Bien, no importa si estás leyendo esto por casualidad, o si alguien te recomendó esta historia, empecemos por las presentaciones ¿quieres? Mi nombre es Briseida, ya sé lo que vas a pensar, pero no tengo culpa alguna de que mi madre hubiera sido una fanática de la película "Troya" así que me declaro inocente en ese tema.
En la actualidad tengo 18 años, y puedo decir que he vivido una vida realmente muy apresurada, llena de excesos, alcohol y drogas, sí, sé lo que estás pensando en este preciso momento, pero no es así, no fui violada, ni adoptada, ni nada por el estilo, lo que hice fue por plena decisión mía, por diversión, y antes de que comiences a aburrirte con tanto rodeo, te pido que esperes un poco más, que lo mejor está en camino.
Soy la hermana de en medio, o al menos lo era, hija de dos de los mejores abogados de toda Alemania, en efecto, nací y crecí en Hamburgo, pero al cumplir los catorce años nos fuimos a vivir a Texas, ahí fue donde comenzó todo. Nunca imaginé que algo tan horrible nos esperaría a mí familia y a mí, aunque debo salvar algo o a alguien de toda lo malo que se cruzó por mi camino. Él.
Un chico que había sido destinado a mí, que estaba dedicado solo a mí, y quien siempre será mi farol. Su voz siempre me traerá de vuelta a casa, eso es seguro.
¡Se me olvidaba! Por si te preguntas más sobre mí, solo te diré que soy una chica delgada, mido 1.60 apenas, pelirroja natural y ojos grises que hacen juego con las pecas que invaden mi rostro, eso sin contar mi nariz puntiaguda y que no tengo buenos dotes; no tengo mucho trasero, ni mucho pecho, sí, esta vez acertaste, ¡soy casi una tabla! Alguien sin chiste y que al lado de las personas, paso desapercibida, pero la gente dice que lo que más importa es el interior, así que omitamos una descripción más profunda de mí, imagíname como gustes, total, lo harás de cualquier forma.
En mi vida siempre hubo dos cosas que no pude soportar, a mi madre y a Jean, este último terminó siendo mi salvación.
Creo que ha sido muy largo este inicio, pero no te preocupes, que ya no habrá más vueltas, ni rodeos, ni paradas en el camino, prepárate, porque has ganado un boleto a un nuevo inicio en el tren que maneja el destino, ese que jode y bendice al mismo tiempo, y adivina qué, tu siguiente parada es: la historia de mi vida.
NOTA (Y no precisamente de la autora) Mi historia no es la típica en donde la chica inadaptada, rebelde, se encuentra con algún chico Bad Boy que se enamora, es más que eso, más que una simple historia de amor, contiene ciertos matices y colores grises que se irán degradando hasta llegar al color más oscuro, pido disculpas de ante mano, ya que esta solo es una historia más de las muchas que esconde mi corazón, y que no te pienso compartir, ya que llevaría mucho tiempo y no quiero aburrirte con cosas que ya pasaron, ya sucedieron, ya no existen, recuerdos que quedaron suspendidos en la cuerda floja de la vida, una vida que tienes que valorar, una vida que se escurre de tus manos a cada segundo, una vida que traerá paz, y luz para todos aquellos que te rodean, así que te daré un consejo: Vive, respira y búrlate de tus errores, porque la muerte te rodea y se burla de ti cuando te duermes en tus laureles.
Sus manos me regalaban caricias frías, carentes de todo tipo de afecto y que solo provocaban que mi cuerpo se estremeciera. Cerré los ojos intentando no pensar en él, pero por más esfuerzos absurdos que hiciera por seguir con aquel juego, Jean me estaba jodiendo la vida como siempre lo hacía, su recuerdo ametrallaba mis pensamientos.—Alto —susurro intentando alejar de mí a aquel chico que había encontrado en el antro de mierda en el que me encontraba, todo el revuelo por el festejo de Marissa; una de mis mejores amigas.—No pasa nada, todo va bien —insiste el tipo haciendo intentos por meterme la lengua a la boca.—He dicho que ya no quiero, idiota.—Vamos, Bri-se-i-da...—Sabes mi nombre...—Todo mundo lo sabe... eres la chica más popular entre los chicos, todos hablan de ti, eres como la reina de las putas.—¡Imb&eacu
¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis!Los chicos comienzan a correr y no puedo evitar que mis ojos se claven en sus perfectas piernas y en su trasero, mientras Anna y Marissa están hablando de cosas banales que no me interesan, noto como mi sexo comienza a humedecerse mientras pienso en Mickey Honnery y en su perfecto miembro. A lo lejos puedo ver como una nerd babea por él y no puedo evitar levantar al cielo las comisuras de mis labios, nuestras miradas se cruzan unos instantes pero al sentirse descubierta por mí aparta la mirada inmediatamente. La chica se sonroja y pareciera que quisiera hacerse invisible, aunque pensándolo bien ya lo era para el resto de los chicos populares.—Bri, deja de babear por Mickey —suelta Anna con una sonrisa de oreja a oreja.—Vamos Bri, las tres sabemos que tú y él traen algo entre manos, el idiota no te ha dejado de observar desde que hemos llegado &mdash
