Capítulo 36. Alianzas Distante, pensativa, Rosaura esperaba tener calma ante tanta tormenta; su corazón no resiste tanto dolor, se siente inquieta, no desea que Tamara destruya la paz y la tranquilidad que había conseguido. Es como si el destino se empeñara en destruir todo lo que poco a poco va construyendo y la hace feliz. Ella mira sus cuadernos, sus libros y sus trabajos; todo está destruido, todo. Mira su rostro en el reflejo del espejo, sus manos tiemblan, se siente agobiada y el dolor la invade inconsolablemente. Rosaura intenta calmarse para enfrentar a su esposo, quien ya la espera en la entrada. Hoy ha venido a recogerla y desea plenamente que no lo haya hecho. Al salir del baño, Rosaura camina hacia la salida, siendo detenida por Santiago, quien, muy agitado, intenta recobrar el aliento, trayendo consigo una bolsa. — Espera, Rosaura, pensé que ya te habías ido.— Rosaura mira hacia el auto de su esposo y vuelve a enfocar a Santiago. — ¿Para qué me buscabas?
Capítulo 37. Semanas después. Las constantes humillaciones de Tamara van incrementando; se cuida las espaldas de los hombres de seguridad, la aborda en lugares donde ellos no pueden entrar, como en clase o en el baño, la biblioteca, lugares donde la humilla tan ferozmente que Rosaura empieza a sentirse agotada de ir a la universidad. — ¡Ya basta, Tamara! —Déjala…— Santiago se interpone en medio para protegerla—. Lárguense o hago un escándalo para que entre la seguridad. — Tienes agallas, cuñadito, pero esto te va a salir caro. Vámonos. Tamara se va con su gente, dejando muy asustada a las chicas. — No puede ser, te odia Rosaura. ¿Qué piensas hacer? —Tenemos que hacer algo—exclama Flor, muy preocupada, ayudándola a recoger las cosas del suelo. — No hay nada que hacer; si respondo, los atacará a ustedes. No quiero involucrar a nadie más en esto. — Ven, te ayudo…— Santiago la sostiene de las caderas, abrazándola para ayudarla a levantarse, una escena que muchos ven
Capítulo 38. Encuentro sorpresa. Rosaura no puede creer lo que escucha: realmente le está cortando las venas a su hermana que es compradora compulsiva. No sabe si esto sea bueno o si esto traerá problemas; simplemente no tuvo que decir demasiado, él claramente ya lo intuía. —Si vuelves a ocultarme cosas, tú pagarás junto con ella las consecuencias. Me enojan las mentiras, ¿me escuchaste?— Rosaura le baja la cabeza temblorosa.— Deja de llorar, Rosaura, nadie le hará nada a tus amigos; sin dinero de por medio, nadie le hace favores a nadie. — Pensé que la elegirías a ella. — No estoy eligiendo a ninguna de las dos; di una orden y ella debe empezar a entender que no puede sobrepasar mis órdenes, y tú debes dejar de mentirme. — Lo lamento, pensé que tu reacción sería otra. — Mi reacción siempre será a raíz de sus acciones; todo depende de ti, Rosaura, si me tienes o no de tu lado. Rosaura se acerca y lo besa; esta vez no la rechaza, le corresponde a ese intenso que
Capítulo 39. Prueba. Rosaura asiente, caminando hacia el salón, intentando no encontrarse con Tamara, sin saber que Tamara hoy no viene a la universidad; fue a soltar veneno con su hermano y no se piensa ir hasta recuperar su dinero. — ¿Qué haces aquí, Tamara?—pregunta Emmanuel, adentrándose a su oficina. — No es justo que me quites la pensión y el acceso a mis tarjetas; me pertenecen. — Deberías enfocarte más en tus estudios y no estar aquí perdiendo el tiempo; no me harás cambiar de opinión, quizás te sirva para reaccionar a tus acciones. — No puede creerlo que te pongas de su lado. ¿Qué fue lo que te dijo? — Entonces sabes la razón por la cual te quité el acceso. — Es injusto, yo solo te estaba defendiendo y tú la sobreproteges a ella; te está viendo la cara, no es tan inocente como dice ser, es una víbora. — Al grano que tengo trabajo, dame evidencias de lo que dices. — ¿Quieres evidencia? Te daré las evidencias. Vanessa llega justo a tiempo. — T
