Volviendo al patio de la mansión Koyama. Varios de los jóvenes de medialunas entablan conversación con Bárbara, situación que nota de inmediato Atsushi. Por lo que se acerca al grupo con cautela. -Señora Bárbara ¿Es cierto que en su galería tiene un cuadro de Monet? - Le dice entusiasmado uno de los muchachos, era evidente que es conocedor de arte. -Si, es mi mayor tesoro, creo es el cuadro más importante que tengo en la galería- Dice orgullosa. -Es cosa de tiempo para que tengamos más, de otros artistas importantes- Le interrumpe Atsushi. Volviéndolos a ver a todos. Bárbara congenio bien con ellos cuando estuvo ayudando en la parrillada, por lo que los muchachos se sintieron a gusto con ella. Pero con la llega de Atsushi y su intimidante aura comprendieron enseguida que estaban sobrando. -Voy por más carne… -Dice el que estaba sentado a la par de Bárbara. Levantándose como si tuviera un tizón en el trasero. -Que sed me acaba de dar, voy por un trago… - Dice otro, así se van ret
Regresando a la despedida en la mansión Koyama Liam y Halia regresan tomados de la mano hacia la mansión, las luciérnagas sin previo aviso se echan a volar, son tantas que Halia no puede ver una roca, por andar tacones altos resbala de inmediato Liam la atrapa. -Tranquila, siempre voy a estar para ti- Le dice sosteniéndola. Sus palabras entran en Halia en lo más hondo de su corazón. Ambos ven brillar el reloj de Halia. Al revisarlo ve que es Mónica. - “Halia Dunca entro a la casa para buscarte, asumo que estas con Liam porque tampoco lo veo”- Escribe Mónica. Halia le contesta a Mónica. Dictándole al reloj por lo que Liam pudo escuchar todo. - “Necesito que me cubras, ve a toparme por donde está la piscina más grande”- Le envía el mensaje. -Eso significa que me toca regresar por el otro lado, detrás de los equipos de música- Le dice Liam como en reclamo. - ¿Te molesta? - Halia se muerde el labio inferior. Obviamente le preocupaba lo que el pensará. Eso de cierta manera alegra a L
Volviendo al cuarto de Halia. -Me temo Bárbara que hay cosas de Halia que todavía usted no conoce- Le dice con un misticismo. -Se refiere a que puede hablar con espíritus, o a que unas sombras terroríficas la accedían, en especial cuando está asustada- Le dice Bárbara. -Aquí solo la llegan cuando está durmiendo- Le dice poniendo cara de sorprendido- ¿Cómo sabes de eso? -Lo sé, desde que la conozco, recuerdas que le dabas permiso de quedarse en casa las tardes para jugar, ambas tomaban las siestas ahí descubrí que tiene horribles pesadillas, tardé años, para lograr que me contará una que otra. Pero siempre son diferentes, siento que la mayoría son fracciones de su pasado. Halia era muy pequeña cuando perdió a sus padres. Atsushi se sienta en el otro extremo del diván, Bárbara se corre hacia su extremo para poner espacio entre ellos. -Cuéntame ¡Por favor! Nunca he logrado que me hable de ninguna- Le dice Atsushi. Bárbara siente pena por este padre preocupado. -Varios de sus sueños
Volviendo al aeropuerto. -No estes triste, en lo personal creo que fue una buena decisión del señor Koyama- Le dice Liam para consolar a Halia. -Es cierto, Halia además todavía nos tienes a nosotros que no nos vamos a ningún lado- La abraza Mónica. -Si, te vamos a acompañar en la buenas y las malas- Le dice Sergio. -En eso creo que todos- Le dice máximo enseñando el corte. -En especial, si desea huir señorita- Le dice Dante acercándose a ellos. -No puedo hacer eso- Halia deja escapar un suspiro de frustración. -Es un país libre ¿Por qué no? - Le dice Julián. Haciéndose el desentendido. -Por el señor Koyama- Dice al mismo tiempo Alonso y Mónica. Que se vuelven a ver. -Vaya, ustedes dos ya, hasta están conectados- Les dice Dante. Mónica se sonroja hasta las orejas. Por su parte Alonso suelta una pequeña sonrisa. -Así parece- Contesta Julián. - ¿Qué tal, si nos vamos a almorzar? - Les propone Liam. -Lo lamento señor Ortega, tengo ordenes de regresar a la mansión Koyama. Su mad