El balón giraba en el aire cuando le di un golpe ligero, nosotras estábamos ganando, aquella chica llamada Alison Mirezth era la capitana del equipo contrario, presidenta del estúpido club de ajedrez, y novia de Jean, mi experimento, era muy delgada, tanto, que sus piernas parecían dos palos, tenía los dientes chuecos, usaba lentes, pero de todo, su cabello era hermoso, sedoso y ondulado.—¡Dos más y ganamos! —grita Marissa.—Vale —digo con una sonrisa de oreja a oreja, mientras por el rabillo del ojo veo como Jean no le quita la mirada de encima a Alison, lo cual me molesta.Tomo el balón, y llena de coraje no me doy cuenta y fallo el siguiente tiro, Alison suelta una pequeña carcajada y la asesino con la mirada.Era el turno de las perdedoras del ajedrez, cuando paso cerca de la red para acomodarme en mi lugar, escucho como Alison me llama "Zorra".—Perded
La cena resultó de lo más aburrida, mientras los adultos no dejaban de hablar de trivialidades, mi hermano mayor y Steve, no paraban de coquetear disimuladamente con las chicas de la escuela, por otra parte, Jean no dejaba de mandar mensajes y de recibirlos, cuando lo hacía, se le iluminaba el rostro y parecía idiota, algo me decía que se trataba de Alison, tenía que deshacerme de ella a como diera lugar.Jean estaba tan entretenido al igual que todos, necesitaba un momento de distracción y faltaban dos horas para ir a una verdadera fiesta. Mis padres de pronto se pusieron de pie y se pusieron a bailar, mi hermano ya estaba en la pista de baile también con una chica guapa, los padres de Jean y de Steve platicaban y reían con otros señores que no conocía, de pronto, al fondo, cerca de las bebidas, estaba un mesero guapo, moreno, ojos azules, tal vez un poco mayor que yo, tres o cuatro años, per
Nunca había imaginado que esta noche sería una de las más divertidas de mi vida, cuando vi que Alison estaba en la casa de Jean, pensé que correría a sus brazos y le explicaría a su madre que es su verdadera novia y no yo, pero como era de esperarse de alguien tan cobarde como él, no lo hizo, solo se quedó como estatua viéndola sufrir, su madre no era una mujer tonta y algo en su mirada me decía que no se tragaba ese cuento de que ella era su amiga y yo su novia, así que por alguna extraña razón que desconocí en ese momento, pero que más tarde comprendí, me acerqué a ella y la abracé. —¡Alison! —ella me ve con asombro pero decide no decir ni hacer nada, ni siquiera me devolvió la muestra de afecto que por caridad y lástima le estaba donando, ¡la muy ingrata! Así que me alejé de ella y me dirigí a la madre de Jean—. Ella es Alison, va al colegio con nosotros, no es nada popular pero debi
—Se acabó —digo por fin mientras siento como mi mano tiembla. —¿Qué quieres decir? —Jean levanta la mirada y sus ojos... ¡Otra vez esa mirada! Puedo ver como voltea a mi lado y después hacia mí—. Vale está bien, lo siento... —¡No! —me pongo firme—. No lo sientes, acabas de decir lo que en verdad sientes y piensas de mí, tienes razón en todo, lo acepto, pero por lo menos no soy yo quien se esconde detrás de una máscara por miedo a que vean mi verdadero ser. —Bri... —Se acabó, eres un juego, sabes, mis amigas y yo siempre jugamos y por primera vez puedo decir que uno de mis experimentos ha fallado, porque no sirves —Jean vuelve a mirarme de una manera extraña. —No quise lastimar t
No entré a despedirme de la madre de Steve, quien me había comentado en el carro mientras me llevaba a casa, que sus padres se pelearon otra vez por teléfono, al parecer él está teniendo una aventura con una de sus clientas. Cuando estamos a quince minutos de llegar, Steve aparca cerca de la carretera, en donde casi no pasaban autos. —¿Ahora qué pasa? —pregunto volteando a verlo. —Pasa que quiero saber la verdad de porque han terminado tú y mi hermano —dice en un tono de voz algo hostil. —Ya te lo he dicho —aparto la mirada de él. —No me creo ese cuento. ¿Tiene que ver con esa chica horrible? —enarca una ceja. —No, es solo que cambié de idea.
Cuando abro los ojos, lo primero que veo es la luz del sol filtrándose por mi ventana, mi cuerpo se siente cansado, es como si una enorme roca me hubiera caído encima, me levanto pensando que todo lo que pasó anoche ha sido una terrible pesadilla, tenía que serlo, me convencí de ello. Me levanto y me doy cuenta de que traigo un pijama que pertenecía a mi colección favorita, me pongo con suma pereza las pantuflas de oso que me había comprado mi papá hace unos meses, y bajo para desayunar algo, la misma rutina aburrida de siempre. Mientras desciendo por las escaleras suelto unos cuantos bostezos. Al estar abajo antes de darme cuenta siquiera de voltear a la sala principal, me dirijo a la cocina. —¡Buenos días familia! —Grito, acercándome a la alacena de madera barnizada, saco mi cerea