—¿Estás seguro de querer hacerlo? —le pregunto mientras observo como al quitarse la playera su pecho sube y baja.
—No quiero pensar, solo quiero vivir este momento a tu lado —me dice con la voz ronca más sexy que he escuchado en toda mi vida.
—Bien para mi —sonrío.
—Briseida, tienes que saber la verdad, en estos días...
Lo obligo a guardar silencio al momento de besarlo nuevamente. Rodea mi cintura y sube ambas manos para quitarme el diminuto sostén que traía puesto dejando mi pequeño busto al descubierto, al verme se remoja los labios y esta vez me besa con desenfrenada pasión, me lleva hasta mi cama dando pasos torpes, me recuesto y enseguida se sube encima de mi. Me baja las bragas al tiempo que hace un camino lleno de besos qu
Espero su respuesta pero no llega, observo la hora en el reloj de madera que estaba colgado en una de las paredes de la estancia principal, era tiempo de marcharme, tenía que caminar dos cuadras para tomar el autobús. Mientras camino no dejo de revisar mi celular para ver si recibí respuesta de Jean. Pero no es así. Al llegar a la esquina en donde solía pasar el autobús espero unos minutos hasta que llega y me marcho. La universidad parecía de lo más hermosa, o al menos lo era ante mis ojos, por la noche me había prometido volver a ser yo misma, eso no significaba que no extrañara a mi familia, pero tendría que sobrevivir con lo que tengo en mi vida en esos momentos. —¡¿Perra, dónde andabas?! —me pregunta Marissa caminando hacia mi para después darme un enorme abrazo. —Perdida —rued
Cinco chicas que conocía muy bien la habían golpeado estrellando su cabeza contra el espejo, una de ellas la agarro con fuerza del cabello y la llevaban hacia uno de los escusados, sabía lo que eso significaba. «Defiéndete idiota» le grito desde mis adentros pero Alison no hace nada y eso me cabrea aún más. Giro los ojos y entro azotando la puerta para que me escuchen. —¡Briseida! —Grita una de ellas con una enorme sonrisa—. ¡Es un gusto verte, en cuanto terminemos con ese gusano hablamos, tengo tantas cosas que contarte! —¿Por qué le hacen eso? —enarco una ceja. —¿Estás de broma, cierto? —Me dice Caterine, una de las chicas más temidas del plantel, sus padres son sicarios, es un secreto a voces, el año pasado nos hicimos amigas p
Hasta donde yo sabía no había hecho algo malo, a excepción de mi asistencia pero al morir la mayor parte de mi familia supongo que era comprensible. Llego a la oficina principal y la secretaria del director que en el fondo todos sabíamos que era su amante, me da acceso y entro, el director estaba sentado comiendo un enorme emparedado de atún. —Toma asiento Briseida —me indica con un dedo la silla que estaba frente a su escritorio lleno de papeles desordenados y de migajas que dejaba por comer sin precaución. —¿Puedo saber por qué me ha llamado? —me cruzo de brazos. —Lamento informarle que ha quedado expulsada del plantel —me comenta dándole otra mordida a su emparedado, lo que me pareció poco profesional—. Siento mucho tener que tomar esta decisión pero debido al incidente ocurrido
Nunca en mi vida he presenciado algún accidente automovilístico, pero al ver a Alison en aquella situación sentí unas ganas inmensas de llorar. Cierro los ojos e intento no pensar en eso, estaba en el hospital con Jean, Steve y con los padres de Alison esperando noticias, al parecer estaba grave pero según el último informe que nos dieron solo era cuestión de tiempo para que salga del estado crítico. Por mi parte odiaba los hospitales, era tanta la presión que estaba sintiendo que me ahogaba y lo único que se me ocurre es salir corriendo de aquel sitio, pero antes de hacerlo el doctor sale y se acerca a nosotros con una media sonrisa en los labios. —Les tengo una buena noticia, Alison ya está fuera de peligro, el carro que la ha golpeado no ha ido a demasiada velocidad por lo que tiene un brazo y pierna rotos, tomará tiempo para su re
La mirada de Jean se graba en mi memoria mientras me lleva de la mano a toda prisa por los pasillos hasta llegar al área de bodegas. Se cerciora que no esté nadie por los alrededores y enseguida observa su reloj de mano. —Oye, ¡me largo! —pongo los ojos en blanco e intento salir pero Jean me toma del brazo deteniendo mi huida. —Lo que acabas de ver... —Jean parece distinto, traía la misma actitud de nerd distraído que cuando lo conocí—. No se lo cuentes a Alison. «Claro idiota, como si me importara lo que le pasara a esa fealdad con piernas de lagartija» —Pierde cuidado, lo que hagas o dejes de hacer no es mi asunto —encojo los hombros—. Aunque no puedo evitar sentir lastima por ella, tiene como novio a un maldito infiel en potenc
Justo cuando pienso voltear para enfrentarlo se escucha un golpe, el rechinar de unas llantas y al girar a mí izquierda veo como el cuerpo de Celeste sale volando, cae al pavimento y el mismo tráiler la arrolla. —¡Joder! —Se me caen las bolsas de la impresión, corro hacia la multitud que comienza acercarse pero Jean me detiene—. ¿Qué haces? —Vámonos —me dice como si no hubiera pasado nada y sin quitar la mirada del accidente. —¿Acaso eres un insensible? —me suelto de su mano— ¡Celeste acaba de morir y a ti solo se te ocurre salir corriendo! —Briseida, vámonos —me dice en un tono tan tranquilo que desespera. —He dicho que no —niego con la cabeza y comienzo a caminar hacia la mult
La lluvia caía a cantaros y no dejaba de ver las gotas resbalarse por la ventana mientras tomaba un café cargado con leche descremada. Observo la hora que marca el reloj digital colocado minuciosamente sobre la mesilla de noche de mis padres, desde que murieron no había tenido el valor suficiente para entrar, pero esta noche después de lo que pasó con Stephan tomé el coraje necesario y entré. Él está dormido en la sala con un enorme hematoma y un dolor horrible en la entrepierna. Sonrío al recordar lo que había pasado; Básicamente estaba cansada de seguir su estúpido juego de sumisa, por lo que tras engañarlo fingiendo que seguía su juego, terminé por darle un puñetazo en su rostro perfecto, para luego darle un golpe de gracia en los bajos. El pobre me suplicó que lo dejara en paz y le permitiera quedarse solo esta noche argumentando que por la mañana desaparecería de mi vida. Ver la ha
Mis amigas se avientan una miradita cómplice y comienzan a hablar de cosas banales, intento seguirles el ritmo pero mi mente estaba en otra parte. Cuando les comento que mi hermano regresará mañana a casa se ponen como locas y me proponen hacer una fiesta para celebrar esta noche en casa. Mi lado maduro me dice que no es buena idea, pero mi lado rebelde me confiesa que no estaría mal, necesitaba regresar a mi mundo, por lo que termino aceptando las cosas y me dejo llevar por la marea que me regala la vida. Cuando llegamos a la escuela me siento mucho mejor, saludamos a nuestros conocidos y al caminar directamente hacia mi siguiente clase, las voces de mis dos mejores amigas parecen lejanas, no me siento muy bien que digamos, escucho que la campana suena e intento reunir todas las fuerzas que tengo para seguir de pie pero me siento de pronto muy débil, mi cuerpo arde y mi visión falla un