de su padre en la muñeca. Tenía el tiempo contado los minutos cada vez que podía. Movía su pie derecho de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, estaba consciente de que lo estaban mirando con preocupación.— ¿Estás bien, cariño? Te noto nervioso —preguntó Jedward, preocupado.—Sí, papá, es que les quiero pedir un favor—bateó sus pestañas.—Esto sí que estará bueno —murmuró Liam, para él, pero lamentablemente todos lo escucharon.— Papá &m