Capítulo 40. Caras vemos, corazones no sabemos. Rosaura, al notar su enojo, no hace más que sentarse; pasa saliva al ver cómo él se aproxima a ella, dejando unos documentos sobre el escritorio. — Firma las dos primeras hojas y el resto es tuyo. Rosaura mira el documento, “Compromiso del contrato”. — ¿Puedo saber qué es? — Lo que lees es el compromiso de contrato, en el que te comprometes a trabajar para mí a cambio de tus beneficios. ¿Quieres estudiar? Trabajarás para mí. ¿Quieres ropa? ¿Zapatos? ¿Comida y techo? Trabajarás para mí, te encargarás de un proyecto de la marca, harás el diseño y me lo vas a presentar a mí en un mes. Si lo haces bien, te daré otro; esos proyectos son muy bien pagados y no tienen diferencia a lo que estudias. Lo harás hasta que firmemos el divorcio; luego hablaremos de ello. Firma ahora o puedes simplemente olvidar la universidad. Ahí estaba él de vuelta; no sabe qué hizo, pero el corazón se estrujó con esa mirada que causa dolor en ella
Capitulo 41. Miedos. Al llegar al departamento, se siente su aroma, el olor a él está en todo el lugar, causando en ella un dolor insoportable que apenas la deja respirar. Rosaura camina en pasos lentos dejando el bolso sobre el sofá y camina lentamente hacia la habitación, dónde se destroza, al ver la cama que comparten juntos, los recuerdos se noches de pasión que no puede borrar, que se mezclan con la idea de que en este momento esté con Vanessa haciendo lo que suele hacer, le da rabia, dolor y asco de solo pensar en ello, es tanto su dolor, que toma sus cosas y las lleva a otra habitación, saca todas sus cosas, dejando solo las de él, las lleva a la habitación de invitados, dónde se encierra, destrozándose sobre la cama. Rosaura no cena, la tristeza invade su alma, se siente cansada, triste y muy dolida, no quiere sentir intenta dormirse, hasta que lo logra. Ignorante, ajena a las llamadas de Emmanuel, Rosaura al fin logra quedarse dormida, sin saber que ha puesto tenso a Emman
Capítulo 42. Evento. Vanessa sale de la oficina hecha un demonio; esta humillación ha ido demasiado lejos, ahora es la burla de todos y eso no piensa dejarlo así, no cuando ella está en esta batalla por mucho tiempo, siendo rechazada primero por el padre de Emmanuel y ahora él también se ha puesto a darle el favor a Rosaura. No piensa dejarlo así, no puede permitir que una niña como esa le quite lo que ha luchado por tener desde hace mucho más tiempo que ella, que renaciendo ha llegado a la vida de Emmanuel. V: Suegra…— Vanessa no duda en ponerse en comunicación con Emilia, quien de inmediato responde a su llamado. E: ¿Qué pasa, querida? Suenas alterada. V: Lo estoy, suegra, Emmanuel me acaba de destituir del puesto de coordinadora y me ha rebajado al área de marketing; además me ha amenazado. Lo vi tan enojado, como hace mucho no lo veía, todo por esa mujercita. E: Tranquila, sabes que sus días están contados. No te preocupes, todos los planes van como se han coordinado,
Capítulo 43. ¿Recompensa o cobro? Rosaura lo mira distante, mientras lleva su trabajo a los organizadores. En cuanto vuelve con él, nota que él tiene su bolso. Ella intenta llegar a Emmanuel, pero Santiago aparece. Él no lo había notado, pero Emmanuel sí a él. — Hermosa…mira mi trabajo.. — Santiago la toma de la mano atrayéndola tan cerca que Emmanuel se tensa. Rosaura se pone nerviosa al sentir tanta cercanía. — Santiago, me asustaste. — Lo lamento, solo quería enseñarte mi trabajo, quiero tu opinión, ¿Te gusta? — Si, es muy bueno. — Acompáñame a entregarlo, te invito a la cafetería por alguna bebida para entrar a la presentación. — No puedo Santiago, ahora estoy con mi esposo, debo volver con él, lo siento. — No sabía, pensé que no querías que te vieran con él en público.— Emmanuel escucha las palabras de Santiago apoyando su mano sobre el vientre de Rosaura, quien cierra los ojos al sentir el agarre de su esposo. — No es el momento de conversaciones,