Volviendo a la playa -Dunca ¿Bàba, sabes que estamos aquí? - Le contesta con otra pregunta. -Mas o menos, solo le dijimos que queríamos distraerte un rato- Le contesta Dunca. -Ha entonces sí, no quiero volver a meterlos en problemas. Ustedes siempre terminan pagando los platos rotos míos- Baja la cabeza con tristeza. -Y los seguirían pagando sin dudarlo un segundo- Le dice tomándola por la barbilla para que lo vea a los ojos- ¿Entonces? ¿Aceptas acompañarnos a la isla? – Le dice acariciando la base de su barbilla. -Claro que sí ¿Me trajiste traje de baño? - Dice Halia emocionada. -Por supuesto ¿Cómo me iba a perderme ese espectáculo? - Le dice coqueteándole. -Cualquiera que te escuche podría creer que me estas cortejando señor Valderramos- Le sonríe Halia y camina hacia Alonso. -De hecho lo estoy haciendo- Dice Dunca más para sí mismo. El clima esta espectacular, Dunca y Alonso conduce a Halia al yate por el lado del puerto donde lo tiene aparcado. Para sorpresa de los dos Hal
El olaje es fuerte, la brisa del mar trae un aroma agradable que da una sensación de tranquilidad a Halia.En su cabeza repasa las palabras de Dunca- «¡Rayos! ¿En qué momento me metí en este lío? No puedo, no tengo derecho arruinarle la vida a Dunca de esta forma»- Halia no deja de mirar a Dunca pensando que contestarle.Dunca acorta la distancia entre ellos, le acaricia el rostro. El calor de su mano es bastante agradable, como no siente rechazo por parte de ella Dunca acerca su labios para besarla. Halia por instinto aparta el rostro poniendo su mejilla. Dunca deja escapar un suspiro de frustración.- ¡Lo siento! No te voy a negar, que mil veces prefiero, una vida contigo que con el señor Lombardo. Pero te amo demasiado para condenarte a una vida sin el amor que buscas- Halia lo mira a los ojos y es ella quien toma su rostro con delicadeza.-Dunca, no tienes idea lo mucho que te amo, incluso daría toda mi energía para salvarte, pero mi amor hacia ti es de una hermana. Aún si, Atsus
Camino de vuelta, el Royce Rolls va con velocidad constante, la carretera está bastante congestionada, sin embargo el movimiento de los vehículos es fluida. Dentro del auto permanece un silencio cómodo. Es evidente que están cansados por el viaje.La piel de Halia había logrado broncearse un poco, Dunca no deja de observarla por el espejo retrovisor, Halia ya se había dado cuenta pero no se sentía incomoda con su mirada.Cuando se van acercando a la calle principal que conduce a la mansión Koyama empezó a sentir angustia, estrés. El solo pensar que quedan solo horas para perder su libertad. La desestabilizó por completo. Un nudo se atoró en la garganta, respira profundo tratando de controlarse.El auto empieza a entrar al perímetro de la propiedad, cuando sienten que se tambalea, algo golpeo el auto. Halia que está perdida con sus pensamientos vuelve en sí, al sentir que el auto se detiene.- ¿Qué fue eso? - Pregunta Dunca-No tengo la menor idea, no veo nada- Dice Alonso saliendo el
A la mañana siguiente- ¡Halia! ¡Halia! ¡Levántate! El señor Dubois dice que tiene que hacerte unos baños con esas espumas para mejorar tu piel- Le dice Belinda quitándole la cobija.-Vamos Nana déjame dormir un poco más- Dice Halia adormilada.-Saber que cualquier chica en tu lugar, ya estaría metida en el baño, que digo, ya estaría lista revisando que todo lo de su compromiso-boda este perfecto- Se sienta en el borde de la cama.-Porque, mejor no le dice a Atsushi, que no puedes con el paquete- Le dice Belinda- ¡Vamos, Nana! Usted lo conoce tanto como yo, crees que me escucharía a estas alturas del partido- Le dice volteándose para ver el techo.- ¿Cómo te fue con los muchachos? - Le pregunta Belinda en forma pícara-Nana ¿Usted sabía que le gusto a Dunca como pareja y no como hermana? - Le contesta Halia sin dejar de ver el techo.- ¡Ahh! Si Mija, a ese hombre se le sale los corazones por la mirada-Halia la vuelve a ver y se sienta en el borde de la cama.-Nana, ¿Por qué no me lo